GARA > Idatzia > Mundua

Iskra Soto | Alternativa Nueva Nación de Guatemala

«Lo importante es garantizar el cumplimiento de los acuerdos»

Iskra Soto, miembro del partido Alternativa Nueva Nación de Guatemala, participó el pasado 22 de febrero en la conferencia política de Sortu en representación de la Secretaría Europea del Foro de Sao Paulo, fundado en 1990 e integrado por partidos latinoamericanos.

p025_f01.jpg

Ainara LERTXUNDI | IRUÑEA

Representante de la Secretaría Europea del Foro de Sao Paulo y miembro del partido Alternativa Nueva Nación de Guatemala -cuyos orígenes están en el movimiento guerrillero que firmó los Acuerdos de Paz de 1996-, Iskra Soto advierte, desde la experiencia guatemalteca, que «lo más difícil no fue negociar la paz y firmarla, sino intentar hacer política en un sistema perverso al servicio de los poderes económicos». En la entrevista a GARA, resalta la importancia de concretar mecanismos que garanticen el cumplimiento efectivo de los acuerdos de paz y la resolución de las causas que motivaron el conflicto político.

¿Qué destacaría del paso de la lucha armada a la política en Guatemala a 16 años de la firma de los Acuerdos de Paz?

La experiencia ha sido muy difícil, porque entramos a una paz definida y delimitida por los poderes económicos y no a una paz en la que nosotros definíamos el curso. Entramos a jugar a un campo que ya estaba marcado de antemano. Hemos ido aprendiendo sobre la marcha que lo más difícil de la construcción de la paz no es el proceso de negociación en sí ni llegar a acuerdos comunes que te permitan dar el paso de finalizar un conflicto. Lo que realmente determina el proceso de construcción de la paz es que las partes implicadas tengan la voluntad política real de atacar o resolver las causas que originaron el conflicto y eso en Guatemala no ha ocurrido. La oligarquía y los poderes económicos se han limitado a actividades puntuales para enmascarar el incumplimiento de los Acuerdos de Paz. No hay voluntad de resolver la pobreza, la inequidad, las injusticias sociales.

Hemos tenido que aprender a ser partido, a participar en las estructuras de poder previamente establecidas y eso, lamentablemente, nos ha desfavorecido mucho como fuerza política en Guatemala.

¿Es ese uno de los riesgos a los que se enfrenta el diálogo entre el Gobierno colombiano y las FARC en su tercera fase, la que corresponde a la implementación de los acuerdos?

En Colombia tienen la ventaja de poder aprender de experiencias previas como la de Guatemala, El Salvador y de otros procesos dentro y fuera de la región. Lo importante es garantizar los mecanismos de construcción de la paz. Los de Guatemala fueron acuerdos muy bien negociados, pero en los que no se concretaron los mecanismos para darles cumplimiento. Si en Colombia se sigue la misma estrategia, se corre el riesgo de firmar acuerdos realmente buenos pero que, en la práctica, la estrategia para ponerlos en marcha la dicte quien tiene el poder y dirige las estructuras del Estado.

Si las causas que provocaron el conflicto no se resuelven, lo único que estamos haciendo es transformar dicho conflicto; es decir, pasar de un escenario de lucha armada a otro donde impera la violencia de carácter social y la inestabilidad política.

¿Como ha ocurrido en El Salvador con las maras, por ejemplo?

Es un problema común en Guatemala, El Salvador y Honduras, donde los movimientos sociales, grupos de izquierda y movimientos guerrilleros jugaron un papel importante durante la guerra pero, al momento de hacer esa transición y transformación del conflicto, nos dejamos absorber por la dinámica de la burocracia y de las estructuras del Estado, dejando a un lado la lucha política.

En materia de derechos humanos, ¿cómo valora el procesamiento del dictador Efraín Ríos Montt? ¿Es el reflejo de la voluntad del Estado por perseguir los crímenes de lesa humanidad o una mera pantalla?

Bajo el mando de Ríos Montt (1982-83) -un fascista hasta la médula, anticomunista y genocida-, se cometieron las masacres más sanguinarias, se conformaron las «aldeas modelo» para atacar a la propia comunidad y a la guerrilla, así como las patrullas de autodefensa civil. El conflicto armado interno dejó 250.000 muertos y desaparecidos, y un gran porcentaje de estos crímenes ocurrieron durante el periodo de Ríos Montt.

¿Voluntad del Estado? No lo creo. Durante muchos años, las organizaciones de derechos humanos, con apoyo de la comunidad internacional, han librado una batalla que ha costado lo suyo para reunir las pruebas suficientes y juzgar a Ríos Montt y otros militares. Al Estado no le ha quedado más remedio que asumir la responsabilidad y sentar a estos señores en el banquillo de los acusados. De hecho, el actual presidente es un militar jubilado sobre el que pesan graves acusaciones y que hasta hace bien poco ha sostenido de manera categórica que en Guatemala no hubo genocidio.

¿Cómo se entiende la llegada al poder de Otto Pérez Molina?

Es una situación difícil de explicar y entender. En una sociedad donde ha primado la cultura de la violencia y el terror, Otto Pérez Molina representó de alguna manera una esperanza ante esa violencia. La ciudadanía común y corriente pensó que si los militares pusieron «orden» mientras gobernaron, otro militar podría controlar la violencia. En Guatemala hay 17 muertos al día por arma de fuego. El voto a Pérez Molina fue el reflejo de la desesperación y necesidad de la gente de dar respuesta a esa violencia. Pero, a un año de haber tomado posesión, el Gobierno de Pérez Molina está sumamente desprestigiado.

¿Qué supone la victoria de Rafael Correa en Ecuador para la construcción de Latinoamérica desde parámetros de izquierdas y bolivarianos?

Es una victoria para todos. Significa un equilibrio, que la izquierda se apodera y que el pueblo, a través de mecanismos democráticos, puede elegir a sus gobernantes y transformar las realidades. Significa que no solo es Hugo Chávez, como lo quieren hacer ver los medios, sino que los diferentes pueblos se expresan y eligen a sus gobernantes dentro de una misma línea política. Por tanto, no estamos hablando de caudillos, sino de procesos, de deseos y de manifestaciones claras de empoderamiento.

 

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo