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SEGUNDA B 32ª Jornada

La clasificación matemática tendrá que esperar todavía

La derrota en Lleida impide al Alavés clasificarse automáticamente al play-off. El triunfo de sus perseguidores aprieta las cosas en la cabeza de la tabla.

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LLEIDA 2

ALAVÉS 1

GARA | LLEIDA

Era, junto a la visita al Bilbao Athletic de la antepenúltima jornada, el escollo más duro que le quedaba al Alavés. Y no lo superó. El equipo albiazul cayó ante un Lleida en clara progresión ascendente -los catalanes desplazan a Barakaldo y Amorebieta del play-off- y las consecuencias negativas son dobles: la clasificación matemática para el play-off tendrá que esperar y la pelea por el primer puesto se endurece. Ya son solo tres puntos de ventaja respecto al Bilbao Athletic, con ese cruce directo en el plazo de un mes, y cinco sobre un Eibar que se está mostrando intratable.

Aunque el Alavés se vio superado casi en todo momento por su anfitrión, la igualdad fue la nota predominante en la recta inicial. Los catalanes tardaron en tomarle el pulso al choque y regalaron la posesión a la escuadra gasteiztarra, pero esta hizo agua a partir de los tres cuartos de campo ante la ordenada zaga ilerdense, que tenía la misión de robar y salir rápido a la contra.

Así llegó la primera ocasión, al ganar Mata la espalda a la defensa albiazul y colocar el balón muy cerca del palo. Toda una declaración de intenciones.

El partido fue volviéndose tosco, muy táctico, y el Lleida aprovechó las pérdidas visitantes para crear más ocasiones. Imaz hizo el primer gol de nuevo tras una pérdida en el centro del campo. El ariete superó a dos defensores y marcó ante Crespo de disparo cruzado. La brecha aumentó de tamaño pasada la media hora por medio de Miramón. Respondió el Alavés de forma eléctrica. Estiró líneas y puso cerco a la portería, pero le faltó la chispa habitual.

Tras el paso por vestuarios, el cuadro gasteiztarra siguió achuchando, pero lo cierto es que fue Manu García el que salvó sobre la misma línea de gol el tercero del Lleida. Poco después la suerte sonreía, al ver Molo la segunda amarilla. Circunstancia que Natxo González aprovechó para variar dibujo y nombres en busca de la remontada.

Pero el gol se hizo esperar. Solo a uno del final acertó el Alavés, al recoger Miki un rechace para fabricarse un golazo por la escuadra. Casi de inmediato Javi Hernández tuvo el empate en sus botas, pero el balón no quiso entrar y los gasteiztarras volvieron de vacío.

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