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Mundiales de Moscú'2013

Fraser-Pryce se apropia de los 100

La jamaicana recupera el título en la prueba estelar con una estupenda carrera (10.71) y ya es bicampeona olímpica y mundial.

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Miren SÁENZ

Los 100 metros son jamaicanos. Un día después de que Usain Bolt recuperara el título masculino, Shelly-Ann Fraser-Pryce reconquistaba el femenino de la prueba más prestigiosa y una de las pocas que concita la atención incluso de los menos aficionados al atletismo.

Sobre la pista azul del Estadio Olímpico Luzhniki, la pequeña bala jamaicana voló con un tiempo de 10 segundos y 71 centésimas -viento contrario de 0,3 m/s-, renovando de paso su mejor marca del año (10.77). Ganó muy por delante de la marfileña Murielle Ahoure (10.93) y de la estadounidense Carmelita Jeter, defensora del título, que nunca estuvo en situación de repetir y se colgó el bronce con 10.94.

Ayer le sacó 22 centésimas a Ahoure, y 23 a Jeter, viejas compañeras de fatigas con las que ha coincidido mucho y ha competido más. Doble campeona olímpica, obtuvo su segundo título mundial -el anterior fue en Berlín'2009- sucediendo a Jeter en una final con dos jamaicanas, cuatro estadounidenses y dos africanas con Fraser-Pryce haciendo de Bolt.

Cada día se parece más al fenómeno de Trelawny, y no precisamente en su estatura. El gigante (1,96) y la diminuta campeona (1,52) comparten la misma edad, los dos son garantía de éxito y se han hecho en Jamaica, sin seguir la senda de las universidades estadounidenses como tantos deportistas caribeños.

Hay una diferencia importante entre ambos, relacionada concretamente con las plusmarcas. Mientras Bolt mejoró las de la velocidad masculina ampliamente, los 100 y los 200 metros femeninos tienen la pesada losa de los registros imposibles que la malograda Florence Griffith estableció hace 25 años. Esos 10.49 y 21.34 están fuera del alcance de la mejor Fraser-Pryce.

Las semifinales auguraron una final de nivel. Okagbare dominó la primera empatada con Freeman (11.08), Jeter la segunda (10.95) y Fraser-Pryce la tercera con unos 10.87 prometedores. No hubo sorpresas, ganó de calle, mientras dejaba a las demás en la pelea, sobre todo a Jeter, lidiando con English Gardner, la nueva campeona estadounidense que viene de Nueva Jersey.

Jeter, entre algodones y vendas, se creció ante el afán de notoriedad de la revelación de la temporada. Por eso el bronce le supo tan bien. Okagbare, la otra velocista de moda, terminó sexta, un día despues de colgarse la medalla de plata en salto de longitud. La nigeriana recuerda a Marion Jones por su imponente planta y porque como la californiana, luego desposeída de títulos y marcas a causa del dopaje, alterna las dos carreras de la velocidad con los saltos.

Pero ayer no era el día para las revelaciones. Las mayores impusieron su ley y dejaron a las nuevas chicas de John Smith -el gurú que guió los pasos de Mo Greene, Ato Boldon o Drummond, atletas de vistosas trayectorias con lucidos medalleros- sin opciones de podio.

«Yo sabía que tenía que correr mi carrera técnica, tener un buen comienzo. Estos son mis puntos fuertes. También es necesario, como para cualquier atleta, tener apoyo humano. Esto es crucial. Y doy gracias a mi entrenador y mi entorno», dijo la campeona de las uñas rosas, a juego con algunos mechones de su pelo, dignos de esta atleta que montó una peluquería en Kingston como inversión del presente y el futuro.

400 metros con intriga

Un rato antes Christine Ohuruogo ganó la vuelta a la pista por milésimas. La británica de origen nigeriano se fue a la caza de Amantle Montsho, la atleta que defendía el título y terminaron cruzando la meta a la par con idéntico registro (49.41). Con los ojos fijos en la pantalla, se dieron un respiro para saludarse antes de que la foto finish dictara sentencia. Después, sin rencor, llegó el abrazo.

Las dos pretendían su segundo título mundial, algo que en la historia del certamen hasta ayer solo había alcanzado la inolvidable Cathy Freeman, la aborigen australiana que dominó en Atenas'97 y Sevilla'99. Sin Sanya Richards-Ross, ausente en Moscú, el duelo era cosa de dos.

La botsuanesa llegaba con la mejor marca (49.33), pero Ohuruogo batió el récord inglés después de avalanzarse por la izquierda sobre la línea de meta. Oro en Osaka'2007, oro olímpico en 2008 y plata en 2012. Se hartó de llorar en el podio como si fuera la primera vez.

La última fue Noviene Williams-Mills, la eterna campeona jamaicana con siete títulos en sus nacionales. No importó, ha hecho lo más difícil. En Londres se colgó el bronce olímpico como integrante del relevo 4x400 metros aquejada de un cáncer de pecho del que había tenido noticias un mes antes. Solo sus más allegados conocían su enfermedad. Este invierno le quitaron el bulto y tras someterse a una doble vasectomía ha logrado llegar a Moscú.

22 centésimas

Shelly-Ann Fraser-Pryce fue muy superior a sus rivales en la final que cerró la jornada. Le sacó 22 centésimas a Ahouré y 23 a Jeter, que en ningún momento tuvo opción de defender su título de Daegu'2011.

Lemaitre se lesiona

Una lesión en el isquiotibial derecho, que Lemaitre se produjo en la final de 100 metros, impedirá al francés alinearse en los 200 y en el relevo 4x100. El primer blanco que bajó de los 10 segundos y el único junto a Bolt en el hectómetro ha dado por concluida su temporada.

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