Los estrenos necesitan generar noticias, cuantas más mejor. La película «El mayordomo» se postula para los Óscar, pero para ello no le basta con hacer una buena taquilla o recibir críticas aceptables, sino que además necesita de la polémica en los medios. El cineasta afroamericano Lee Daniels quiere vender la asignatura pendiente del racismo, trazando una historia de la servidumbre de la raza negra en los Estados Unidos hasta la llegada de Obama a la Casa Blanca. A tal fin ha elegido la figura del mayordomo negro que sirvió a ocho presidentes blancos, incluido Ronald Reagan.

Y justo ahí es donde ha surgido el punto de fricción, debido a que la actriz Jane Fonda encarna a Nancy Reagan, esposa del antiguo actor de Hollywood, y, por tanto, primera dama. Sinceramente, pienso que ni Lee Daniels, ni ningún otro productor de sus propias películas, es capaz de saber dónde va a saltar la liebre cuando se mete en un nuevo proyecto. Así que no lo consideraría una provocación premeditada a la hora de hacer el casting, porque por esa regla de tres también podría haber molestado que Ronald Reagan esté interpretado por Alan Rickman, que es inglés.

Sin embargo, el patriota de turno, que fue instructor durante la Guerra de Vietnam, se ha sentido atacado al ver a la vieja activista Jane Fonda en el papel de Nancy. Y, como es dueño de unos cines en Kentucky, ha decidido no proyectar en ellos «El mayordomo». Al final, se habla en los medios del drama racista, pero no por su denuncia de esa servidumbre que siguió a la esclavitud durante generaciones, sino por la reaganiana caracterización de una actriz blanca de 75 años.