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Raimundo Fitero

Formal

 

Pues sí, en La 2, siguen habiendo algunos de los mejores documentales de toda la parrilla, y son didácticos y enseñan conocimientos científicos sobre el comportamiento de nuestro cerebro que deberían formar parte del currículum de cualquier televisión pública. Los dedicados a la fauna y la flora, llevan tantos años repitiéndose o enfocando al mismo tigre desde diferentes ángulos, que aburren, son esencialmente coadyuvantes de la siesta. Pero los que se dedican más a las ciencias sociales, a la neurología, la antropología o la arqueología tienen ahora una apariencia formal mucho más elaborada, se ha acomodado a los lenguajes actuales y son mucho más eficaces. Incluso se ha renovado el repertorio temático y, sobre todo, se han incorporado nuevas caras, nuevos conductores que le añaden credibilidad a la vez que dinamismo.

Uno se puede quedar enganchado con muchos de ellos, como el episodio visto sobre los menhires de la isla de Pascua, y que dos arqueólogos han demostrado que esas grandes moles de piedra se auto-transportaban, es decir que caminaban, solamente necesitaban estar sujetas para mantener el ritmo y para que no se venzan. Lo demostraron tras muchos errores y fallos. Insistían, debían probar su teoría, y lo lograron. Mientras veíamos los trabajos de ingeniería primaria, nos iban contando las motivaciones para llegar a esas conclusiones, las dudas sobre los habitantes de esa isla, las razones que creen que justifican que esté tan pelada de vegetación, la navegación. Es decir además de entretenido era una aportación constante de datos y conocimientos.

Porque hay que señalar que existen otro tipo de documentales, muy espectaculares, pero muy poco rigurosos, que siembran dudas constantes en el telespectador que se pregunta si lo que cuentan es verdad o es un montaje. Y no se trata de un asunto formal sino que es una concepción del propio hecho documental, o que nos indica que existen todavía hacedores rigurosos de una televisión con vocación de servicio público, que se enfrentan a la inmensa mayoría de productos televisivos de evasión, entretenimiento y búsqueda de audiencias, aunque se disfracen de contenidos seudo-científicos.