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Jon Garay, Nagore García, Ane Zelaia, Ibon Meñika eta Emilie Martin | Miembros de Herrira

La hora de la verdad

Abrimos el curso con rumores sobre un inminente fallo de Estrasburgo que definitivamente tumbaría la doctrina 197/2006 Concebimos el Anaitasuna como una gran plaza para hablar de las tareas que tenemos por delante, una asamblea abierta a toda la sociedad

Abrimos en estos días un curso que se prevé muy intenso, con elementos que pueden ser clave para la resolución del conflicto, y muy especialmente para desbordar la postura inmovilista de los estados en política penitenciaria. Por encima del tópico repetido cada mes de septiembre, en este caso sí que estamos ante diez meses decisivos.

Llega, por lo tanto, la hora de la verdad para el movimiento Herrira, el momento en que tenemos que poner toda la carne en el asador para ayudar desde la calle a un proceso que, sin duda, no va a ser fácil.

Está claro que los estados no quieren dar ni un solo paso que ayude a la normalización, que no tienen el más mínimo interés en llegar a una situación de paz y han demostrado repetidamente su más absoluto desprecio a los derechos humanos. Así que no nos engañemos: Madrid y París no nos van a regalar nada, y mucho menos la vuelta a casa de presos y exiliados. Por lo tanto, va a tener que ser la ciudadanía vasca la que genere las condiciones para que esto sea posible.

De momento, hemos demostrado que hay una mayoría social que pide el final de las medidas de excepción y avances hacia la resolución y la paz. Y eso es lo primero que tenemos que interiorizar, el estado de opinión general a favor de estas demandas. Ahora, lo que nos toca es convertir ese consenso social mayoritario en una acción social mayoritaria, desbordar el inmovilismo de los gobiernos a través de una dinámica de masas. Y eso lo tenemos que crear nosotros y nosotras, es nuestra tarea. Y lo tenemos que hacer con la gente, con mucha gente.

Para activar una gran dinámica de masas es necesario conectar con los deseos mayoritarios de la sociedad, y creemos que eso hoy se resume en el lema «derechos humanos, resolución, paz», y en tres reivindicaciones: final de la dispersión, derogación de la cadena perpetua y liberación de los presos y presas con enfermedades graves. Ahí está el punto de acuerdo que permite mayorías transversales, que nos permite avanzar. Y ahí está la urgencia: aliviar el sufrimiento diario de miles de personas y evitar que haya más víctimas a causa de la política penitenciaria.

En este sentido, abrimos el curso con rumores sobre un inminente fallo de Estrasburgo que tumbaría definitivamente la doctrina 197/2006. Ojalá. Pero, independientemente de cuál sea el fallo, queremos insistir en que la clave, y la llave, seguirá estando en la activación de la sociedad, y eso seguirá dependiendo de nosotros y nosotras.

De hecho, creemos que para el caso de Inés del Río ya hay una sentencia clara. Esta sentencia tiene una vertiente jurídica, la tomada por unanimidad en el fallo de Estrasburgo de julio de 2012. Y sobre todo tiene una vertiente social, la de esa mayoría vasca que está pidiendo el respeto a los derechos humanos y el final de las medidas de excepción.

Con esa perspectiva, en junio pusimos en marcha «Herritarron epaia», la Sentencia Ciudadana, un gran cuaderno que ha visitado las plazas de más de 80 pueblos y barrios a lo largo de todo el verano. Porque en estos tiempos en que los tribunales se afanan en bloquear caminos, hemos querido que sea la propia sociedad la que escriba una sentencia de futuro para este país. Haremos pública esta sentencia ciudadana el próximo 14 de septiembre, en el pabellón Anaitasuna de Iruñea, para remitirla a los estados y a la comunidad internacional. Y después seguiremos trabajando para que se haga efectiva esta demanda, sea cual sea la postura que tome definitivamente Estrasburgo.

De esta forma, el acto del día 14 va a ser también un punto de partida hacia los nuevos retos que tenemos como movimiento. Allí avanzaremos algunas claves para esa acción social mayoritaria a la que nos referíamos anteriormente, y presentaremos las primeras citas de una dinámica que debe ser acumulativa e ir mucho más allá de las movilizaciones de este invierno.

Por lo tanto, concebimos el Anaitasuna como una gran plaza para hablar de las tareas que tenemos por delante, una asamblea abierta a toda la sociedad en la que empezaremos a dibujar esa gran dinámica de masas que necesitamos para seguir avanzando. Y te pedimos que nos acompañes en esta cita y en el trabajo de todos los días. Porque llega la hora de la verdad, y como decía el spot de las movilizaciones del 18 de mayo, para algunas cosas no es suficiente con una, dos, tres o seis personas; para algunas cosas hace falta todo un pueblo. Así que vamos a necesitar de tu presencia, tus ideas, tus habilidades y tu ilusión.

Vamos a hacer historia, entre todos y todas. Vamos a conseguir la resolución y la paz, y vamos a traer de vuelta a casa a todas las personas presas y exiliadas. Nos vemos el 14 de septiembre en el Anaitasuna. Lortuko dugu!

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