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Xabier Silveira | Bertsolari

CAN-KUTX-TOS

Y mientras unos tanto y otros tan tontos, ellos continúan luciendo papada, ahí, que se note, que se note que son la «crème de la crème», lo muy muy y lo más más de lo que algún día fue el lugar donde todo sobraba

Parecían chorizos y han resultado ser cerdos. Embutidos en sus trajes de mil euros, adornados con sus corbatas de porque puedo y siempre acompañados de su dios, ese que es tan bueno; como digo, parecían chorizos y resultaron ser puercos. Cutos, para que ellos lo entiendan también. Navarra no sé si tiene cadenas, pero si algo tiene es dueño. En Sicilia se llamaría Cosa Nostra, en Nápoles Camorra, en Rusia Babushka y aquí, aquí simplemente se llama UPN. Dueños y Señora de lo que fue un gran Reyno y ellos lo han convertido en porquera. La cabra tira al monte y el cerdo se lo monta a su manera; comámoslo todo que algo siempre queda. Hasta que ya no queda. Es entonces cuando el ciudadano de a pies puntillas decide que es suficiente, que por muy alma de cántaro, él quiere vino y no agua de la fuente. Y fuenteovejuna, una más una más alguna otra, se arrejunta la plebe y dice, señores, no se pasen de la raya que por mucha riqueza que aquí haya, raya a raya, donde había un océano no va a quedar ni playa.

Me sorprende cero, la verdad. Fueran antes terratenientes o alumnos de la UN con notas de sobresaliente, ¿alguien cree que trabajarían por amor al arte y el bien de la gente? Nadie es tan inocente. Y todos somos, en parte, culpables. Ahora se destapa el derroche en la CAN, el robo a mano jartada y el despilfarro por la cara. A agua pasada todos son lodos. Entre espárragos bien gordos y melones cojonudos, repartían pesetas mientras se quedaban con los duros. Cutos no, recutos. Y nosotros, bobos no, rebobos. Entretenidos como nos tenían comprándonos nuestras casicas, subvenciones de todo tipo, tan fortachones los y tan monicas las, a joderse toca, nos han dejado a dos velas. Y más vale que no nos tengamos que pasar una semana ingresados en el hospital, que dicen, llegas mal y sales difunto de la comida que allí dan.

Será por motivo parejo que los directivos de nuestra sacrosanta caja de ahorros invitaban a empresarios de su misma piara a comer en París, no fueran a comer aquí y les sentara cual patada en la huevada. No saben nada. Veinte helicópteros para ciento cincuenta chupópteros, bien vestidos todos ellos, traje, corbata y cara de cerdo. De cuto, perdón.

No manda capitán donde se habla con dinero y poderoso caballero acabó en quiero y no puedo. Las arcas públicas saqueadas, la educación y la sanidad pisoteadas, miles y miles de casas que conforman ciudades fantasma, ni pan para hoy ni nada de nada. Y mientras unos tanto y otros tan tontos, ellos continúan luciendo papada, ahí, que se note, que se note que son la crème de la crème, lo muy muy y lo más más de lo que algún día fue el lugar donde todo sobraba.

Quien regala dinero, sea en forma de subvenciones o sea como sea, solo busca que nadie mire para que nada se vea. Y de ese dinero regalado, muchos de los ahora indignados, también chuparon, y bien que chuparon, mientras públicamente culpaban a la ETA de todos los desaguisados. Hasta mis seis txapelas se pagaron con el dinero aquel que con nuestro silencio debíamos agradecer. Pues ni lo hice ni lo haré. Por lo que donde digo CAN digo Kutxa también. Otro año que no gano.

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