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NUEVO TIEMPO POLÍTICO EN EUSKAL HERRIA

El Gobierno español veta a Espagnac por su apoyo al diálogo

El Ejecutivo del PP presionó para que la senadora Frédérique Espagnac no tomase parte en un encuentro bilateral entre diputados y senadores de ambos estados celebrado en el Congreso español el pasado jueves

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A. ROUGET-A. PRADILLA | URRUÑA-MADRID

Madrid presionó a París para que la senadora francesa Frédérique Espagnac no tomase parte en un encuentro bilateral entre diputados y senadores de ambos estados celebrado en el Congreso español el pasado jueves. Según fuentes francesas conocedoras de los hechos y consultadas por GARA, el Gobierno del PP justificó su veto en la implicación de Espagnac a favor de la resolución dialogada del conflicto vasco. Finalmente, la senadora optó por no viajar junto al resto de la delegación, encabezada por el ministro de Asuntos Europeos, Bernard Cazeneuve.

La senadora, que ejerce también como portavoz del Partido Socialista francés y forma parte del equipo de colaboradores más cercano de François Hollande, prefirió no hacer declaraciones tras ser contactada telefónicamente por este periódico. Las presiones se producen en un contexto en el que la totalidad de las fuerzas políticas de Ipar Euskal Herria se han comprometido con dinámicas de resolución como Bake Bideak. Por el contrario, el inmovilismo sigue constituyendo la única respuesta del Ejecutivo de Madrid.

La presencia de la portavoz del PS en la delegación procedente del Estado francés era casi obligada. Además de ser uno de los pesos pesados del partido que ocupa actualmente El Elíseo, preside el grupo de amistad entre Madrid y París del Senado francés. Sin embargo, el Ejecutivo del PP no vio con buenos ojos que una política que ha defendido activamente el diálogo tomase parte en el encuentro. La senadora estuvo presente en la Conferencia de Paz celebrada en Aiete el 17 de octubre de 2011. Además, se mostró muy crítica con el arresto y posterior entrega a Madrid de la dirigente independentista Aurore Martin.

Hollande, de viaje en India

Esta posición favorable a la paz y al diálogo de Espagnac provocó el nerviosismo de las autoridades españolas. Por eso, Madrid presionó al Gabinete de Hollande para que no formarse parte de la delegación. Según fuentes conocedoras del asunto, estos mensajes fueron transmitidos a la propia senadora, quien terminó quedándose en casa, pese a que su presencia estaba anunciada. En el momento en el que se produjeron estas maniobras, el presidente Hollande se encontraba de viaje oficial en India, por lo que no hay constancia de que fuese informado de las gestiones desarrolladas por parte de Moncloa.

Tanto el Gobierno español como el Ejecutivo francés intentan ahora negar los hechos. Fuentes del Ministerio del Interior español consultadas por GARA negaron ayer tener constancia de las presiones relatadas. La misma actitud fue adoptada desde la cartera de Asuntos Europeos francesa, que era la encargada de la expedición. No obstante, este guión se repite desde el mismo día en el que tuvo lugar la cumbre parlamentaria.

Jon Iñarritu, diputado de Amaiur y presente en el encuentro en la Cámara Baja, ya que forma parte de la comisión mixta Congreso-Senado para la Unión Europea, interpeló ese mismo día al ministro francés por el veto. Este, después de excusar la ausencia de Espagnac por supuestos compromisos en el Senado, terminó asegurando no tener constancia de las maniobras españolas. Esta no es la primera ocasión en la que Madrid trata de vetar a una autoridad europea por su implicación con una solución dialogada. Ya lo hizo, por ejemplo, con Francesco Cossiga, expresidente italiano fallecido en 2010 y comprometido con una resolución democrática.

Su nombre, en los papeles

Se da la paradoja de que el nombre de la senadora figuraba en el documento de presentación de la delegación francesa. Junto a Espagnac y el ministro, también debían desplazarse a Madrid Antoine Gobelet, consejero de Asuntos Económicos, Gautier Lekens, consejero del ministro, Jean Michel Casa, director para la Unión Europea del Ministerio de Asuntos Exteriores, y el diputado Arnaud Leroy. Todos ellos, a excepción de la senadora, tomaron parte en el encuentro celebrado en la sala Lázaro Dou del Congreso español. Paradójicamente, el nombre de Espagnac se mantuvo incluso en los papeles entregados a los asistentes a la sesión de trabajo. Por parte francesa también participó el embajador en Madrid, Jérôme Bonnafont y algunos de sus consejeros en la legación de la capital española.

La agenda de Cazeneuve no se limitó a la reunión parlamentaria. El ministro francés de Asuntos Europeos también celebró una conferencia de prensa por la mañana y, por la tarde, un encuentro con Jorge Moragas, jefe de Gabinete del presidente español, Mariano Rajoy. Los puntos a tratar estaban centrados en cuestiones monetarias, como los presupuestos de los Veintisiete, así como en la intervención militar en Mali. Por este motivo, la presencia de Espagnac, muy activa en las diversas iniciativas que se han desarrollado a favor de una solución dialogada del conflicto vasco, podía introducir en la agenda un punto que el Gobierno español se niega a tratar.

Eludir la cuestión vasca

De hecho, la cuestión de Euskal Herria apenas apareció mencionada en el acto del Congreso español. Tras la intervención de Cazeneuve, Irene Lozano, diputada de UPyD, interrogó al ministro francés sobre su opinión acerca del proceso soberanista en Catalunya. Jon Iñarritu, parlamentario de Amaiur, le planteó si París está dispuesto a firmar la Carta Europea de Len- guas Minoritarias, además de invitarle a implicarse en el nuevo tiempo político abierto en Euskal Herria. En este sentido, destacó la importancia de iniciativas como «Forum pour la Paix - Bake Bidean», que ha reunido a todo el arco político de Ipar Euskal Herria, desde la derecha, representada por UMP, pasando por el PSF hasta llegar a los partidos abertzales. Una realidad que contrasta con la situación al otro lado del Bidasoa, donde las formaciones unionistas (PP y PSE, así como UPyD), ni siquiera acudieron al acto que conmemoraba el aniversario de la Conferencia de Aiete.

La respuesta del ministro ante las apelaciones se limitaron a la cortesía institucional. En este sentido, consideró que tanto el caso vasco como el catalán son «asuntos internos» del Estado español y ni siquiera hizo mención a las referencias al euskara en Iparralde. «No se entendería que un ministro español acudiese a Francia para hablar sobre Corsica», llegó a asegurar. Una sentencia paradójica si se tiene en cuenta que los miembros del Ejecutivo español habían maniobrado para que uno de los cargos presentes en su delegación no viajase a Madrid.

sí a un jefe militar

El mismo día en el que Espagnac optó por no viajar a Madrid, las autoridades españolas recibían con honores a Otto Pérez Molina, presidente de Guatemala y jefe militar durante el genocidio del país centroafricano.

Un año del pacto firmado por PP, PSOE y PNV sin ningún avance

El veto a la visita de la senadora francesa Frédérique Espagnac coincide en el tiempo con el aniversario del pacto firmado en el Congreso español por PP, PSOE y PNV que fijaba las bases para gestionar el «fin de ETA». Aquel texto, que pretendía dibujar la estrategia del Estado ante el nuevo ciclo abierto en Euskal Herria, fue acordado por las tres formaciones en la Cámara Baja como respuesta a una moción de UPyD que instaba a la ilegalización de Amaiur. Esto ocurrió el 21 de febrero del pasado año. Han transcurrido doce meses y no se ha registrado ningún avance.

En aquel momento, el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, destacó el «valor político» de un acuerdo que, además de instar a la organización armada vasca a disolverse de forma «definitiva e incondicional», defendía la apertura de cauces de diálogo entre Moncloa y los gobiernos de Lakua e Iruñea. Además, se apuntaba «favorecer los esfuerzos hacia una convivencia social construida sobre los principios y valores en que se sustenta el Estado de Derecho». El documento no fue suscrito por ERC, Geroa Bai ni Amaiur, que rechazó la posibilidad de reeditar un «Ajuria Enea II».

En aquel momento, Xabier Mikel Errekondo, portavoz de Amaiur en el Congreso español, acusaba a los firmantes de «vender humo». Lo cierto es que, doce meses después, no se ha registrado ningún movimiento. Ni siquiera en la línea de lo apuntado en aquel texto. El aniversario del pacto coincidirá con el debate sobre el «Estado de la Nación», en el que Mariano Rajoy tendrá que valorar la gestión de un año marcado por la crisis económica y el inmovilismo hacia el nuevo ciclo abierto en Euskal Herria. A. PRADILLA

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