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Raimundo Fitero

Tentativas

 

Sea en la cadena que sea, José Mota logra retenerme a lo sumo siete minutos, que es el tiempo que tarda en repasar a todos su personajes en ese esquema circular que utiliza en todas sus entregas, que va pasando de uno a otro, lo deja sin concluir y va volviendo, en busca de un ritmo y una fidelidad de los telespectadores retenidos para ver cómo concluyen las historias. No es un mal planteamiento, no es un mal programa de risas, aunque huelgue el humor, tiene guionistas, colaboradores eficaces, pero su constante presencia se agota en sí misma. No es mal imitador, pero sus personajes inventados son todos exactamente iguales, preñados del mismo estilo y con un humor chocarrero, muy primario.

No es una estrategia descabellada, busca un amplio espectro de espectadores, no quiere eliminar a nadie, pero, siendo sus entregas de visionado masivo, no logra un convencimiento general. Vence pero no convence. Se quedará siempre en ese terreno del éxito aparentemente fácil y repetitivo. Y las tentativas que realiza, con otros actores cómicos a su lado acaban fagocitadas por sus tractores, varas, visillos y demás humor rural. Pienso sinceramente que José Mota se trabaja sus entregas, ha llegado como creador a su máximo, como actor y parodista no se le puede exigir más, pero lo que sigue ofreciendo me cansa, lo tengo como ya visto y hace varios quinquenios que ninguno de sus personajes me ha llevado a utilizarlo en mis cenas de amigos. Por algo será.

Buena es la tentativa que La Sexta está haciendo al prorrogar el creciente éxito de «El Intermedio», con una edición de fin de semana que se emite a primeras horas de la tarde, llamada «Internacional Edition» que, conducida por Dani Mateo, se rodea de colaboradores de diferentes lugares para traer noticias de los cinco continentes. Se sostiene, hasta ahora, en esa capacidad desbordante de ocupar pantalla con frases inteligentes de Dani Mateo, y de un descubrimiento, el chino Jianyang Huang, jocoso, divertido, siempre sonriente, con su lengua de trapo y una relación muy bien guionizada con Jimmy Castro. Crece a cada entrega. Le falta encontrar su estructura más eficaz, pero promete y, sobre todo, divierte.