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Crónica | Nueva novela de Federico Moccia

Un amor adolescente, desde puente Milvio a las murallas de Hondarribia

En el imaginario del escritor Federico Moccia, Nicco podría correr tras su amada María y llegar a orillas del Bidasoa. Las murallas de Hondarribia se convertirían el escenario más romántico de Euskal Herria, donde las parejas jóvenes sellasen amor eterno con algún extraño ritual.

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Nagore BELASTEGI

Un par de decenas de chicas jóvenes esperaban en la Plaza de Armas de Hondarribia, libro en mano, a que Federico Moccia les firmara un ejemplar. El escritor ha sabido canalizar la explosión de hormonas de la adolescencia con una serie de historias hiper románticas y ahora vuelve a las andadas con una nueva novela en la que los lectores han participado activamente en la elección de la ciudad de la protagonista, María.

A pesar de que Moccia es muy conocido en el mundo literario, es posible que a muchos ni les suene, especialmente a aquellos que ya han olvidado la montaña rusa de emociones de la adolescencia. Sin embargo, hay varios acontecimientos muy populares que se le atribuyen y que nos refrescarán, sin duda, la memoria. El italiano es el autor de varias novelas, entre las que destaca «Tres metros sobre el cielo», que nos habla de Hache, un chico rebelde, y Babi, una chica dulce. La típica historia de «chico conoce a chica» pero pensada en atraer al público más joven. Y la ha conseguido, tanto que el director Fernando González Molina puso cara a los personajes. No cualquier cara, sino las de los actores Mario Casas y María Valverde. Los lectores (la mayoría lectoras) de Moccia se multiplicaron, y siguieron aumentando con la segunda parte, titulada «Tengo ganas de ti».

En esta novela los protagonistas realizan una acción que comenzó como un detalle en la trama y que ha terminado convirtiéndose en un símbolo de amor juvenil: cuelgan un candado en el puente Milvio de Roma y tiran la llave al río. Desde entonces miles de parejas cuelgan sus muestras de «amor eterno» en el Milvio o cualquier otro puente. «Fue algo inesperado -admitió el escritor durante su visita ayer a Hondarribia- quería contar una historia de amor en Roma y compré un libro donde ponía que en un rincón de la ciudad había una Venus a la que las parejas le colgaban lazos del brazo. Fui a buscarla y ya no estaba. Entonces comprendí que debía inventarme yo la historia».

Si María fuera vasca...

Moccia visitó Euskal Herria por primera vez con un doble propósito profesional. Por un lado, presentar su nueva novela, «Ese instante de felicidad» (Planeta), y por otro, visitar una de las ciudades candidatas a ser el escenario de la segunda parte de la misma. A petición de sus fans, Moccia decidió que la chica de la historia que tenía entre manos procedería del Estado español, y la editorial le propuso realizar un concurso en su página web.

Así, los lectores debían proponer ciudades en las que les gustaría situar a la pareja de enamorados. Tres de ellas han sido preseleccionadas: Hondarribia, Vic (Catalunya) y Veger de la Frontera (Andalucía).

Ahora la decisión está en manos del escritor, que se ha comprometido a visitar las tres localizaciones para elegir la que mejor se adapte a la historia de Nicco y María: él, un chico italiano que acaba de perder a su padre; ella, una turista que de pronto regresa a su casa. «Me gusta la idea de que María haya nacido en una pequeña ciudad pero que trabaje en grandes ciudades como Barcelona o Sevilla, y encuentre la tranquilidad al regresar a casa -explicó-. Los abuelos de María podrían haber respirado el aire del mar, podrían haberse enamorado a la luz de la luna colándose por las grietas de estas murallas y podrían haber paseado por esos prados. Me emociona pensar en un beso en el paseo marítimo con las montañas de fondo y las estrellas casi sonriendo por ese momento».

Aunque finalmente Hondarribia no fuera la ciudad elegida, Moccia aseguró que cada momento vivido le sirve de inspiración, y que por ello tomará una decisión que agradará a las tres ciudades. ¿Una escapada romántica de la pareja, quizás? El alcalde de la localidad guipuzcoana, Aitor Kerejeta, lo tiene claro: «El ayuntamiento estará encantado de costearle a María un viaje para que visite Vic y Veger». A Hondarribia no le faltan turistas, pero de ser elegida, podría convertirse en visita obligada de los adolescentes enamorados de todo el mundo, y quién sabe si Moccia no inventará algún extraño ritual de amor, a poder ser que no dañe el mobiliario urbano.

 

UN CONSEJO

«Para cocinar, lo primordial es dejar la pereza a un lado y a partir de ahí ponerte a hacer lo que más rabia te dé. A veces no hay mejor motivación para ponerse a ello que invitar a tus amigos a comer».

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