La amistad, como las fichas, va y viene, viene y va. Depende de que tus colegas tengan coche, de que estés tú donde ellos van, y viceversa. Según Facebook, tengo en este momento 2.924 amigos. Ahí es nada, semejante estupidez. Y eso que cada dos o tres semanas me prohíben invitar a totales desconocidos a ser amigos míos; como hacían las amatxos de mis compañeros de clase cuando éramos más críos. Menos mal que siempre he tenido amigos. De los de verdad. De los que para que no me comiera yo el marrón por no haberme chotado, se chivaban ellos.

Tengo, como la mayoría de gente, amigos que están mal. Y tengo otros que están fatal. Con sus hipotecas, sus hijos, sus perricos, sus jefes en la fábrica o en la oficina... viven felices. El resto, solo está mal. Unos en la cárcel, otros en libertad vigilada del psiquiátrico, empresarios hosteleros, alguno enganchado a los caballos (que no al caballo. No confundir yonki y jockey), parados, camareros... Bertsolaris... No todos son conscientes de lo mal que están, no solo me pasa a mí. Tengo en mente a uno que de perder el pelo a perder la cabeza, acaba de descubrir que el mayor error que uno puede cometer es juzgar al prójimo. El, juzgado constantemente con falsos adjetivos y números. Qué pobre. Estudia demasiado. Necesitará que pelo y cerebro le vuelvan a crecer para comprender que toda opinión que podamos tener sobre algo, sobre alguien, es siempre resultado de un juicio. Eso si no es un juicio en sí mismo. De hecho, prejuicio es aurreiritzia en euskara. Por lo que una opinión, iritzia, debe ser un juicio.

Aunque, todo sea dicho, no se para qué leo los periódicos. Mentiras, Athletic y fotos de egocéntricos. Ah, y mal tiempo. Mañana y toda la semana. Otra cosa es el Facebook, lleno de ingenio y sabias palabras, de fotos de todos y videos de nada. Gente muy maja, al menos de cara, todos muy guapos y todas muy guapas. ¡Y lo que enseña el Facebook! Es como la escuela, pero gratis. Lo que a la puerta de tu casa sucede, puede que no lo conozcas tú pero, al otro lado de cualquier océano, no es de extrañar que haya quien te lo cuente como si lo hubiera visto. Aunque hay quien tiene dudas, y pregunta. Atentos a la secuencia de la conversación entre una persona que se define de «sangre indígena, negra y libanesa-española» y un portugués euskaldun afincado en Nabarra:

S.I.NyL.E: Wow! oye mi ciudad también es separatista

P.E.A.N: a ver si logramos todos libertad

S.I.NyL.E: Por culpa de Bolívar nuestra república duró poc. Sí, ojalá pero sin violencia como lo logró Ghandi

P.E.A.N: en eso estamos

S.I.NyL.E: Oye ETA acá es ultra famoso

P.E.A.N: Prácticamente ha desaparecido

S.I.NyL.E: Es más, dicen que los de Duncan Dhu son simpatizantes, es cierto?

Yo encantado de tener amigos así. La mejor manera de tener... nada.