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DaLIA ZiadA | ACTIVISTA EGIPCIA

«Espero que la gente se levante y salga a la calle como sucedió contra Mubarak»

A sus 31 años, esta activista y bloguera egipcia es considerada como una de las 150 mujeres más influyentes del mundo según Newsweek. Después de luchar para derrocar a Mubarak y tras su fracaso político en las filas del partido Eladl, ahora dirige el centro de estudios Ibn Khaldun para transformar revolucionarios en políticos.

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David MESSEGUER |

La activista Dalia Ziada considera que los Hermanos Musulmanes han secuestrado la revolución y apela a la participación en política de los revolucionarios para conseguir una «democracia real». Pone en duda la legitimidad del presidente Morsi al ser elegido con la Constitución anterior y denuncia su gestión y la regresión en derechos humanos. Critica a la oposición política al luchar solo por sus intereses y anima a los egipcios a lanzarse a las calles hoy para pedir la dimisión de Morsi o la celebración de elecciones anticipadas.

Los activistas fueron capaces de acabar con un dictador pero no de liderar la vuelta de la democracia. ¿Qué han aprendido en todo este tiempo?

Existe cierta desconfianza hacia los revolucionarios en términos de gestión y necesitamos que la población sepa de qué servicios sociales podemos proveerles. No tenemos el mismo poder que los líderes religiosos, especialmente los salafistas y los Hermanos Musulmanes y en las áreas rurales no tenemos la capacidad movilizadora que tiene la religión. No representamos el arquetipo de político al que la población está acostumbrada a votar y, por eso, en las pasadas elecciones presidenciales la gente votó en masa a los Hermanos Musulmanes y secuestraron de forma exitosa nuestra revolución.

¿El lugar para los revolucionarios es la calle y no el Parlamento?

Es la calle, pero ha llegado el momento que los revolucionarios seamos influyentes en la toma de decisiones. En cualquier revolución del mundo los revolucionarios se convierten en políticos tarde o temprano pero éramos demasiado jóvenes -menores de 30 años- y la incorporación en la política se producirá poco a poco

En la institución en la que trabaja transforman revolucionarios en políticos.

Tras mi experiencia de concurrir al Parlamento en 2011 y fracasar, me di cuenta que la mejor forma de restaurar la revolución es mediante la educación.

Formamos a futuros políticos enseñándoles las aptitudes básicas que debe tener un político sobre cómo crear un partido, cómo llevar a cabo una campaña política, cómo interactuar con los medios de comunicación, y después, les elaboramos un programa de soporte durante un año. Este programa supone la integración de este nuevo político en una red de contactos formada por activistas y políticos.

Ustedes reciben ayuda de EEUU y al mismo tiempo la Casa Blanca colabora con el Gobierno de Morsi.

Washington adopta diferentes estrategias a nivel mundial. En ocasiones prima la democracia y la defensa de los derechos humanos, pero debido al contexto de incertidumbre de las revueltas árabes y la amenaza para Israel prima la defensa de los intereses de EEUU. Prefieren tratar con alguien que ya conocen como los Hermanos Musulmanes. de la misma forma que lo hicieron en su época con Mubarak. Apoyaban Mubarak por miedo a los Hermanos Musulmanes y ahora apoyan Morsi por miedo a los salafistas.

¿Es más fuerte ahora el salafismo en Egipto?

Sí, especialmente en las áreas rurales donde se están aprovechando de la falta de educación de la gente que no puede darse cuenta que están aprovechándose de ellos en nombre de la religión.

Existe una campaña de de firmas para pedir la dimisión de los Hermanos Musulmanes, ¿Qué persigue exactamente?

Como Morsi obtuvo 12 millones de votos queremos obtener 15 millones de firmas para tener la legitimidad de pedir su dimisión o la celebración de elecciones anticipadas. No tenemos ninguna ley que diga que un número de firmas comportará la destitución de alguien pero las utilizaremos como método de presión hacia la comunidad internacional y las instituciones que tienen influencia sobre nuestro Gobierno. No queremos esperar a las próximas elecciones parlamentarias puesto que no tienen nada que ver con la presidencia. Morsi está gobernando de acuerdo con la antigua constitución y goza de gran cantidad de poderes que no le corresponden.

¿Qué espera de la manifestación de hoy?

El Movimiento opositor Tamarod está trabajando duro para que la jornada de protesta que coincide con el primer aniversario de la elección de Mohammed Morsi tenga un gran seguimiento. Morsi no trabaja por el bien de los egipcios sino por el bien de la Hermandad.

¿Cree que Tahrir puede volver a llenarse?

En las últimas semanas hemos estado celosos de lo sucedido en Taksim.

Los Hermanos Musulmanes siempre están poniendo al Gobierno del AKP como modelo a seguir. El desarrollo de Turquía no es por la gestión de Erdogan y sus leyes retrógradas. Los egipcios pensamos que si los turcos le han plantado cara a Erdogan nosotros podemos hacerlo con Morsi. Espero que la gente se levante y salga a la calle como en 2011 contra Mubarak.

¿En qué punto se encuentra la revolución?

Después de las revoluciones las sociedades tardan un tiempo hasta conseguir una democracia plena. El paso que supuso echar abajo el régimen de Mubarak no estuvo seguido de la construcción de un sistema democrático. Estamos en un punto muerto. Debíamos de redactar primero la Constitución y después elegir un Presidente e hicimos todo lo contrario. Ahora, después de dos años y medio, debemos comenzar desde el principio. La razón por la que estamos anclados en este punto es porque existe mucha gente que quiere secuestrar nuestra revolución.

¿Les ha decepcionado la oposición política?

El rol del Ejército nos ha decepcionado porque se supone que debía garantizar una transición verdaderamente democrática pero solo trabaja en su propio beneficio. Los líderes de la oposición como Hamdeen Sabahi o El Baradei están trabajando también en beneficio propio y no miran por el futuro en el mismo modo que lo hacen los revolucionarios. El objetivo de los Hermanos Musulmanes es instaurar una dictadura pero si la gente madura democráticamente debemos ser optimistas.

Habla de que en Egipto ahora hay una dictadura...

Sí, una dictadura encubierta. Las demandas reales de democracia no han sido satisfechas por el Gobierno. Están dando la falsa sensación de elegir pero en realidad no estamos escogiendo nada.

¿Considera que están peor que con Mubarak?

Ambos regímenes son malos pero creo que ahora estamos peor que con Mubarak. No hay instituciones ni Estado. Votamos al Presidente antes de tener Constitución, instituciones y Parlamento. Este es el motivo por el que hicimos una elección errónea y los Hermanos Musulmanes están abusando del poder en la actualidad.

¿No cree que la gente necesita conocer cómo es un Gobierno de los Hermanos Musulmanes para darse cuenta de lo que realmente quiere?

Sí, como he dicho la democracia es un proceso de aprendizaje. Y si hasta el momento hemos elegido un Gobierno erróneo, sin duda sacaremos aprendizajes. Debemos madurar como pueblo. Adquirir más experiencia en cómo saber elegir al gobernante correcto. El aspecto positivo de que los Hermanos Musulmanes ganaran las elecciones es que así la gente está viendo su mala gestión y en las próximas elecciones no vamos a votarles.

¿En qué aspectos ha fallado la gestión del Presidente Morsi?

En el aspecto económico y en la administración del país. Lo que el hizo con la Asamblea Constituyente situando cargos islamistas y lo que están haciendo ahora con el Consejo de la Shura para legislar. Su política hacia los derechos de las mujeres y el elevado porcentaje de desempleo, también han fallado en hacer el país atractivo para los turistas y para los inversores extranjeros. Hay mucha inflación, el pan, la electricidad, el agua, todos los bienes de primera necesidad están subiendo. También hay que reconocer que la corrupción es mucho menor ya que no están robando el dinero del Gobierno.

¿Cómo valora el papel de la mujer en la vida política?

El rol de la mujer como florero no está únicamente limitado a los partidos islamistas, también en los más liberales tratan a la mujer como un elemento puramente decorativo. Aunque la presencia de mujeres en la vida política es positivo, porque el mero de hecho de estar allí ya nos da a posibilidad de hacer alguna cosa y poder ganarnos el respeto de los políticos y subir en el partido.

 

 
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