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«Queríamos decir que, para salir de esta, tendremos que hacer algo»

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Demian Sabini

Director de Cine

Sabini (Barcelona, 1980) estudió jazz y música contemporánea en EEUU. En 2005, comenzó a trabajar como actor, guionista y director de forma autodidacta en Nueva York. Cuatro años después, fundó su productora, Moviement Films, llegando su segundo trabajo como realizador y productor, el corto «Lo que Walter sabe». «Terrados» es su primer largometraje como director, protagonista y productor.

Alvaro HILARIO | BILBO

Esta semana se ha estrenado en los Multicines de Bilbo «Terrados», un largometraje producido, dirigido e interpretado por Damien Sabini y nacido de un crédito personal de 8.000 euros.

El corto presupuesto de su película viene de un crédito personal. ¿Hay que estar loco para hacer cine?

Hay que preguntarse quién está más loco: quien lo propone o los cuarenta que se suben al carro. La idea de hacer un corto mutó a un largo barato. Pensé que, al menos, aprendería algo. De ahí viene la idea de los terrados, que son muy cinematográficos y hay luz natural. Después, llegó la historia del grupo de amigos, algo que, imagino, llamó la atención de la gente que se unió al proyecto: estábamos contando algo que todos conocíamos; varios, por ejemplo, estábamos en el paro.

¿Qué retrata su película?

Es el retrato de esta generación, la más preparada. No habla de crisis como tragedia o drama de familias que están todos sin trabajo. Es un grupo de treintañeros -de clase media, acomodados, con sus carreras- que se han quedado en paro. La crisis, el paro es el contexto que utilizo para dar mi punto de vista sobre cómo hemos crecido, formado y a dónde hemos llegado. La película se hizo en el 2010, antes del 15 M. Todo el grupo veía la situación como unas vacaciones: nadie pensaba que se iba a alargar tanto. Hemos crecido con la sensación de que siempre nos van a sacar las castañas del fuego. El filme se mueve en ese contexto y pone a los personajes en ese momento en el que parece que, como siempre, no tenemos grandes preocupaciones. Después del 15 M parece que estamos más despiertos pero, en su momento, la intención era decir que si queremos salir de esta, tendremos que empezar a hacer algo.

Ha hecho un filme con 12.000 euros.

Se trabajó durante mes y medio y nadie ha cobrado: todos han sido muy participativos y generosos. Pagamos el maquillaje, los alquileres y transporte de los equipos de luz y sonido. Hasta Macaco nos ha cedido un tema, aunque hay que pagar los derechos por explotarla comercialmente.

Hecha la película, viene el tema de la distribución.

Me encontré con todas las dificultades posibles, pero la película ha ido sorteando obstáculos de una forma muy inesperada, además. Es un filme muy pequeñito y lo envié a festivales pequeños y medianos, donde no entró; pero sí lo hizo en la Seminci de Valladolid, en 2011 y ganamos el Premio del Público; todo inesperado. Pensamos que nos abriría puertas, pero no. Me dijeron que abandonara, pero si no me encuentro el «No», yo sigo. Empecé a llamar yo a las salas y así conseguí estrenarla en Barcelona, Madrid y Granada. En Barcelona hizo más ruido porque la campaña promocional se basó en diferentes pases de la película en terrados, en azoteas, TV3 nos sacó en las noticias y aguantamos cinco semanas en cartel. Ahora, la lleva un distribuidor free-lance, muy buena persona, que ha conseguido llevarla a Bilbao, Mallorca y Canarias. Esto se ha conseguido tras escuchar muchísimos noés, pero yo voy hasta el final de lo que empiezo. No sé ni cómo he aguantado; han sido dos años y medio, desde que terminé de filmarla, que casi todas las mañanas me decía «ya no aguanto más». El resultado ha sido gratificante a la par que difícil. Ha merecido la pena, en especial por el equipo.

¿Tiene aún ganas de seguir haciendo cine?

Sí. Lo mejor de esta son las puertas que podría abrir, porque a nivel económico no he recuperado ni la mitad de los 18.000 euros que, finalmente, he invertido. Pero hacer películas de este modo, así, no; hacer trabajar a la gente sin cobrar, no. Sobre todo por esto; aunque también por mí: estar endeudado, sin trabajo, sin saber si va a salir algo... Pero sí que soy optimista de cara a hacer cosas en el futuro. La película, al menos, me avala como capaz de aguantar lo que supone ser director, productor. Yo también he aprendido mucho y, a pesar de que la película es modesta, ha tenido su recorrido.

 
LA CRISIS

«La crisis, el paro es el contexto que utilizo para dar mi punto de vista sobre cómo hemos crecido, formado y a dónde hemos llegado. La película se hizo en el 2010, antes del 15 M. Todo el grupo veía la situación como unas vacaciones: nadie pensaba que se iba a alargar tanto»

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