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Napolitano creará dos grupos de trabajo que fijen reformas para facilitar un acuerdo

El presidente italiano, Giorgio Napolitano, descartó ayer que tenga intención de dimitir, tal y como apuntaban los últimos rumores, y apeló a las principales fuerzas parlamentarias a que lleguen a un acuerdo que permita formar un Gobierno sobre la base de una serie de reformas. Para ello, anunció la creación de «dos grupos restringidos de personalidades» que plantearán propuestas precisas que facilite ese acuerdo. Pier Luigi Bersani expresó su apoyo a ese plan institucional.

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GARA | ROMA

Giorgio Napolitano dio muestras de no tirar la toalla en su afán de resolver el bloqueo político en el que se ha instalado Italia tras las elecciones generales de febrero al descartar su dimisión y constituir dos grupos de trabajo que identifiquen un plan de reformas sobre el que los partidos pueden llegar a un acuerdo.

En una esperada comparecencia, tras la segunda ronda de consultas con los partidos después de fracasado intento de formar Gobierno del líder de la coalición de centroizquierda, Pier Luigi Bersani, el jefe del Estado concluyó que la mejor solución para el país, ante el inmovilismo de los partidos, es la de buscar los puntos en común a través de las reformas que consideran necesarias, para configurar así una especie de programa básico para el próximo Ejecutivo.

«Me dispongo a pedir a dos grupos restringidos de personalidades que formulen concretas propuestas programáticas que puedan ser objeto de acuerdo por parte de las fuerzas políticas sobre temas esenciales de carácter institucional, económico-social y europeo», señaló Napolitano, cuyo mandato expira el 15 de mayo.

«Eso podrá constituir un material útil, es decir, también para la tarea que corresponderá al nuevo presidente de la República en la plenitud de sus poderes», agregó.

Según informaron fuentes de la Presidencia, han aceptado formar parte del grupo de carácter político institucional los profesores Valerio Onida y Luciano Violante, los senadores Mario Mauro y Gaetano Quagliariello y el profesor Luciano Violante.

Del de carácter económico-social, aceptaron formar parte el presidente del Instituto Central de Estadísticas (ISTAT), Enrico Giovannini; el presidente de la Autoridad que garantiza la competencia y el mercado, Giovanni Pitruzzella, y el miembro de la dirección de Banca de Italia Salvatore Rossi. También los parlamentarios Giancarlo Giorgetti y Filippo Bubbico y el ministro para Europa, Enzo Moavero Milanesi.

Una vez finalizado el trabajo de estos dos grupos, los partidos, que no han cedido ni un milímetro en sus posturas desde febrero, deberán actuar con responsabilidad, señaló el presidente.

«Una vez más tengo que subrayar la exigencia que por parte de todos los sujetos políticos se exprese una plena conciencia de la gravedad y la urgencia de los problemas del país y, por tanto, un acentuado sentido de la responsabilidad para hacer posible la constitución de un Gobierno válido en un plazo que no se prolongue», afirmó Napolitano.

Consciente de que hay muchas miradas puestas sobre el bloqueo italiano, y no solo dentro del país, recordó que sigue operativo el Ejecutivo en funciones de Mario Monti, que, según añadió, «está a punto de adoptar medidas económicas urgentes, de acuerdo con las instituciones europeas y con la contribución esencial del nuevo Parlamento».

Agotar el mandato

Ante las especulaciones aparecidas ayer de modo unánime en la prensa italiana sobre su posible dimisión para acelerar la elección de un sucesor que pueda convocar nuevos comicios, ya que la ley prohíbe al presidente disolver el Parlamento durante los últimos seis meses de su mandato, Napolitano insistió en que agotará su mandato, aunque es consciente de sus «limitadas» posibilidades de llevar a cabo otras iniciativas para formar Gobierno.

«Puedo hasta el último día participar, al menos, en la creación de las condiciones más favorables a fin de desbloquear una situación política rígida entre posiciones inconciliables», apuntó.

Tras el discurso de Napolitano, las formaciones de Bersani como las de Monti y del ex primer ministro Silvio Berlusconi alabaron la figura de referencia que supone para el país el presidente.

Y el cómico Beppe Grillo, líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), se aprestó a publicar en su blog la próxima convocatoria de las votaciones por Internet del candidato de su formación a suceder a Napolitano, toda vez que se prevé convocar al Parlamento para elegir al nuevo presidente dentro de dos semanas.

La elección del sucesor de Napolitano obligaría a las fuerzas parlamentarias a sentarse a buscar consensos.

Otra cuestión sería saber si a Italia le conviene volver a las urnas en medio de una nueva crisis en la Eurozona, y si, de hacerlo, sería conveniente votar ya en junio con la misma ley electoral.

La alternativa podría ser formar un Gobierno de corte institucional, con un alto cargo del Estado al frente, o de concertación con la propuesta de Napolitano de algún político distinto a los planteados hasta ahora que cuente con posibilidades de ser investido primer ministro.

Bersani se mostró ayer dispuesto a apoyar el plan institucional planteado por Napolitano para acabar con el bloqueo, que tildó de «trámite muy difícil» para dar a Italia y al mundo «una señal de estabilidad y de continuidad de nuestras instituciones».

BERLUSCONI

La opción de convocar nuevas elecciones es defendida por el ex primer ministro Silvio Berlusconi, cuya alianza de derecha lidera las últimas encuestas, con un 32,5% en intención de voto frente a la coalición de centroizquierda de Bersani, con un 29,5%.

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