Gipuzkoa Basket vuelve a ganar
Un vendaval asoma por Illunbe y se lleva por delante al Valladolid
Los de Sito Alonso jugaron su mejor partido de la temporada y obtuvieron un triunfo aún más cómodo de lo que dicta el marcador. Solo hubo un momento de zozobra durante el tercer período, pero cinco triples consecutivos de Gipuzkoa Basket solventaron los problemas.
LAGUN ARO GBC 94
VALLADOLID 78
Arnaitz GORRITI
Ver para creer. El Valladolid terminará esta jornada con cuatro victorias más que Gipuzkoa Basket, después de que el conjunto donostiarra abusara de la escuadra castellana en su mejor partido de toda la campaña. Todos los jugadores locales rindieron a gran nivel, mejorando paulatinamente sus prestaciones hasta borrar del mapa a un paupérrimo Valladolid, que no pudo hacer otra cosa que maquillar el resultado final.
Renfroe penetraba hasta la cocina logrando el 0-2 y en el primer ataque donostiarra, Woods daba un mal pase que se iba fuera. Lo que parecía el preludio de otro mal día para los de Sito Alonso se convirtió en la casilla de salida de su victoria más cómoda, con jugadores gustándose en el tiro o en penetración -Finley se adornó con varios requiebros que provocaron la admiración del público-, hasta llegar 25-15 al descanso.
Los triples rompían el partido para los locales en el primer parcial, pero como aquello no podía durar, Doblas se erigió en el amo del segundo asalto, logrando 8 de los 18 tantos de su equipo, imponiendo su ley bajo la zona. Renfroe, Martín y Hunter a duras penas lograban que los pucelanos siguieran vivos en tiempo de descanso: 43-30.
Los triples de Papamakarios
Incluso la victoria más cómoda hasta la fecha tuvo su momento de zozobra. Fue en el tercer cuarto. Los de Sito Alonso, que ganaban 52-39 con muy buena aportación de Finley y Woods, de pronto se atascaron ante la zona 2-3 de los de Roberto González. Asimismo, Hunter y Martín se echaron a los pucelanos a la espalda, logrando un parcial de 2-9 para sembrar la duda en Illunbe: 54-48.
Pero ayer era un día para disfrutar, o al menos así lo quería vivir Papamakarios. Si dos triples suyos servían para dar el primer tirón, otros dos, seguido de un tercero de Finley y un cuarto de Salgado, devolvían la tranquilidad y la fiesta a un necesitado feudo donostiarra.
Salgado inauguraba el cuarto final con otro triple, mientras que Doblas daba el aporte preciso desde la pintura. La ventaja donostiarra superaba la veintena, 74-52, con un triple de Qyntel Woods, que celebraba su cumpleaños por todo lo alto. Como el respetable del Donostia 2016 Arena, que entre cánticos y gritos de «¡MVP!» a sus jugadores favoritos, gozó por fin de un triunfo con autoridad.
«Esto no deja de ser un paso de un camino muy largo y en la que nos quedan muchas cosas que mejorar», advertía un Sito Alonso comedido, pero sin duda satisfecho por el gran partido realizado por los suyos, dominando al Valladolid durante todo el partido excepto un breve intervalo.
«Hay que mostrar la satisfacción no solo por la victoria, sino por nuestro rendimiento durante muchos minutos. El equipo ha jugado rápido y alegre durante varias fases, teniendo las cosas claras de si somos agresivos en defensa y por medio del contraataque y la transición, tenemos más opciones de encontrar los tiros que queremos».
«Luego, cuando juegas con un rival con jugadores expertos que saben que el partido no acaba al inicio y que un equipo que necesita victorias puede tener nervios hasta el final, y es verdad que cuando no hemos metido un par de triples liberados contra la zona, nos ha entrado un poco el agobio. Pero hemos tenido la valentía de seguir tirando y ahí sí las hemos metido», añadía el preparador donostiarra.
Volvió, eso sí, su cara más enigmática al vincular su anotación a los extracomunitarios. «No es lo mismo tener dos americanos que no tenerlos. Finley no solo es un americano de meter o no meter; es comprometido, defiende, sabe lo que quiere... Woods celebra su cumpleaños... Ahora es capaz de defender y jugar agresivo aunque falle, y luego aparte puede meter», declaraba.
«Todos han hecho un buen trabajo, empezando por la defensa de Neto a Renfroe, aunque no las haya metido», zanjaba el de Monzón.
A. G.
