Nuevos disturbios en El Cairo alejan las posibilidades de reconciliación
La Policía egipcia empleó ayer gases lacrimógenos para acabar con los choques entre partidarios y detractores de Mohamed Morsi y, según los Hermanos Musulmanes, agentes de paisano dispararon contra una de sus marchas, lo que puede agravar la crisis. Murió un manifestante.
GARA |
Las manifestaciones de los partidarios del depuesto presidente Mohamed Morsi contra el Ejército derivaron ayer en disturbios en el centro de El Cairo, lo que aleja aún más las posibilidades de una eventual reconciliación. Un seguidor de Morsi murió de un disparo durante las movilizaciones en la capital, según informaron fuentes de los servicios de seguridad.
Previamente, los Hermanos Musulmanes habían denunciado que policías de paisano habían disparado contra los manifestantes, hiriendo a cinco personas, y una fuente de seguridad había elevado a siete el número de heridos aunque añadió que no estaba claro quién abrió fuego.
Además, la Policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los islamistas frente a la sede del Ministerio del Auqaf (de Asuntos Religiosos), donde estalló la tensión entre los seguidores de Morsi y grupos de jóvenes y vecinos del barrio.
La Alianza contra el Golpe de Estado, coalición favorable a Morsi, había convocado una manifestación para pedir la vuelta al poder del primer presidente elegido democráticamente en la historia del país, derrocado el 3 de julio por un golpe de Estado.
También se realizaron movilizaciones similares frente a otros edificios oficiales de la capital, como los ministerios de Salud, de Enseñanza Superior y de Agricultura y el Tribunal de Justicia.
«Los actos revolucionarios contra el golpe de Estado continuarán», señaló a Frence Presse un alto responsable de los Hermanos Musulmanes en la plaza Rabaa al-Adawiya de la capital, donde los partidarios del presidente derrocado acampan desde hace un mes y donde ayer reinaba la tranquilidad pese a las amenazas de desalojo realizadas por las autoridades del nuevo régimen instaurado tras el golpe militar.
El ministro israelí de Defensa, Moshé Yaalón, confirmó ayer el disparo de un cohete desde el Sinaí, en Egipto, en dirección al sur de Israel y señaló que fue derribado por el sistema antiaéreo Iron Dome (Cúpula de Hierro).
«El que desplegáramos la batería Iron Dome para defender Eilat no fue ninguna casualidad», dijo Yaalón a los medios de comunicación ante las preguntas sobre un ataque ocurrido la pasada madrugada y reivindicó un grupo radical islamista.
El ministro no quiso entrar en detalles sobre la interceptación del cohete ni reveló el blanco al que se dirigía.
Fuentes militares habían indicado antes que fue derribado en dirección a un «centro poblado» en el sur del país, una zona en su mayoría desértica pero en la que hay varias ciudades.
Las alarmas antiaéreas sonaron en la ciudad turística de Eilat, a orillas del Mar Rojo, que en esta época está llena de turistas locales y extranjeros, a la 1.00 de la madrugada (22.00 GMT).
«Sabemos que hay terroristas islamistas en el Sinaí que sobre todo atacan a las fuerzas egipcias pero también a nosotros», agregó Yaalón.
El grupo radical Ansar Beit al Maqdis (Seguidores de la casa de Jerusalén) se atribuyó el ataque en un comunicado publicado en una página web islamista.
Explicó que lanzó un misil Grad en respuesta a la muerte, el pasado día 10, de «cuatro muyahidin (combatientes islámicos) en el territorio del Sinaí por un avión judío no tripulado». «Ni Eilat ni otras ciudades judías disfrutará de la seguridad ni del turismo ni de la economía. Los judíos pagarán cara la sangre de los muyahidin», sostuvo el grupo, que no precisó desde dónde disparó el misil. GARA
Pese al incremento de la tensión, las autoridades siguen avanzando en su calendario y un total de 25 gobernadores provinciales prestaron ayer juramento ante el presidente interino egipcio, Adli Mansur. Veinte de ellos son nuevos y cerca de la mitad son generales u oficiales de Policía.
