Soldados de Mali e islamistas se enfrentaron ayer en pleno centro de Gao, ciudad recientemente tomada por tropas francesas y malienses. Los tiroteos se produjeron cerca de la sede de la Policía. «Elementos del Movimiento por la Unidad y la Yihad en el Oeste de Africa (Mujao) se han infiltrado en la ciudad y vamos a desalojarlos», dijo una fuente militar maliense. Esta es la primera vez que grupos armados islamistas atacan una de las ciudades recuperadas por los soldados franceses y malienses.

«Los islamistas se han atrincherado en la comisaría, abriendo fuego contra los soldados malienses en cuanto han llegado al lugar. Los refuerzos también han sido atacados por islamistas escondidos en los edificios de alrededor. Tras un intercambio de disparos, ha intervenido el Ejército francés», explicó a AFP un testigo, afirmando haber visto el cadáver de una persona, «probablemente un civil muerto por una bala perdida». Este fuego cruzado vació las calles de Gao, que es la llave de acceso a las aglomeraciones del desierto, Kidal y Tessalit, lejos en dirección al norte, hacia la frontera argelina.

El viernes fue escenario del primer atentado suicida de la historia de Mali. Un kamikaze que iba en moto murió al detonar la carga explosiva que llevaba cerca de un puesto de control en la entrada norte de la ciudad.

La seguridad del control fue fuertemente reforzada tras el ataque, que hirió levemente a un soldado maliense. Además de duplicar el número de efectivos, colocaron dos muros formados por sacos de arena separados entre sí por 300 metros y cortaron varios árboles para mejorar la visibilidad del lugar. Pero pese a estas medidas de protección, el sábado por la noche, un segundo kamikaze camuflado con uniforme militar hizo explotar el cinturón de explosivos que llevaba cuando soldados abrieron fuego contra él. Una fuente militar francesa precisó que la explosión se produjo «a diez kilómetros del campo» del Ejército francés, instalado en el aeropuerto de esta localidad.

De acuerdo a varios soldados en el lugar, la carretera que une Gao con las ciudades de Burem y Kidal fue cerrada al tráfico de vehículos. «En cuanto sales a más de unos kilómetros de Gao, es peligroso», admitió un soldado horas antes del tiroteo que obligó a los habitantes de Gao a encerrarse en sus casas.

El Mujao reivindicó estos atentados así como el ataque de ayer a Gao. Su portavoz, Abu Walid Sahraui, advirtió que «la lucha continuará hasta la victoria. Los mujahidine están en la ciudad, donde se van a quedar».

El jueves, este grupo anunció en un comunicado la creación de una «nueva zona de conflicto», la comisión de ataques kamikazes y la colocación de minas antipersona. En opinión de analistas, se trata de una nueva estrategia de guerra, con muchas similitudes con Afganistán.

El sábado por la mañana, arrestaron a 20 kilómetros al norte de Gao a dos personas que portaban cinturones de explosivos. Esta operación militar coincidió con la orden de arresto internacional cursada por la Fiscalía contra líderes de grupos islámicos y tuareg perseguidos por operar contra soldados franceses y del Gobierno.

Por otra parte, en Tombuctú fueron descubiertos los cuerpos de varias personas, entre ellos tres comerciantes árabes que habían sido detenidos recientemente por el Ejército maliense, indicó la agencia mauritana ANI. Precisó que el descubrimiento tuvo lugar el viernes, a menos de dos kilómetros de la entrada norte de la ciudad, situada a 900 kilómetros de Bamako, donde el viernes al menos dos adolescentes murieron y otras 13 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre los propios militares.

El jefe del Estado, Dioncounda Traoré, condenó los «disparos fratricidas» e hizo un llamamiento a «la unión sagrada indispensable».

Este suceso, que ilustra las divisiones en el Ejército, fue motivado por el rechazo de los Boinas Rojas, una unidad militar de élite, a abandonar su campamento de Bamako e integrar otras unidades para combatir a los grupos armados islamistas.