La sierra de Arrato se sitúa muy cercana a la extensión urbana de Gasteiz y, al igual que la vecina de Badaia, se encuentra cercada por dos grandes autovías. A pesar de esta fuerte presión humana, Arrato ha conservado en sus cumbres y barrancadas un carácter bravío que la convierte en un entorno sugerente para el montañero.

Entre los posibles accesos a esta sierra, hemos escogido el pueblo de Apodaka, desde el que pretendemos trazar un sencillo y atractivo circuito por sus cumbres.

Desde el aparcamiento de Apodaka descendemos por la calle de Beheko Landa hasta el cruce con la de Askoa. Allí tomaremos a la derecha para encaminarnos hacia el airoso puente que salva el cauce del río Zaia. Poco más adelante una barrera metálica nos permite el paso hacia un terreno abierto en el que deberemos derivar ligeramente hacia la izquierda hasta encontrar el arranque de un camino. En adelante avanzamos entre encinas por esta amplia senda guiados en los cruces por una sucesión de cairns.

Sin problemas llegaremos a la cima de Amaritu (787 m) (45 min), que nos ofrece ya un amplio panorama sobre el paisaje de la sierra de Arrato. Bajo nosotros se abre el barranco de Zarandona separándonos del cordal que apoya la cumbre de Mojón de Arrato, hacia la que nos dirigiremos más tarde. En el horizonte oeste se estira la cima de Armikelo que será nuestro próximo objetivo.

Descendemos con rumbo SO por un sendero que pierde altura con rapidez hasta alcanzar un collado tras cruzar una alambrada (55 min). El camino ancho va a recuperar paulatinamente la cota perdida mientras avanza por un cordal que nos abre intermitentemente ventanas en la vegetación para que podamos contemplar los contrafuertes de la sierra con el telón de fondo de la cumbre de Gorbeia.

Poco más adelante la cima de Armikelo se levanta ya frente a nosotros oponiendo un corto pero fuerte repecho. Salvado el obstáculo pisamos esta cumbre, punto culminante de la sierra (888 m) (1,20 h).

Siguiendo en paralelo a la alambrada descendemos con rumbo NO hasta el inmediato collado para dirigirnos hacia la ladera inmediata. Cruzamos el cierre de alambrada por una puerta metálica para ganar altura por una senda bien marcada hasta superar la amplia cima de Mojón de Arrato (885 m) (1,35 h), coronada por un buzón, una cruz metálica y un vértice geodésico.

A partir de este punto vamos a iniciar el regreso hacia Apodaka. Para ello deberemos trazar un amplio rodeo que aprovecha la lógica de cordales y collados que bordean el barranco de San Bitor. Desde la cima de Mojón de Arrato enfilamos hacia el norte, tomando como referencia el promontorio rocoso del Santuario de Oro, que se levanta en la distancia identificable por la gran antena de su cumbre. Es importante tomar bien esta orientación, sin dejarnos llevar por un camino bien marcado que nos conduciría en dirección este por otro cordal hacia una ruta sin continuidad.

Caminando en esa dirección norte avanzamos por el espacio abierto de los pastizales de las Llanas hasta alcanzar enseguida el borde del barranco, identificado por una sucesión de mojones (1,45 h). En este punto deberemos cambiar el rumbo hacia el este, para continuar en paralelo por el perfil del cortado siguiendo las rodadas de una pista cuya huella en el terreno va tomando cuerpo a medida que descendemos por ella. Llegaremos así hasta el lugar en el que la pista describe una rotunda curva de casi 360º hacia la izquierda y enfila la bajada hacia el valle (1,50 h). En ese mismo punto abandonamos la pista tras localizar un cairn y una marca roja que dirigirán nuestro rumbo hacia una ladera herbosa. Le sucederá después un tramo rocoso descendente hasta desembocar en un collado rodeado de masas de encinas. Frente a nosotros aparecen los roquedos de Askorreta y más lejos la atalaya cónica de Arratobe marcándonos el rumbo hacia el que debemos dirigirnos. Una estrecha senda (algunas marcas rojas) nos lleva a faldear el altozano de Askorreta por una senda frecuentemente embarrada.

Desembocamos en una pista que nos dirige hacia el collado abierto bajo el promontorio de Arratobe, en el que son visibles los muros arruinados de la que fuera ermita de San Bitor, destruida por un incendio en 1980. Si salvamos el breve repecho que nos separa de la cima y contemplamos la atalaya dominante en la que nos encontramos, podremos aceptar la teoría de que en este lugar se levantara en tiempos el castro de Zaitegi (2,15 h).

De retorno en el collado, viraremos hacia la izquierda para tomar el sendero que bordea la ladera sur de Arratobe siguiendo la línea del barranco de San Bitor. Por este camino claro arribaremos cómodamente hasta el caserío de Letona (2,35 h).

Para regresar a Apodaka deberemos tomar el trazado de la GR 25 (Vuelta a la Llanada) siguiendo la dirección marcada en el indicador que encontraremos frente a la iglesia. Serán poco más de 4 km los que nos falten para completar este cómodo circuito (3,15 h).