Maite SOROA

La fotografía, dantesca, de Iñaki De Juana atado de pies y manos a la cama del hospital Doce de Octubre en su larga agonía ha dado la vuelta al mundo de la mano del rotativo londinense «The Times» y, como era de prever, todos aquellos que quisieran la cabeza del preso vasco en bandeja de plata, se han puesto frenéticos. Tanto, además, que no han sido capaces de disimular: lo que les enciende no es la situación, evidente, que padece un ser humano, sino el hecho de que en el resto del mundo sepan de qué son capaces.

Decía el editorialista de «El Mundo» que la imagen «estremece a cualquier persona con sensibilidad y plantea profundos interrogantes éticos». Hasta ahí, no hay nada que objetar, pero enseguida empieza a resaltar los peros que le llevan a concluir que «la cuestión esencial es que este etarra está utilizando la humanidad del Estado para exigir un trato de favor que vulnera las leyes. El Estado no puede, no debe ceder por muy espantosas que sean esas imágenes que el propio entorno del etarra ha facilitado a `The Times'». Ya ven, puritita cuestión de imagen. Es un problema que tiene que ver con el «qué dirán»...

El escribiente de «La Razón», por su parte, se refería a la misma entrevista publicada por el rotativo inglés como «unas declaraciones con posado fotográfico incluido, que evidencian el régimen de `semilibertad' al que está sometido el preso». Hace falta tener muy mal gusto, además de muy poca vergüenza, ¿no lo creen así?

Por último, muy cerca del colmo del cinismo se ubicaba el editorialista de «Abc» que, después de sentenciar con aire de solemnidad que «no queda ya ninguna duda de que el Gobierno ha contribuido de forma decisiva a fortalecer social y anímicamente a ETA y a su entorno», atribuía la pieza periodística en torno a Iñaki de Juana, directamente, a ETA. Lean la tremenda memez: «Otro golpe de efecto de ETA: el despliegue periodístico de `The Times' en relación con la huelga de hambre del etarra De Juana Chaos». O sea, que el periódico «The Times» también pertenece al «entorno», o a lo que sus especialistas llaman «frente mediático». ¿No ven cómo están de pirados?