GARA > Idatzia > Kultura

Cierra Kulturtick, el otro proyecto estrella de la época Urgell

Al cabo de un año de actividad, uno de los proyectos estrella impulsado por la anterior consejería de Cultura, el club de cultura Kulturtick, ha tenido que echar la persiana. Ayer daban por cancelada su actividad, al no alcanzar ni de lejos la cifra de socios previstos.

p041_f01.jpg

A.E. | DONOSTIA

«Muy a nuestro pesar, tenemos que finalizar la actividad del proyecto debido a la falta de apoyo institucional y la imposibilidad de seguir adelante por nuestros propios medios». La junta directiva de Kulturtick, el club de consumo cultural creado por el departamento de Cultura durante el Gobierno del PSE, daba estas razones como motivo de cierre en la nota que hacía llegar el pasado viernes a sus socios. En ella anunciaba la desaparición de esta plataforma que, junto con el Bono Cultura, fue uno de los proyectos estrella de la época de la consejera Blanca Urgell. Y ayer dejaban de funcionar definitivamente las tarjetas de socio, como confirmaban a este diario desde la propia empresa, aunque todavía queda por saber cómo se devolverán las cuotas.

Constituida el 27 de diciembre de 2011, sin que hubiera convocatoria pública, la asociación Kultur Klub Euskadi S.L. fue creada como una traslación a la CAV del club catalán de cultura TR3SC. Sus socios preferentes eran EITB y TR3SC -cada uno con el 22,73% del capital; el catalán aportaba también la tecnología y el conocimiento-, Eskena, Zineuskadi, las promotoras Kultura Live y Last Tour Internacional y la Federación de Asociaciones de Librerías de Euskadi, con diferentes participaciones.

La dirección corría a cargo de Pío Ortiz de Pinedo, antiguo componente del grupo de teatro Hortzmuga. El objetivo de Kulturtick: realizar una labor de intermediación para conseguir una mayor afluencia de público y una estabilidad en el consumo cultural. Lo cierto es que durante su corta trayectoria ha recibido críticas por su falta de apoyo a la producción en euskara y tampoco no ha sido bien recibida por la mayoría de los promotores culturales, que no han visto claros los beneficios que les podrían reportar una iniciativa de este tipo.

Con una oficina situada en el edificio Albia de Bilbo y que empezó a funcionar en agosto del pasado año, hace justo un año, en noviembre, comenzó la actividad de cara al público. Según un informe dado a conocer por el actual departamento de Cultura, se habían marcado alcanzar el umbral de rentabilidad en cuatro años con una masa social de 20.000 socios. En base a la información facilitada en el Parlamento por el departamento de Cristina Uriarte, y que incluye un informe del propio Kulturtick, en junio pasado contaban con únicamente 920 socios -algunos medios suben a 1.180 el número de socios a día de hoy-, que pagaban distintos formatos: precio básico (52 euros al año) o precio reducido (32 euros anuales). Luego había también promociones especiales. El equipo dirigido por Ortiz de Pinedo estaba compuesto en total por siete personas.

El presupuesto previsto para este 2013 era de 359.657 euros, el mismo que los gastos. Sin embargo, las cifras no daban. «Seguimos pensando que el Club de Cultura es una herramienta válida para sostener parte de la caída en el consumo cultural y crear nuevas dinámicas que la fortalezcan a medio y largo plazo, pero un año de actividad no es suficiente para alcanzar el grado de autonomía que nos permitiría navegar solos», explicaba en su nota la junta directiva. «Después de un periodo intenso de negociaciones analizando las diferentes posibilidades de continuidad para el proyecto, la falta de apoyo institucional y un respaldo social insuficiente», finalmente han conducido a echar la persiana a este experimento.

Una copia del modelo catalán

Kulturtick fue concebido como una versión de TR3SC, el club catalán de cultura creado por iniciativa del departamento catalán de Cultura, la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), «El Periódico» y Abacus Cooperativa, entre otros. Lleva funcionando desde 2006 y cuenta con más de 34.000 socios, según sus propios datos. Aquí, al cuarto año se esperaban alcanzar los 20.000.

Con un sistema de descuentos en productos culturales y promociones especiales únicamente para sus socios, cuenta con un boletín, una revista y una amplia implantación en los medios de comunicación y las redes sociales que permite a sus asociados estar informados sobre todo tipo de propuestas, mucho más baratas que en el mercado.

La cuestión es que, además de que la oferta es más amplia y el número potencial de socios mayor por la población de Catalunya, TR3SC está asociado con muchos agentes culturales; es decir, puede ofrecer mucho porque tiene muchos miembros, algo que no ha sucedido aquí. A.E.

SIN APOYOS

Con muchos menos socios de los que preveían -920 en junio pasado, cuando esperaban alcanzar los 20.000 en cuatro años-, sin apoyo institucional ni tampoco del sector cultural, Kulturtick ha echado la persiana.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo