GARA > Idatzia > Kultura

«Nos hacemos mucho daño jubilando a gente con sabiduría y conocimiento»

p047_f01_98x125.jpg

Billy Connolly

Actor y comediante

La sola presencia de Billy Connolly (Glasgow, 1942) ya genera una sonrisa. Comediante de postín, a lo largo de sus 50 años de carrera, ha seguido muy presente a través de diferentes generaciones; por lo que no es de extrañar que en una familia escocesa disfruten de sus shows desde el abuelo hasta el nieto. Es, además, uno de los protagonistas de la primera película dirigida por Dustin Hoffman.

Janina PÉREZ ARIAS | MADRID

Protagonista de la primera película dirigida por Dustin Hoffman, Connolly parece una extensión de su personaje en «El Cuarteto». Con Hoffman a la batuta, esa sinfonía de músicos y cantantes de ópera retirados en una residencia de ancianos, resulta un verdadero disfrute.

Junto a Connolly trabajan Maggie Smith, Tom Courtenay, Pauline Collins y Michel Gambon. De pasado también musical, aunque en el territorio del folk, contemporáneo tanto de Hoffman como de los otros actores, Connolly parecía perfecto para encarnar al pícaro y divertido Wilf Bond. Sin embargo, quien con garbo lleva una melena predominantemente blanca no fue la primera opción.

¿Cómo llegó Dustin Hoffman hasta usted?

Me vio en uno de mis shows de comedia. Finalicé el documental para la televisión «Route 66» con una función en Los Ángeles, y él fue a verme con su esposa. Me preguntó si todavía tenía el mismo número de teléfono y si tenía el mismo agente... Pero no pasó nada. Llamé a mi agente para preguntarle si Dustin Hoffman lo había contactado y me dijo que sí, que tenía una película en mente, pero que todavía no sabía porque estaba tratando de fichar a Albert Finney. Y yo le dije, «¿está entre Albert Finney y yo? ¡Joder!». Claro, Dustin no me quiso decir que Albert había sido su primera opción. También quería a Peter O'Toole. Cuando supe quiénes eran los otros actores, hasta me dio miedo. Y al contarme que se trataba de unos artistas pensionados que viven en una residencia de ancianos... [pone cara de entre ofendido y sorprendido].

¿Cómo es estar junto a estos grandes nombres del cine?

Es un placer trabajar con gente de ese calibre, traen consigo una alegría de la que puedes formar parte.

Ellos podrían decir lo mismo de usted.

Me gustaría, porque es gente que está en el top. Lo mismo puedo decir de muchos músicos que admiro, y que también salen en la película. Solo puedo admirarlos, sean músicos o actores. Cuando alguien es un maestro en lo que hace, facilita el trabajo, como fue el caso de actuar con Judi y de ser dirigido por Dustin. Se podría pensar que puedes aterrorizarte, pero como lo tienen de una forma tan natural, es más sencillo reaccionar, actuar con ellos. Es una alegría. Y con Dustin, ya se conoce su historia, es el tío de «Midnight Cowboy», «El Graduado», ¡Oh, dios mío! (risas).

¿Dustin Hoffman es el tipo de director que se pone furioso cuando no se está en ese buen camino?

¡Nunca! Más bien dice algo como «vamos a intentar hacer esto o aquello». Así que «intentamos» ciertas cosas, y al final te puede decir, «me gusta así». Al ser actor, uno de los buenos, Dustin te dice cuándo has hecho un buen trabajo; y no es que necesite escuchar todo el tiempo lo bueno que soy, pero es agradable saber que vas por el camino correcto, en especial cuando en el set hay doce actores, y podríamos estar rodando durante horas y nadie te dice si lo estás haciendo bien o no. El director se puede quedar así [pone cara inexpresiva] o te puede decir: «vamos a hacerlo otra vez».

Sin embargo, en una entrevista ha contado lo divertido que es ver a Hoffman enfadado.

Creo que me resulta muy gracioso porque él no es tan alto. Le habían prometido instalar la silla eléctrica para la escalera de la residencia un sábado para poder rodar esas escenas; llegó ese día, y claro, la silla aún no estaba como se lo habían prometido. Y al no tenerla gritó enojadísimo (le imita): «¡¿Dónde está mi jodida silla?! ¡Sois unos mentirosos!». Echó tantas pestes... ¡Fue genial verle así! (risas).

Se tiene la impresión de que los actores británicos son más llevaderos que los americanos.

Sí que lo son... Pero acerca de esos cuentos sobre Dustin que si es un aprensivo actor de método, un perfeccionista o un tipo difícil, puedo decir que de eso ni rastro. Es muy divertido, de risa fácil; es un buen tío.

Igual tiene que ver con la edad.

Pienso más bien que su actitud le viene por su talento, con ser bueno en lo que hace. Al tener confianza en sí mismo, al no tener que demostrarle nada a nadie, se puede relajar. En mi vida me he topado con un par de cabrones, pero la mayoría de la gente es amable. Algunos actores de un nivel más bajo, hasta extras, se ponen con eso de «no puedo trabajar con fulanito».

¿Le preocupa la vejez?

Está bien mientras no crezcas. Puedes envejecer, pero no madurar. La gente piensa que madurar es algo elegante. Yo pienso que ser de verdad viejo es lograr la madurez. Hay que mantener la capacidad de sorprenderse, lo infantil, retener la disposición a dejarte encantar por algo. Eso pasa constantemente con comediantes y actores.

Durante el rodaje, ¿cómo abordaron el tema del «retiro»?

Las veces que hablamos de eso, todo el mundo se mostró en contra. Personalmente pienso que el retiro es obsceno, que como sociedad nos hacemos mucho daño jubilando a gente con sabiduría y conocimiento, para reemplazarla con jóvenes que no saben nada de nada, pero que tampoco es culpa de ellos. No hay razón para hacer que la gente se jubile a los 65 años. Como dice un proverbio chino: «La muerte busca las manos sin ocupación». Cuando te jubilas, lo que te queda es ver programas de concursos en la televisión. No se trata solamente del trabajo, es todo lo que implica, desde ir en autobús diariamente, hasta frecuentar un bar con tus colegas.

Aunque posee una larga carrera, no ha hecho muchas película, ¿por qué?

No me ofrecen muchas cosas. Pienso que actúo más o menos bien, pero me contratan por lo que hice, por mi trabajo en comedia, por ser chistoso, por poseer cierta ligereza, y si lo quieren, simplemente participo. Cuando me han buscado, no he hecho una audición. La única que hice fue con una cosa de Disney que ni siquiera llegó a cristalizar. Pero sigo con varios proyectos, en junio tuve que volver a Nueva Zelanda para seguir rodando «El Hobbit», una experiencia muy divertida.

Llegó a la actuación por casualidad, ¿no echa en falta una educación formal como actor?

A veces pienso que podría ser más centrado si hubiera tenido una formación actoral, pero no lo echo de menos; si tengo que aprender el acento ruso, lo hago. No extraño nada, soy un tipo más bien feliz, tal vez tenga que ver con el hecho de que no soy muy ambicioso. En mi carrera artística he estado rodeado de gente muy ambiciosa, como mánagers o agentes. Cuando haces comedia, puedes darte cuenta de lo que te da placer hacer y decir, pero después de un tiempo tienes que dejarlo para luego retomarlo. Mientras me quieran, podré combinar la comedia con el trabajo en el cine y la televisión.

 
pocas películas

«No me ofrecen muchas cosas. Pienso que actúo más o menos bien, pero me contratan por lo que hice, por ser chistoso, por poseer cierta ligereza»

dustin hoffman

«Su actitud le viene por su talento, con ser bueno en lo que hace. Al tener confianza en sí mismo, al no tener que demostrarle nada a nadie, se puede relajar»

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo