Tanto la quería/ que tardé en aprender/ a olvidarla diecinueve días/ y quinientas noches», canta Joaquín Sabina. Algo así le sucede al PSE respecto a la Alcaldía de Donostia, incapaz de digerir no solo la derrota en las elecciones municipales de 2011, sino que el PNV se hiciera el longuis y le diera calabazas se llamase como se llamase el candidato: ni Odón ni Ernesto. Así que en plena pataleta, a alguna de las mentes pensantes con sede en la calle Prim se le ocurrió poner en su web, www.socialistasdonostiarras.es, un contador con los «días transcurridos sin estación de autobuses, ni en Atotxa ni en otro sitio, por decisión de Bildu». Ayer iba por 525, así que ya han superado el tiempo que tardó el cantautor jienense en recuperarse de su desamor. Lo que se desconoce es si lo quitarán una vez empiecen las obras o lo mantendrán hasta que estas acaben. Sea como sea, en Donostia una inmensa mayoría es consciente de que se necesita una estación de autobús decente la construya quien la construya. El PSE tuvo veinte años para sacar adelante ese proyecto y lo único tangible en su haber fue colocar una tejavana. El resto se reduce «a ser el fantoche/ que, va en romería,/ con la cofradía/ del santo reproche».