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El último chicle de Sir Alex Ferguson

El técnico escocés anuncia su retirada al final de la temporada, tras 26 años en el United. Su sustituto será David Moyes, del Everton.

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Joseba VIVANCO

«Siempre que he jugado ante su Manchester, me ha invitado a un té. Tenemos algo en común, a ninguno nos gusta perder, lo odiamos», recordaba el técnico alemán Ottmar Hitzfeld sobre la figura de quien en la final de la Champions League de 1999 que su Bayern ganaba 1-0 en el minuto 90, le ganó por 1-2. Era el United de un Sir Alex Ferguson que ayer protagonizó un bombazo futbolístico al anunciar su retirada tras finalizar la actual temporada. Aquella inolvidable victoria en el descuento -«esto es fútbol, por todos los diablos», bramó el escocés- ejemplifica otra de las virtudes que imprimió a cada uno de sus vestuarios: «El equipo de Ferguson nunca dejó de creer en la victoria», reconocía Hitzfeld.

Sir -título concedido en 1999- Alexander Chapman Ferguson cumplió el 31 de diciembre la nada desdeñable edad de 71 años, 27 de ellos ligados a la historia del Manchester United, al que ha llenado las vitrinas de títulos, el último, su decimotercera Premier League como técnico de los Red Devils. En el cuarto de siglo que ha pilotado la nave devil, baste decir que el Real Madrid ha cambiado 24 veces de entrenador, el Atlético 51 y el Barcelona 13, pero ahí donde le ven, Fergie también fue destituido, una sola vez, en el Saint Mirren, en 1978.

«He pensado mucho sobre la decisión de retirarme y no es algo que haya decidido a la ligera», dijo el protagonista del día de ayer. «Es el momento adecuado», añadió. «Para mí era importante dejar a la institución en una situación lo más enérgica posible y creo que lo he hecho», prosiguió su argumentación, adelantando que «en el futuro, estaré encantado de asumir el papel de director y embajador del club. Estas actividades hacen que, junto con otros intereses, esté deseando que llegue el futuro». Sus amigos cercanos dicen que aunque adora disfrutar de su castillo medieval en Wilmslow, al lado de su esposa, sus tres hijos y sus seis nietos, necesita competir, asumir retos y afrontar situaciones extremas.

El último partido de Ferguson al frente del United tendrá lugar el próximo día 19, ante el West Bromwich Albion y, a partir de ese momento, se unirá a la directiva del equipo inglés. Pero antes, este fin de semana, vivirá una jornada muy emotiva, pues dirigirá por última vez al United en Old Trafford en su partido ante el Swansea de Michael Laudrup. Un encuentro que servirá de despedida con la entrega de una serie de trofeos.

«Es increíble que 25 años de nervio extremo no hayan acabado con su cuero cabelludo. Quizá haya perdido el color, pero no su fortaleza, ni su desorden, que encaja maravillosamente con las gafas más célebres -y a veces las más sucias- que han visto jamás en el futbol británico. Mejillas amplias y nariz sonrojada por el frío. Sentado en la calma. De pie si las cosas se ponen feas. Sólo hay una cosa innegociable: tanto en una posición como en otra, siempre masticando. Pobre chicle» -para combatir el estrés desde la taquicardia que tuvo en 2003 y que derivó en un marcapasos- le describía el periodista Pol Gustems en un artículo al cumplirse su cuarto de siglo al frente del club de Manchester.

«La clave ha sido no dejar absolutamente nada al azar. Planear meticulosamente cada entrenamiento, cada partido, cada torneo. Cuidar con celo el dinero del club, hacer buenas inversiones y respetar a los aficionados», se explicaba él mismo en fechas recientes. «Tengo 71 años y no necesito engañarme. Estoy acá porque en 23 de las 27 temporadas que he dirigido, he conquistado alguna corona. Podría ser un muy buen tipo, el más simpático y educado, pero sin resultados hace rato me habría ido a otro lugar», reconocía.

Bajó los humos al Liverpool

Cuando tomó las riendas del equipo hace hoy 9.681 días, 17 de los actuales jugadores en la plantilla de United no habían nacido. Su primer salario al frente del United fue de 60.000 libras, ahora es de 5 millones. «Recuerdo que tenía apenas ocho asistentes; hoy tengo 46», comentó no hace mucho. Cifras de récord, durante su carrera devil se devoró a todos los rivales, al igual que el cinematográfico `Hannibal', con quien comparte fecha de nacimiento y signo del zodíaco, Capricornio, que se caracteriza por el endiablado humor, otra de las improntas que acompañan al técnico. No en vano, uno de sus apodos es hairdryer o secador, por sus broncas a un centímetro de la cara.

Su primera victoria como manager del United lejos de Old Trafford fue ante el Liverpool nada menos que en Anfield y aquello jamás lo ha olvidado: «Mi mayor reto no es lo que está pasando en este momento. Mi mayor reto fue bajarle los humos al Liverpool», ha llegado a decir este técnico, que arribó al Manchester, un equipo que llevaba 26 años sin ganar un título. Su peor momento, diciembre de 1989, cuando en Old Trafford llegó a ondear una pancarta en la que se leía: «Tres años de excusas y esto es todavía una basura». Lo superó y triunfó.

Simon Kuper en el libro ``Football Against the Enemy'', enumera las premisas con las que aterrizó en el United el técnico y de las que no renegó. Primero, el equipo debía jugar al ataque; segundo, había que defender a ultranza a la entidad, ya que este más que un club de fútbol era un sentimiento, y por último, tener claro que todo el mundo está en contra del United.

Su esposa Cathy

Desde que se dio a conocer la noticia no han cesado los elogios y parabienes para este santo y seña del fútbol europeo y mundial de los últimos tiempos. Pero si hay una persona que se habrá alegrado -al margen del primer ministro David Cameron, que dijo que «la retirada de Ferguson hará la vida más fácil a mi equipo, el Aston Villa»- esa es su esposa Cathy, con la que se casó en 1966 y ha tenido tres hijos.

«Debo rendir tributo a mi familia. Su cariño y apoyo han sido esenciales. Mi esposa ha sido una figura clave a lo largo de mi carrera, aportando una base de estabilidad y estímulo», no la olvidó ayer Ferguson. La misma Cathy que en 2002, cuando Fergie insisuó una posible retirada a sus 60 velas, le pateó las piernas mientras él echaba la siesta en el sofá el día de Año Nuevo y le espetó con autoridad: «Usted no puede retirarse». Todo por no tenerle en casa.

Su mujer -la `jefa' como la llama cariñosamente- ha tenido una gran influencia en su carrera. «Es irrepetible -comentó no hace mucho Fabio Capello-. Hablé con él el sábado y le comenté: `Hay mucha presión como entrenador del Manchester', y me dijo: `¡Más presión tengo en casa cuando estoy con mi mujer!'». Se dice que fue Cathy, católica, la que le obligó a dejar el `protestante' St. Johnstone en el que militaba; incluso el Nottingham Forest quiso ficharle y su mujer desbarató el traspaso porque no quería dejar Escocia.

Su familia lo es todo para él. Hace poco levantó el veto que en 2004 puso a la BBC por un programa donde se cuestionaba a uno de sus hijos. «El fútbol es solamente su trabajo, pues las carreras de caballos son su verdadera pasión, lo que le quita el sueño», aseguran quienes le conocen de cerca. «Él ama el vino tinto de la Toscana y cada Navidad le regalo algunas botellas de Masseto, Sassicala y Chianti. Él siempre hace lo propio con el whisky McClelland», desveló el italiano Marcello Lippi.

Escocés hasta la médula, ideológicamente de izquierdas declarado, lo mismo lanza una bota a la cara de David Beckham como en 2003 por fallar un gol que compara al Real Madrid con Franco, logra `domesticar' el fuerte carácter del futbolista irlandés Roy Keane, o se embarca en cruzadas con entrenadores rivales, caso de Arsene Wenger o Rafa Benítez, o los colegiados. Sobre sus influencias en estos últimos, en Inglaterra se popularizó la expresión Fergie Time, que hace referencia a «cualquier cantidad de tiempo añadida, en cualquier campo de fútbol, además del tiempo prolongado que ya se había prescrito al final de los 90 minutos y que, curiosamente, se solía alargar hasta que el United consiguiera un resultado acorde a sus intereses».

Genio y figura, leyenda, mito, irrepetible, historia del fútbol, la pregunta que desde ayer mismo dio paso el anuncio de su retirada fue la inevitable sobre su sustituto. No suenan los grandes nombres de los banquillos europeos, sino el de otro escocés, de Glasgow por más señas, y es que se da por seguro que el respetado entrenador del Everton, David Moyes, es el elegido, y dirá adiós a los Toffies tras más de una década en Goodison Park. Amigo de Fergie, veterano de la Premier, acostumbrado a un proyecto a largo plazo, descubridor de jóvenes talentos como Wayney Rooney o Mikel Arteta, experto en sacar lo mejor de jugadores secundarios, Moyes estaba llamado a suceder a Ferguson y parece que el propio Sir Alex ha llamado a su puerta. Por cierto, las acciones del United en la Bolsa neoyorkina bajaron ayer un 5%.

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