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Tras 26 años desempeñando diferentes funciones en las instalaciones rojillas

Se retira Manolo Los Arcos, el todo terreno de Tajonar

El de Milagro, un apasionado de la formación futbolística, ha dejado compilada toda una metodología.

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Natxo MATXIN

Veintiséis años después de que Fermín Ezcurra y Pedro Mari Zabalza le llamasen para dirigir al Promesas, Manolo Los Arcos cuelga las botas como hombre todo terreno de Tajonar. El técnico de Milagro ha sido coordinador, director, ayudante y entrenador del primer equipo, además del ya mencionado puesto de míster en el filial durante ocho temporadas -entre la 1987-88 y la 1993-94, y la 1997-98-, etapa que recuerda con mayor cariño.

Pero sobre todo ha destacado por ser un apasionado de la teoría futbolística y los métodos de trabajo para formar jugadores. «Dejo en el club una metodología comprobada y contrastada con varios equipos en periodos de tiempo suficientes como para que tenga una fiabilidad. Es la esencia y simiente para obtener buenas cosechas, en definitiva, buenos futbolistas», explicó.

Este amante de la escuela del Oporto y participante en un sinfín de congresos de fútbol base aseguró que le gustaría ser recordado «como un hombre de club, dispuesto a ayudar en cualquier momento y circunstancia», y tuvo palabras de recuerdo para todos aquellos jóvenes a los que aleccionó, treinta de los cuales acabaron debutando con el primer equipo rojillo.

«No quiero acordarme solo de los que llegaron, que lo hicieron por su propio esfuerzo porque la competición no te regala nada, sino también de los que se entregaron en cuerpo y alma, pero fueron olvidados, para ellos mi admiración», recalcó.

Lucha por definición

Los Arcos rememoró la diferencia «cuantitativa y cualitativa» que vivió Tajonar con el final de la era Ezcurra «porque el fútbol fue evolucionando y el club se adaptó a las circunstancias». De aquellos cambios fue surgiendo una teoría futbolística propia de Tajonar «que ha quedado escrita». «Al jugador le inculcamos la lucha, es algo fundamental, porque Osasuna no puede acceder, por geografía y economía, a mercados con jugadores más técnicos», describió.

Un carácter peleón que a la escuadra navarra le ha dado sus buenos frutos. «En estos momentos tenemos tres internacionales que han salido de ahí, esto hay que recalcarlo», indicó.

durísimo

Los Arcos admitió que los momentos más duros como técnico fueron cuando tuvo que hacerse con las riendas del primer equipo en 1995 tras la destitución de Txetxu Rojo y a falta de trece jornadas.

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