Un preso palestino murió ayer a consecuencia de las torturas recibidas, según las autoridades palestinas. Arafat Jaradat, de 30 años y padre de dos niños, había sido detenido por incidentes cerca de la colonia judía de Kiryat Arba, cerca de Hebrón. Tras el anuncio de su muerte, los palestinos salieron a las calles de Hebrón a manifestar su protesta, que fue reprimida por las fuerzas israelíes.

La Policía israelí dijo haber abierto una investigación sobre la muerte, que las autoridades israelíes atribuyen a una crisis cardíaca.

Pero el ministro palestino para los Prisioneros, Issa Qaraqae, denunció que «el joven Arafat Jaradat detenido durante varios días ha muerto en el curso de su interrogatorio». «Exigimos la creación de una comisión internacional para investigar las circunstancias de su muerte», afirmó Qaraqae, quien junto a un médico palestino y miembros de la familia asistirá hoy a la autopsia.

El Shin Bet, el servicio secreto israelí interior, afirmó que Jaradat había sido detenido por su implicación en «un ataque por lanzamiento de piedras el 18 de noviembre de 2012, en el que resultó herido un israelí». Añadió que «sufrió un malestar tras el desayuno» en la prisión. Sufría de dolor de espalda y había sido herido en la pierna por balas de goma y en el estómago por una granada lacrimógena. El Shin Bet afirma que fue examinado por un médico que no le encontró ningún problema.

Dos heridos de bala

Por otra parte, dos palestinos resultaron heridos de bala en un ataque de colonos judíos en el pueblo de Kusra, en Cisjordania. Los disturbios comenzaron cuando un grupo de colonos judíos expulsaron de las tierras cercanas a un agricultor palestino y a su familia. Cuando los habitantes del pueblo hicieron frente a los colonos, estos comenzaron a arrancar los olivos, atacaron casas palestinas y entraron en Kusra armados con pistolas.