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Maite Soroa | msoroa@gara.net

Más madera, que es...

Parecía una serpiente de verano, una estratagema para desviar la atención del «caso Bárcenas», pero visto el cariz que están tomando los acontecimientos, igual el affaire Gibraltar se les escapa de las manos y algunos acaban perdiendo su enésima guerra. Porque el PP se empeña en mantener cercado el peñón, mientras la flota británica fondea en aguas gibraltareñas y los medios más ultras del nacionalismo español, es decir, casi todos, piden más madera.

«Abc», por ejemplo, se refería al asunto de los barcos y en su editorial emplazaba al Gobierno de Rajoy a «mantener» su «firmeza». Para el diario de Vocento «bravatas gratuitas como la de llevar parte de su flota y otras performances castrenses no deben doblar el pulso al Gobierno ni torcer su intención de arreglar un problema que afecta a los intereses, la soberanía y la dignidad de la nación española». Hablan de bravatas los que publicaron un supertitular anunciando que «se acaba el recreo en Gibraltar».

En «La Razón», curiosamente, en la página editorial afirmaban que la llegada de los barcos se da «en un ambiente de normalidad diplomática» y que «nada tiene que ver con el conflicto del Peñón», pero en páginas interiores publicaban la opinión de un almirante retirado que afirmaba que «no puede ser casual y parece diseñada para reforzar la idea de soberanía británica, principalmente ante la población gibraltareña». Y como la cabra tira al monte, el militar pedía que enviaran a la zona barcos de guerra españoles: «quizá la presencia de algún patrullero de altura (...) enviaría el mensaje de que nuestra Armada y su nación no van a renunciar a nada y que, incluso creyendo que esta crisis no se resolverá por las armas, nuestra firmeza es análoga o superior a la suya». Su firmeza será análoga o superior, pero su Armada no, así que más les valdría bajarse los humos. Y en «El Mundo» rizaban el rizo asegurando que «Cameron se alinea con la extrema derecha británica, que nada más iniciarse el conflicto reclamó el envío de una fragata. Pero sobre todo, el paso dado por Londres dificulta a Rajoy avanzar hacia la distensión, porque cualquier gesto en ese sentido sería interpetrado como acobardamiento». Y claro, eso sería intolerable... Es un sarcasmo que el editorialista de Pedro J. hable de la extrema derecha británica con lo que tienen en casa. En fin, estas cosas se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban, y como dependa de la lucidez de los españoles...

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