La historia y evolución de Barbara Zangerl es ciertamente particular. La conocimos, y la seguimos conociendo, como una de las especialistas de búlder más fuertes del mundo. Por ejemplo, ya cuenta en su listado con bloques de 8b. Pues bien, la austriaca, aparte de dominar la fuerza explosiva en tachuelas de unos cuantos pasos, sabe manejarse a la perfección en vías de pared. Y, claro está, también en la escalada deportiva.

Hace ya tiempo que le cogió el gusto a ir escalando líneas duras de varios largos. Parte de su cosecha la componen «Hotel Supramonte» (400 m, 8b, Cerdeña), «Super ciril « (8a/+, 240 m, Ticino), «Delicatessen (150 m, 8b, Córcega)... Ahora, fruto de su motivación y esfuerzo, hace escasas fechas llegaba a su cénit tras cerrar el círculo de la conocida como Trilogía Alpina, encadenando la vía «Des Kaisers neue Kleider» (240 m, 8b+) de Stefan Glowacz.

Antes, cómo no, había encadenado ya las otras dos líneas de la trilogía: «End of silence» (Thomas Huber, Berchtesgadener, Alemania) en verano del año pasado; y «Silbergeier» (Beat Kammerlander, Ratikon, Suiza) el pasado mes de julio. Tres grandes vías de tapia. Tres líneas con una graduación máxima de 8b+. Y tres rutas abiertas todas ellas en 1994 por los tres ilustres escaladores citados. Un dato más: Glowacz fue el primero en llevarse la Trilogía Alpina.

Temible largo clave

Como adelantábamos, el periplo de esta escaladora polivante en las tres líneas comenzaba en verano del año pasado. La primera ruta en caer fue «End of silence» y, el pasado mes de julio, «Silbergeier». Excepto esta última, las otras dos de la trilogía han sido para Zangerl primeras femeninas, mientras Nina Caprez le quitaba el «honor» de ser la primera en «Silbergeier».

Tras encadenar las dos primeras líneas, la austriaca aseguró que habían sido las vías en pared más duras que había hecho. Solo le quedaba «Des Kaisers neue Kleider». No estaba muy segura de si la probaría este año, pero estaba tan motivada que decidió ir a por ella.

Por delante se le presentaban nueve tiradas: 7a, 7c, 8b, 7b+, 8b+, 8a, 6b, 8b+ y 6c. Como se observa, dos de ellas de 8b+; la primera la sacó rápido, pero la segunda se convertió en su talón de Aquiles. Nueve largos y escasez de seguros.

Para firmar la vía, la escaladora necesitó un par de semanas de trabajo. Ayudada de cuerdas fijas, fue pillando la forma a los distintos movimientos y secuencias. En el día del encadenamiento, el pasado 5 de setiembre, a las primeras de cambio se embolsó los primeros siete largos, con un 8b y 8b+ incluídos. En cambio, el octavo largo de 8b+ (al parecer la verdadera clave de la línea) le dio quebraderos de cabeza. Hasta siete intentos necesitó para resolver el rompecabezas de esa tirada.

Casi sin fuerzas, pero con el final muy cerca, escaló el último largo graduado de 6c. Así terminaba el «viaje» de Zangerl por la Trilogía Alpina, con primera femenina incluída.