«El cisma en la Iglesia vasca existe, aunque no explicitamente declarado»

Es uno de los teólogos vascos más conocidos y reconocidos. Su actitud crítica y activa ante el nombramiento del ultraconservador José Ignacio Munilla como obispo de Donostia le costó interrogatorios y acallamiento. Pero rompió el silencio contra la jerarquía y hubo de abandonar por iniciativa propia la orden franciscana a la que ha entregado 47 de sus 57 años. Ha dejado también el sacerdocio. Tal vez ahora habla con mayor libertad, pero es difícil con mayor claridad. Sobre lo terrenal, sus palabras sacuden palacios.