GaraAzkenak - Paperezkoa - English Edition  |  Le Journal
EUS | ES | FR | ENG
 » PAPEREZKOA
  -Aurkibidea
  - EuskalHerria
- Jendartea
- Ekonomia
- Iritzia
- Mundua
- Kultura
- Kirolak
 » AZKENORDUA
 » ENGLISH EDITION
 » DOSIERRAK
 » DOKUMENTUAK
 » IRUDITAN
 » HEMEROTEKA
 » Produktuak
Gara > Idatzia > Jendartea 2006-07-03
Un estudio en Goierri y Urola investigará la influencia de los contaminantes en bebés
Cuarenta embarazadas de la zona de influencia del Hospital de Zumarraga han aceptado ya formar parte de un estudio ­primero en Euskal Herria­ llevado a cabo por la Dirección Territorial de Sanidad de Gipuzkoa para analizar la influencia de los factores ambientales en el desarrollo general y neuroconductual de los futuros bebés.

DONOSTIA

‘‘Seguimiento de una cohorte de embarazadas y sus hijos hasta el primer año de vida en Gipuzkoa: caracterización de la exposición ambiental y desarrollo general y neuro conductual’’. Este es el título de la investigación que pretende, a largo plazo, profundizar en un campo en ciernes como es la salud medioambiental pediátrica. Es decir, conocer la influencia que la contaminación ambiental tiene en los primeros años de una persona, incluso desde que es tan sólo un feto. El objetivo es reunir para ello a 600 embarazadas, de aquí a año y medio. De momento, en dos meses de proyecto, unas 40 ya han dado su consentimiento.

Jesús Ibarluzea es el investigador principal de esta iniciativa, muy costosa en todos los sentidos, tanto de organización como económica, que abarcará al área sanitaria dependiente del Hospital de Zumarraga, es decir, las comarcas del Goierri, Urola Erdia y Urola Garaia. El estudio ya ha sido explicado a los alcaldes de los 25 municipios del ámbito de este plan.

«Por ahora, el nivel de aceptación entre las mujeres consultadas está siendo más alto que el 54% que arrojaban otras cohortes que se están haciendo en otros lugares del Estado español», explica este técnico en salud ambiental. Esta investigación forma parte de una más amplia, liderada por el Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona, y que ya se ha puesto en marcha, en algunos casos con más de dos años de antigüedad, en zonas de Sabadell, Valencia, Menorca, Granada y Asturias.

Ibarluzea reconoce que no es sencillo que una mujer embarazada se preste a un seguimiento que durará años. En primer lugar, son las matronas de atención primaria quienes contactan con la futura madre. Luego, en el Hospital de Zumarraga las ginecólogas prosiguen esta tarea. Aceptar formar parte del estudio supone que en cada una de las ecografías previstas, la mujer se someterá a una entrevista y le serán tomadas distintas muestras, como orina, sangre, uñas, cabellos... Así hasta el día del parto, cuando se extraerán también datos de la placenta y el cordón umbilical.

Jesús Ibarluzea admite que «es una participación que va a exigir un compromiso a estas mujeres, por eso nos obliga al máximo a mimarlas mucho, y ahí el papel de las matronas es fundamental».

En principio, el proyecto contempla hacer un seguimiento posterior al bebé hasta cumplir su primer año, aunque el responsable de esta «aventura» avanza que proseguirá hasta que cumpla cuatro años y, si es posible, se irá más allá.

Lo que parece evidente es que ese esfuerzo de la madre implicará un riguroso control médico sobre su descendiente, que seguro para sí quisiera cualquier progenitor.

Objetivos

Esta vigilancia tratará, según detalla Ibarluzea, de relacionar aquellas exposiciones ambientales a las que está expuesta la embarazada, y luego el bebé, con el futuro desarrollo no sólo saludable del niño o la niña, sino también su capacidad sicomotriz y sicológica. Para ello se analizará no sólo la contaminación atmosférica, sino también la que pueda presentar en el agua (sea de consumo o de piscinas, donde muchas embarazadas practican natación) y en los alimentos ingeridos.

«Una de las cosas que pretendemos relacionar, por ejemplo, son los hidrocarburos aromáticos policíclicos que están en las partículas del aire y pueden provenir de las carreteras o de la industria siderúrgica, con lo que aparezca en la orina de la madre o el cordón umbilical del parto. Es decir, queremos hilar fino y saber si se puede asociar esto al desarrollo del niño o la niña», explica.

Esta y las demás tareas no serán sencillas. «Hay decenas de contaminantes, de indicadores, decenas de efectos a medir, miles de interacciones entre ellos. Y a la vez, hay muchos indicadores que no son factores de riesgo sino protectores, como los nutrientes o la lactancia materna. Por eso, va a ser muy complejo, el estudio da para mucho, pero es un estudio precioso», prosigue Ibarluzea.

Los resultados irán saliendo de forma periódica. Dentro de casi dos años, habrán nacido ya todos los bebés captados para la investigación y sobre la mesa se podrán empezar a poner esas primeras conclusiones sobre ese periodo prenatal.

El porqué ha sido elegida esta comarca de Gipuzkoa tiene varias razones. Una, que la iniciativa ha partido del personal sanitario del Area de Salud guipuzcoana; otra, que la zona presenta unas características que vienen a complementar a las del resto de cohortes del Estado. «Es un entorno que no se caracteriza particularmente por ser muy contaminado. Sin embargo, tiene algunas particularidades: no tenemos tantos contaminantes en el agua como en la zona mediterránea; sí tenemos seguramente tantas partículas en el aire como otras zonas, porque en la zona elegida hay una importante industria siderúrgica; estamos ante una población que consume mucho más pescado que otros lugares, y tenemos una zona con niveles de hipotiroidismo por ausencia de consumo de yodo que ha sido muy importante hasta hace poco. Todos estos factores dan juego a nuestros análisis. Si hubiéramos elegido Deba o Bajo Urola quizá hubiera sido parecido, pero nos interesaba también el componente siderúrgico de la zona», resume Ibarluzea.



Un proyecto que dependerá de su financiación
La captación de embarazadas en el Hospital de Zumarraga comenzó en mayo, pero el trabajo previo para poner a punto el proyecto ha durado un año. Como explica Jesús Ibarluzea, ha habido que coordinar a numeroso personal sanitario y a distintos departamentos y laboratorios. Sin embargo, eso sólo ha sido una de las partes de la enorme labor. La más difícil ha sido buscar financiación para un proyecto que, reconoce, «es caro» y no tiene garantizado su continuidad. Cuesta 120.000 euros al año. -



Investigan factores ambientales asociados a tumores neonatales

GASTEIZ

El Hospital Materno-Infantil La Fe de Valencia, y más en concreto su Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica, es todo un referente europeo en este nuevo campo de la vigilancia sanitaria de los más pequeños. Su último trabajo de investigación acaba de ser publicado en la revista ‘‘Anales de Pediatría Española’’ y en él abren camino al estudio de lo que se esconde detrás de los tumores neonatales ­suponen el 2% de los tumores infantiles­, en cuyo resultado final no están exentos de culpa los factores medioambientales. Cada vez más trabajos vienen advirtiendo del aumento de cánceres en descendientes que tienen que ver con exposiciones de sus progenitores a radiaciones ionizantes o no, agentes infecciosos, fármacos, drogas, tabaco, alcohol, etcétera.

Durante diez años han analizado 59 de los 74 tumores neonatales registrados en este centro hospitalario. En un 13% de los casos tenían que ver con factores de riesgo genético-constitucionales. Pero el interés de la investigación se centraba en los factores llamados ambientales. Estos son los factores y su presencia:

Radiación ionizante

En el 32% de los casos había constancia de exposición preconcepcional a radiaciones ionizantes. «Este tipo de radiación es el cancerígeno humano más estudiado y su acción sobre el ADN causa mutaciones en los protooncogenes y genes superiores tumorales, que inician el proceso de oncogénesis», señalan los autores. En el caso de la exposición trasplacentaria ­no en la preconcepcional­ está aceptada como un agente cancerígeno «seguro».

Radiación no ionizante

Se trata de las radiaciones electromagnéticas de baja frecuencia. Existen al menos dos estudios que vinculan esta exposición materna gestacional y el incremento de leucemias agudas en sus hijos (por ejemplo, madres que trabajan con una máquina de coser para la industria textil, y existe una proximidad entre las emisión de radiaciones y el abdomen de la madre gestante).

En esta investigación del Hospital La Fe, más de la mitad de las pacientes estudiadas por esos tumores de sus bebés presentaban una exposición a este tipo de radiaciones no ionizantes «en relación al entorno ambiental del domicilio de residencia por proximidad a instalaciones eléctricas o líneas férreas».

Fármacos, drogas

El estudio revela, entre algunos datos, que en 36 de las madres existía un consumo de café elevado, que el uso de tintes capilares y maquillaje facial diario era habitual en un 45% de los casos estudiados, 18 madres consumían antiácidos y en 20 casos, paracetamol. Todas estas sustancias son susceptibles de estar relacionadas con efectos cancerígenos.

Tabaco

Existía una exposición activa al tabaco en el 71% de los padres y en el 60% de las madres. De los 59 casos analizados, sólo 13 estaban alejados de una exposición activa o pasiva, aunque nueve de ellos eran ex fumadores. Su consumo está relacionado con un mayor riesgo de cáncer pediátrico, advierten los autores.

Alcohol

En 35 casos refirieron un consumo preconcepcional elevado de alcohol. Esta ingesta está muy relacionada en la literatura médica con casos de leucemias en menores de 18 meses.

Trabajo de madres y padres

Los investigadores analizaron también la exposición ocupacional que podían presentar los progenitores de estos bebés con un tumor. En 15 casos existía exposición paterna a hidrocarburos y en tres a metales, es decir, un tercio del total. Otros 11 casos más presentaban exposiciones de riesgo: dos químicas, dos madereras y siete agricultores. Es decir, el 49% de los padres trabajaba en ocupaciones consideradas de riesgo por la literatura médica, para el desarrollo de tumores en la descendencia.

Respecto a la exposición materna, en 12 casos existía esa ocupación de riesgo: seis a radiaciones ionizantes de baja frecuencia (cinco en la industria textil y una, ferroviaria), cinco en el sector de servicios (dos peluqueras y tres limpiadoras) y una en la industria química. Además, había otros seis casos donde existía exposición a solventes y pinturas, en el sector calzado.

Los autores de este estudio apuntan algunos resultados en sus conclusiones finales, pero invitan a investigar aún mucho más en aspectos como el tabaquismo o los factores de riesgo ocupacionales de los progenitores y, sobre todo, estos especialistas insisten en documentar la historia medioambiental en los cánceres pediátricos.


 
Inprimatu
...Albiste gehiago
Jendartea
Protesta contra la incineradora ante los junteros
Euskal Herria
Recuerdo a los gudaris y a los presos
Euskal Herria
Euskararen lurraldea handiagotu da, Alegia atzo UEMAko kide egin eta gero
Ekonomia
Los empresarios evitan reconocer las bajas por accidentes de trabajo
Kirolak
Casperrek izarrak menderatu zituen eta Hincapiek horia du
Mundua
Israel ataca con un misil la oficina del primer ministro palestino
  CopyrightGara | Kontaktua | Norgara | Publizitatea |  rss