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Correa asegura tras su victoria que «la revolución no la para nadie»

Rafael Correa, el economista de izquierda que, tras seis años de Gobierno, ha logrado afianzar su liderazgo en Ecuador, obtuvo una victoria arrolladora en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo con un 56%,9 de los votos. En su primera intervención, afirmó que «esta revolución no la para nadie, estamos haciendo historia. Estamos construyento la patria chica y la patria grande». Aseguró que «lo mejor está por venir» y prometió no defraudar.

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GARA | QUITO

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue reelegido el domingo en primera vuelta para un segundo mandato de cuatro años con una amplia victoria -el 56,9% de los sufragios-.

En su primera intervención ante miles de partidarios desde la sede del movimiento Alianza País en Los Shyris, en el norte de Quito, afirmó que «esta revolución no la para nadie, estamos haciendo historia, construyendo la patria chica y la patria grande -en alusión a Latinoamérica-. Gracias por esta confianza, nunca les fallaremos, esta victoria es de ustedes, de todos los ecuatorianos».

Adelantó que ahondará en su proyecto político y aseguró que «lo mejor está por venir. Construiremos una nueva patria para dejar a los hijos de nuestros hijos. Estos cuatro años serán más maravillosos en el cambio radical de nuestra patria».

En la lucha contra la pobreza, destacó que deben seguir por la vía trazada: «Buenas políticas económicas, proteger lo nuestro, dar empleo, recuperar nuestros recursos naturales y priorizar la deuda social antes que la deuda externa».

Subrayó que lo hará «con una palabra que se le olvida frecuentemente a la izquierda, eficiencia, con un adecuado crecimiento económico y distribución de la riqueza para disminuir la pobreza y desigualdades».

Advirtió que el Gobierno «no cederá ante poderes fácticos. Nunca más volverá el país de los feriados, porque en Ecuador ya no mandan la partidocracia, la bancocracia ni los medios de comunicación, sino que manda el pueblo».

Por ello, instó a sus seguidores a «marchar cada vez más unidos, más organizados, porque la fuerza de la oposición política, económica y mediática para afectar al proceso revolucionario será cada vez mayor».

Según informó ayer el Consejo Nacional Electoral (CNE), el banquero Guillermo Lasso, principal rival de Correa, se quedó en un 23,7%. El líder del Movimiento Creo reconoció su derrota en un discurso en Guayaquil. «Correa ha triunfado, ha logrado la reelección y eso merece nuestro respeto y reconocimiento, vamos a felicitarlo a él y a su organización por haber logrado esto», manifestó.

De acuerdo con el escrutinio, el expresidente Lucio Gutiérrez (2003-2005) logró un 6,2%, seguido del derechista Mauricio Rodas (4,2%), el magnate Álvaro Noboa (3,6%), el candidato de Unidad Plurinacional de las Izquierdas Alberto Acosta (2,9%) y el de Ruptura, Norman Wray (1,4%), y el pastor evangélico Nelson Zavala (1,2%).

Para evitar una segunda vuelta, el gobernante necesitaba un 50% de los votos válidos o un 40% de estos y una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo.

La batalla por el Parlamento

El CNE no precisó cuándo se conocerá la conformación de la Asamblea Legislativa, un proceso más complejo debido a los métodos adoptados para la asignación de los 137 escaños, pero encuestadoras privadas como Cedatos-Gallup y CMS estimaron que los buenos resultados obtenidos por Correa permiten pensar que también se asegurará una mayoría absoluta en el Congreso. «La revolución ciudadana ha triunfado en una sola vuelta, y muy probablemente obtendremos una amplia mayoría en la Asamblea», señaló el mandatario tras su victoria.

Durante la campaña, en la que su liderazgo nunca estuvo en duda, se enfocó en promover a sus aspirantes al Parlamento, donde Alianza País (AP) tiene el principal bloque, sin alcanzar la mayoría absoluta.

El presidente, cuya toma de posesión está prevista para el 25 de mayo, considera crucial consolidar ese dominio para sacar adelante proyectos pendientes. Hasta ahora, la falta de mayoría absoluta en el Parlamento ha obstaculizado al Gobierno la aprobación de algunas normas, como la ley de comunicación, que plantea un nuevo reparto de frecuencias de radio y televisión y más regulaciones.

«Vamos a tratar de hacer que esta sea una prensa honesta, porque aquí hay prensa corrupta que está en manos de unas cuantas familias que creen que pueden decir lo que quieran porque tienen una imprenta», destacó tras ser reelecto.

Santiago Basabe, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), estimó que, además de esa ley, una mayoría legislativa le permitirá al mandatario sacar adelante reformas penales, una ley de aguas que lo enfrenta con un sector indígena y otra que prevé una redistribución de tierras.

Correa, que asumió la presidencia por primera vez en 2007, vivió uno de los momentos más difíciles de su Gobierno el 30 de setiembre de 2010, cuando cientos de policías se amotinaron contra una ley que cambió su régimen salarial. «Si quieren matar al presidente, aquí está, mátenlo», gritó ese día, abriéndose la camisa ante los uniformados, que luego lo golpearon y cercaron en un hospital donde se refugió. El presidente acusó a la oposición de instigar la protesta para derrocarlo.

Los primeros en saludar su victoria fueron los gobiernos de Colombia, Cuba y Nicaragua.

El presidente ecuatoriano insta a una mejor organización ante el repunte de la derecha

Los comicios del domingo marcaron la emergencia de una nueva figura política, Guillermo Lasso, quien saltó al ruedo en esta campaña como líder del Movimiento Creo. «De cero nos hemos convertido en la segunda fuerza política del Ecuador. Y ahora que tenemos el respaldo de más de un cuarto de los ecuatorianos, no dudo que nos convertiremos en la primera fuerza política del país. Nos opondremos con ideas, con propuestas», sostuvo. «A ellos, a los que coinciden con los principios, los valores, las ideas y las propuestas que defendí durante esta lid electoral les doy las gracias», dijo.

En la misma línea se expresó el candidato presidencial de la Unidad Plurinacional de las Izquierdas, Alberto Acosta, que reconoció el triunfo de Correa, al tiempo que le instó a «corregir los errores de la mal llamada Revolución Ciudadana».

Por su parte, el candidato de Sociedad Unida Más Acción (SUMA), Mauricio Rodas, adelantó que su partido será «veedor de que se respeten la Constitución, las leyes y la democracia en Ecuador» durante este nuevo mandato.

El propio Correa advirtió del repunte de «una derecha ideológica», tras la derrota de candidatos como Lucio Gutierrez y Alvaro Noboa. Consideró que deben organizarse «mejor porque las fuerzas que se oponen a este proyecto se van a ir organizando cada vez más para detenerlo». En su aparición pública del domingo ante miles de personas tras conocer los resultados preliminares, incidió en que «si no cambiamos ahora a Ecuador, no lo haremos nunca». GARA

«desafío»

En respuesta a una pregunta de Prensa Latina, Correa afirmó que «el gran desafío es hacer irreversible ese cambio de poderes en función de los seres humanos, de las grandes mayorías y no de los grupos fácticos, para lo cual hay que acabar de complementar la Constitución».

«líderes buenos»

En una entrevista con Telesur, el presidente electo ecuatoriano resaltó que lo que más necesita América Latina son «líderes buenos» que impidan una vuelta al pasado.

Hugo chávez

El ministerio de Exteriores de Venezuela emitió un comunicado en nombre del presidente Hugo Chávez celebrando la victora de Correa, que «es una nueva lección para los poderes fácticos que han fracasado en el intento de obstaculizar su camino hacia la consolidación de la soberanía».

Un economista enfrentado a la corrupción y a Washington

Rafael Correa, que se define como un católico seguidor de la teología de la liberación, nació en Guayaquil. Cuando tenía cerca de cinco años, su padre fue arrestado y encarcelado en EEUU acusado de traficar con droga. Tras ser puesto en libertad regresó a Ecuador y más tarde se suicidó.

Correa consiguió una beca para estudiar economía, materia en la que después obtuvo una maestría en Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), donde conoció a su esposa. Tras cursar estudios de doctorado en la Universidad estadounidense de Illinois, volvió a su país natal, ejerciendo la docencia en la Universidad San Francisco. En 2005 fue nombrado ministro de Economía, cargo que desempeñó durante tres meses. Tras dimitir por oponerse a un acuerdo de libre comercio con EEUU y al funcionamiento de los organismos extranjeros de crédito, se presentó como candidato presidencial, convirtiéndose en líder de una nación que hasta ese momento había tenido siete presidentes en una década.

Ya en el poder, expropió bienes a banqueros envueltos en casos de corrupción, forzó a las petroleras a cambiar sus contratos en beneficio del Estado y suspendió el pago de un tramo de la deuda externa que consideró ilegítimo. También puso fin a un convenio que permitía a Washington operar una base en Ecuador y en 2011, expulsó a la embajadora estadounidense Heather Hodges.

Tres años antes, durante la presidencia de Álvaro Uribe, rompió relaciones con Colombia durante 20 meses en protesta por el bombardeo en territorio ecuatoriano contra un campamento de las FARC.

En agosto pasado, concedió asilo al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres.

Aficionado a ir en bicicleta, medio de transporte que usa incluso en la campaña electoral, y adicto al trabajo, Correa ha dedicado sus sábados por la mañana durante seis años a informar de actividades durante la semana. GARA

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