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Aitziber Beitia y Zigor Oleaga Gasteizko Gazte Mugimendua y Plazara!

No os creemos

Animamos a acudir con casco. Para evitar posibles caídas fortuitas que puedan derivar en golpe en la cabeza con riesgo de muerte, como le ocurrió a Xuban. Y como muestra de buena voluntad hacia la Policía, Ares y la juez

La semana pasada recibimos la noticia de que la juez Ana Jesús Zulueta, del Juzgado de Instrucción número 2 de Gasteiz, ha archivado la denuncia que interpuso la familia de Xuban Nafarrate contra la actuación de la Ertzaintza el 29 de marzo del 2012, día de huelga general en que Xuban recibió un pelotazo por parte de la Policía autonómica que le dejó inconsciente y le tuvo ingresado en la UCI durante seis días.

No les creemos. Ni a Ares cuando dijo en su día que no hubo siquiera disparo de pelotas y que Xuban y su familia mentían, ni al jefe del operativo policial y al escopetero implicados en los hechos, que declararon en el juicio que hubo disparo, pero sin pelota, que solo fue una salva, ni a la jueza que, de tan convencida de la presunción de veracidad de la Policía, ni siquiera toma declaración a los testigos propuestos por la familia de Xuban, o no ve ninguna duda razonable en las imágenes de video que muestran cómo suena un disparo y acto seguido alguien cae desplomado, o toma como única referencia válida el informe del forense despreciando el del médico presentado por Xuban, todo ello antes (¿o quizás después?) de concluir que, obviamente, el golpe que pudo haber matado a Xuban fue fruto de golpearse la cabeza al tropezar por sí mismo en la huida. Posiblemente les quede la duda a Ares, a los ertzainas implicados y a la jueza de si Xuban se provocó ese golpe intencionadamente para desprestigiar deliberadamente a la Ertzaintza en particular y a las instituciones democráticas en general. Duda que tendrán opción de resolver en el juicio por desobediencia contra Xuban y otras dos personas en que vergonzosamente ha derivado la denuncia inicial contra el cuerpo policial.

No les creemos. Porque sufrimos su violenta actuación generalizada aquel 29 de marzo, que como ya dijimos entonces, vulneró el propio derecho a la huelga. Porque les vimos disparar pelotazos incluso en la masiva manifestación de la tarde a bulto, contra miles de personas. Porque cargaron nuevamente con saña en la concentración de apoyo que convocó el movimiento Acampada Gasteiz al día siguiente en solidaridad con Xuban y contra la violencia policial. Y en la de un día más tarde, con Xuban en la Unidad de Cuidados Intensivos con la marca del pelotazo aún visible en la cabeza e Iñigo Cabacas enterrado por la misma arma, amenazaron, todo sensibilidad y proporcionalidad, con «como gritéis algo en contra de la Policía, cargamos», y por si quedaba alguna duda, «con las peloteras».

No les creemos porque este no es un caso aislado. Ni en cuanto a actuación policial ni en cuanto a posterior ocultación y deformación de los hechos. Que se lo pregunten a Iñigo Cabacas, a su familia, que viene denunciando las continuas trabas y dilaciones en la investigación por parte de la Consejería de Interior. Que se lo pregunten al Ararteko, que viene repitiendo las mismas recomendaciones básicas a la Ertzaintza en cuanto a uso proporcionado de la violencia, en cuanto a garantías judiciales, en cuanto al automatismo de denunciar a quien denuncia para desacreditar al denunciante, imputándole algún delito y transmitiendo así un mensaje de impunidad y de miedo a quien se le ocurre señalar a algún agente. Y, claro, repite las mismas porque en estos 15 años no se le ha hecho caso en ninguna de ellas. Si ante las peticiones de simple información por parte de Ararteko sobre el asesinato de Iñigo Cabacas, de la Defensoría del Pueblo Vasco, que es un cargo público dependiente del mismísimo Parlamento, la respuesta de la Policía autonómica con su consejero Ares a la cabeza es negar dicha información y arremeter con dureza públicamente contra Iñigo Lamarca por intentar esclarecer al menos parte de los hechos, ¿qué respeto mostrará a personas de a pie y a movimientos sociales y sindicatos? Si la judicatura se dedica a encubrir las faltas de responsables políticos y agentes que ostentan por ley el monopolio de la violencia en vez de velar por evitar sus excesos, ¿cómo podemos esperar justicia en vez de impunidad?

No les creemos a ellos. Creemos a Xuban, a los testigos que narraron lo ocurrido cuando Xuban ya estaba inconsciente. Creemos en lo que vimos y vivimos a lo largo de toda la jornada y en lo ocurrido en otros casos y en otros lugares. En los juzgados y despachos, la Policía goza de presunción de inocencia y la ciudadanía de culpabilidad. Entre nosotras, la experiencia nos dicta lo contrario. Quizás no estaría de más introducir actores imparciales para dilucidar estos casos, pero desde luego no parece que vayamos a encontrarlos en los tribunales. En cualquier caso, exigimos justicia para Xuban y depuración de responsabilidades a todos los niveles.

No les creemos, y nos sentimos en la obligación de decirlo cuanto más alto mejor. Porque ante la oleada de recortes de derechos sociales, civiles y políticos, en un contexto de bancocracia donde la política oficial se nos muestra corrupta y servil al dinero, vamos a tener que seguir protestando y saliendo a la calle. Desde aquella huelga en que casi matan a Xuban, no hemos hecho más que acumular nuevas razones para ello. Es necesario denunciar este atropello, porque no hacerlo hoy es multiplicar las opciones de que situaciones similares se repitan en el futuro.

Como denuncia, y para mostrar nuestra solidaridad a Xuban, convocamos a una concentración este miércoles a las 19:30 en frente de la comisaría de la Ertzaintza en la calle Olaguibel. Animamos a acudir con casco a la misma. Para evitar posibles caídas fortuitas que puedan derivar en golpe en la cabeza con riesgo de muerte como le ocurrió a Xuban. Y como muestra de buena voluntad hacia la Policía, Ares y la juez para que, evitando dichos desgraciados accidentes, nadie pueda manchar malintencionadamente el buen nombre de la Policía autonómica y de las instituciones democráticas.

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