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Maite Soroa | msoroa@gara.net

La paja en ojo ajeno

Los opinadores profesionales de la derechona carpetovetónica son expertos en ver en los demás los males y vicios que a ellos les supuran. Como cuando claman contra el «nacionalismo» mientras se envuelven en la rojigualda cada vez que ganan un partido de fútbol, por ejemplo. Algo parecido le pasa a José Antonio Zarzalejos, que en «Elconfidencial» afirma que «el caso de Gibraltar -y en, otra medida, las islas Malvinas, aunque son asuntos no sólo distantes sino también distintos- es de una obscenidad política extraordinaria. Porque más allá de que hace 300 años la instalación de la paz en el tratado de Utrech confiriera a Inglaterra derechos territoriales tanto en el Peñón como en Menorca (recuperada luego para la soberanía española) a cambio de que Felipe V y los Borbones se hiciesen con el trono español tras la Guerra de Sucesión -una guerra de dinastías-, lo cierto es que desde Londres no sólo se ha negado cualquier alteración de un statu quo anacrónico, sino que se ha consolidado y extendido su posición allí mediante la política de hechos consumados». Nada que ver con lo que los españoles hacen en Ceuta y Melilla. Por no hablar, ya que se ponen, de Euskal Herria, Països Catalans, Galiza... anacrónico dice, y no hay nada más fuera de tiempo que el Estado español.

El exdirector de «Abc» critica que aunque «la reivindicación de que el Peñón estuviese seriamente en la agenda bilateral de España y Gran Bretaña ha sido constante», los gobiernos británicos «jamás han aceptado la interlocución, parapetándose -con esa su cínica urbanidad política- en un pretendido derecho de autodeterminación de unos ciudadanos que ellos tratan y consideran como de segunda categoría política». Pues tan de segunda no se sentirán, cuando eligen ser británicos y no españoles. Y por cierto, a las llanitas y llanitos les dejan elegir, algo que ya nos gustaría a algunas, pero en Madrid no saben nada de urbanidad política, y sí mucho de cinismo.

Como conclusión, Zarzalejos lanza un deseo: «a ver si es verdad y, con esa inteligencia que se echa en falta en la defensa de nuestros intereses (aquí, son, además, principios) al Gobierno `no le tiembla el pulso' como aseguró ayer Arias Cañete que se perfila como el nuevo edecán de Rajoy en el Parlamento Europeo». Pues como Arias Cañete sea el «edecán» de Rajoy en Europa, fijo que triunfan. Sí que falta inteligencia, sí.

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