Eduardo PEREZ DE AZPILLAGA | Representante de UAGA
«Las plantaciones se pueden desmadrar sin control»
En Rioja Alavesa y Rioja Navarra la reforma ha suscitado preocupación porque puede acabar con los controles que actualmente garantizan la calidad de la producción sin aportar a la vez apoyos a la comercialización.
¿Cómo afectará la reforma de la OCM del vino a Rioja?
En Rioja Alavesa y la Denominación, una de las medidas que seguramente no va a afectar será el arranque de esas 400.000 hectáreas.Pero lo que puede afectar, y mucho, al viticultor de Rioja Alavesa es la eliminación de los derechos de plantación para 2013, la liberalización de plantaciones. Se podrían desmadrar las plantaciones sin el control que existe en estos momentos y habría una superproducción de uva y vino, con lo cual los precios bajarían y la rentabilidad sería nula. Es el mayor problema que tenemos.
¿Afectará el arranque a las producciones menos rentables?
Se supone que los arranques no afectarían a ninguna zona de calidad, los conocidos como «vinos de calidad producidos en región determinada», y aquí como «vinos con denominación de origen». Afectaría más a zonas de vinos sin denominación y con vinos de mesa.
¿No es una contradicción la liberalización de 2013 con esta medida de arranque?
Por descontado. No podemos entender que Bruselas pida arrancar 400.000 hectáreas de viñedo, que va a subvencionar con 2.400 millones de euros, y al año siguiente, en 2013, haya una liberalización total. En vez de arrancar para regular lo que han hecho ha sido subvencionar todas las plantaciones. Porque está claro que al día siguiente de la liberalización, quizás en las zonas en que se ha arrancado se pueden mantener los precios, pero en las demás se caerá todo y perjudicará al viticultor.
¿Entonces podría dar lugar a un aumento de la superficie de viñedo en Rioja?
Puede dar lugar a un aumento de viñedo en zonas que en estos momentos sean rentables. En estos momentos la DOCRioja es rentable para el agricultor y las bodegas, pero con una liberalización total de plantaciones dejaría de serlo. Sería una zona en la que la gente querría plantar bastante. Igual al cabo de cinco años esos vinos se dejarían de comercializar y todo el mundo querría arrancar. Y por debajo del coste, con lo que el viticultor sería el primero que tendría que bajarse del carro. No sé con qué modelos serían competitivas las bodegas.
¿La liberalización también ocasionará una bajada de precios?
Hay zonas en las que sería apetecible plantar, que son rentables porque están equilibradas y llevan haciendo un trabajo dentro de las Denominaciones de Origen por la calidad y por la estabilidad en los precios que garantiza a las dos partes poder sobrevivir. El agricultor, con estos precios, siempre y cuando no vayan bajando, puede producir uva y las bodegas pueden comercializar vino y ganar dinero. Con una liberalización total sería un desastre, porque si hubiera mucha producción de uva, bajarían los precios. Las bodegas podrían trabajar pero el viticultor no.
Dentro de ese trabajo se incluye esa normativa que se autoimpone el sector, como la limitación de la producción amparada.
Queremos creer que dentro del reglamento del Consejo Regulador se podría paralizar de alguna manera los efectos de la OCM, autorregulándonos como estamos haciendo en estos momentos, limitando los kilos por hectárea que se pueden producir para buscar la calidad. Pero si entraran grandes grupos empresariales a los que no les importaría la calidad sino la cuenta de resultados, podríamos llegar a tener ese problema. Teniendo en cuenta que son los primeros borradores de la reforma, habrá que ver qué tipo de regulación podremos establecer dentro de la Denominación. Sería lógico porque en este momento estamos luchando por la calidad, con los rendimientos más bajos de todo el país, autocontrolados por nosotros mismos. Si seguimos con esas normas, podríamos seguir amparándonos en la calidad y cerrar el circuito para que la OCM no afecte tan de lleno. -
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