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ONKOLOGIKOA, DUDAS Y OPORTUNIDADES

El bajo nivel de ocupación de Onkologikoa preocupa a los facultativos

La reducción de pacientes derivados de Osakidetza a Onkologikoa ha provocado, sobre todo en los últimos tres meses, un descenso importante en la ocupación de este último centro, según fuentes que conocen bien su día a día. Intuyen que la lista de espera está aumentando en la red pública y esto les preocupa porque se da una gran descompensación. «Hay gente que necesita ser atendida y tiene que esperar», lamentan.

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Oihane LARRETXEA | DONOSTIA

A falta de cifras oficiales que confirmen la baja ocupación de Onkologikoa en el primer trimestre de este 2013, fuentes muy próximas describen enero y febrero como meses «horrorosos», con una ocupación en torno al 30%, mientras que en marzo habría habido un repunte, llegando aproximadamente a un 60%. Los datos son aún peores en fin de semana, con entre diez y quince camas ocupadas de las 75 que en total tiene el centro donostiarra.

Las mismas fuentes sostienen que la asistencia se ha reducido de tal manera que en solo dos meses se ha atendido a un 15% menos de pacientes que en todo el año pasado.

Es el convenio que tienen suscrito Osakidetza y Kutxa -y que expira el próximo 30 de diciembre- el que contempla la atención de pacientes de la red pública en el centro para la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer. Precisamente, el 88% de los pacientes que allí son tratados provienen de Osakidetza. Por lo tanto, los porcentajes arriba citados afectan a la mayoría de las personas que hasta hace pocos meses eran derivadas a Onkologikoa.

Al igual que ocurre con los datos sobre la ocupación, tampoco hay información oficial respecto a los motivos de este llamativo descenso. Las fuentes a las que GARA ha tenido acceso creen que detrás podría estar la reducción en las aportaciones económicas que se conceden anualmente al conjunto de la Obra Social, cantidades que han ido disminuyendo. Estas fuentes ven posible que en un plazo de dos o tres años desaparezcan las aportaciones.

Según las cifras que manejan, en 2012 la aportación total a la Obra Social era de 37,5 millones de euros, mientras que este año ronda los 9 millones. «Vemos cuál es la tendencia. La bajada de ingresos ha afectado a Osakidetza, al Departamento [de Salud], y el número de pacientes que habitualmente era remitido a Onkologikoa se ha restringido de manera considerable».

Mayor espera en el Hospital

La tendencia actual, al parecer, es explotar al máximo los servicios y la tecnología existentes en los hospitales públicos para derivar al exterior lo menos posible. «Entendemos que la sanidad pública tiene que optimizar sus medios, pero después está la otra parte: una vez que se ha rendido todo eso al máximo, aún se mantiene una rémora, una larga lista de espera. En esa situación se mandaba a los pacientes a realizarse pruebas a Onkologikoa, y ahora en cambio no», afirman.

Sobre qué ocurre con el número de pacientes que han dejado de recibir, intuyen, porque no lo saben con total certeza, que la lista de espera ha aumentado en el Hospital Donostia. «Esos pacientes no se han evaporado», comentan.

En la memoria de 2011 sobre la actividad asistencial de servicios del Hospital Donostia, la ocupación en oncología médica superó el 95%. Por el momento estos son los últimos datos publicados, ya que los relativos a 2012 se darán a conocer en un plazo aproximado de dos semanas, tal y como han confirmado a este diario desde este hospital universitario.

En cualquier caso, consideran que el concierto es un aspecto puramente económico. «Los médicos buscan optimización de los recursos, eso es lo que buscamos, es una forma de retribuir las actuaciones, pero lo que no tiene sentido es que por la tarde no haya actividad en un hospital [en alusión a Onkologikoa], con las infraestructuras que tenemos. Eso no es normal, sobre todo sabiendo que hay gente que lo necesita y que tiene que esperar porque no la derivan aquí».

La misma incomprensión que muestran estas fuentes ante lo que está ocurriendo la muestran, tal y como aseguran, los pacientes. «La gente no entiende que no haya trabajo y que al lado haya que esperar. Son personas que esperan un mes, dos meses... y aquí de esta manera», cuentan.

«El paciente es nuestra prioridad», aseguran. Así de sencillo y complicado a la vez, vista la situación actual. Piden que se destinen los mejores recursos que haya, «porque los hay, y están infrautilizados», matizan. Lamentan que, mientras la espera en el Hospital Donostia, ubicado a escasos 100 metros, puede estar incrementándose, en Onkologikoa no haya demora ni en cirugía, radioterapia ni en radiología, entre otros. «Ahora mismo no hay pacientes nuevos». A quienes atienden son «los nuestros», como se refieren cariñosamente a las personas que han tratado hasta el momento. «A ellos los seguimos manteniendo».

Techo de gasto

Remarcan que el centro jamás ha tenido beneficios económicos «porque la salud [pública] jamás los tiene» y que, por lo tanto, el déficit ha sido histórico. «El concierto vigente contempla un techo de gasto de 21 millones de euros», siendo el máximo que el Departamento de Salud concede.

«Si se trata a más pacientes no ofrecen mayor colchón económico, se alcanza el máximo y ahí se termina la ayuda -explican-. La cuestión es que en caso de no alcanzar el techo indicado, el dinero que se recibe es proporcional a lo atendido».

Los datos aportados por estas fuentes indican que en los últimos años se ha alcanzado «justo justo» la cifra de los 21 millones de euros, y adelantan que este año no se llegará. Por lo tanto, recibirán el dinero de manera proporcional.

En los años de mayor asistencia se han llegado a alcanzar los 23 millones de gasto, pero seguían recibiendo 21. La diferencia se añadía al déficit generado.

En este punto, cabe recordar que, dado que los ingresos que produce Onkologikoa son insuficientes, Kutxa inyecta el dinero necesario para garantizar su sostenibilidad. El centro para la prevención del cáncer fue vendido en junio de 2009 por 43 millones de euros a la Fundación Kutxa, entidad creada en 1991, tras la fusión entre la Caja de Ahorros Provincial de Gipuzkoa y la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián. Menos de un año después, la Fundación Kutxa creó la Fundación Onkologikoa, a la que traspasó el centro sanitario y que es la encargada de gestionarlo. Según las fuentes cercanas a Onkologikoa, esto se hizo con el fin de que la entidad bancaria no se hiciera cargo del 100% del déficit de mantenimiento.

Al hilo del déficit, y volviendo a la reducción tanto del dinero proveniente de la Obra Social como de los pacientes originarios de la red pública, afirman que todo ello puede suponer, en lo que respecta a enero y febrero, un incremento del déficit de 400.000 euros más que el año pasado, según han informado internamente a los trabajadores desde la dirección. Esto es, dicho de otra manera, en los primeros dos meses de 2013 ha habido una pérdida de 400.000 euros más que en todo 2012.

Mayor carga de trabajo

Uno de los aspectos llamativos de la carta que el 25 de enero firmaron 59 facultativos médicos -para solicitar, entre otros aspectos, la integración de Onkologikoa en la red pública sanitaria-, era la petición expresa de que les fuera aumentada su carga de trabajo, algo poco o nada habitual en los tiempos actuales.

«Para que alguien pida aumentar la carga de trabajo, es que está parado», dicen que la bajada en el número de pacientes afectará a largo, incluso medio plazo, a Onkologikoa. Y lo explican: «El hospital tiene recursos que provienen del concierto, que tiene un límite. Si no se llega a él, va bajando el dinero. Y luego está lo que se recibe de la Fundación Kutxa. Si te bajan los dos está claro que cada vez este centro tendrá menos actividad, más déficit, y por lo tanto será inviable».

9 de cada 10

El 88% de los pacientes atendidos en Onkologikoa provienen de Osakidetza. El resto, lo hacen a través de seguros privados. Por lo tanto, la tendencia de no derivar a personas a este centro afecta a la inmensa mayoría de sus usuarios.

OPTIMIZACIÓN

Al final de la legislatura pasada se hizo un informe, que después se envió al actual Departamento de Salud, sobre la optimización de la salud a nivel oncológico en Gipuzkoa. Creen que es una buena base para trabajar, pero aún no ha habido respuesta.

PP, PSE y Bildu presentan mañana sus respectivas declaraciones institucionales

La última institución pública en pronunciarse a favor de la integración de Onkologikoa en la red pública sanitaria fue el Parlamento de Gasteiz el pasado día 7.

Sin embargo, días antes tanto la Diputación de Gipuzkoa como el Ayuntamiento donostiarra ya se posicionaron a favor de que el centro para el tratamiento del cáncer sea totalmente público, superando el convenio que existe entre Osakidetza y Kutxa.

Las posiciones poco a poco se van aclarando. Mañana, en el Pleno que celebrará el Ayuntamiento de la capital guipuzcoana, PP, PSE y Bildu presentarán sus respectivas declaraciones institucionales, siendo el PNV el único partido con representación en el Consistorio que en ese sentido no moverá ficha.

El PP, del que es portavoz Ramón Gómez, reitera, al igual que hacen PSE y Bildu, su máximo reconocimiento tanto al centro como a los profesionales que allí trabajan, pero aboga por un convenio «de largo plazo y estable que junto con el compromiso inequívoco de Kutxa garanticen su viabilidad futura en el sistema de salud vasco».

Los textos de PSE y Bildu son más similares. Ambos se muestran preocupados por la posible privatización de la que se ha hablado en las últimas semanas. El PSE propone pedir a Lakua acordar un convenio con la Obra Social de Kutxa que recoja la incorporación de Onkologikoa en la red pública y que el cambio se realice durante un periodo transitorio. Al igual que Bildu, piden que durante ese tiempo «se acuerde la aportación de Kutxa de al menos la misma cuantía que la que venía dotando».

La coalición por último, anima a las partes implicadas a que inicien las conversaciones para determinar los plazos y pasos a seguir. O.L.

CONFUSIÓN

«La gente está nerviosa», explican fuentes próximas a Onkologikoa sobre el personal del centro. Dicen que no saben qué es lo que buscan los gestores externos, y que dado que «esto no es una ONG, tendrán que buscar algo para mejorar».

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