El italiano Patrick Staudacher rompió todos los pronósticos y se impuso en el supergigante masculino de los Campeonatos del Mundo de Esquí Alpino que se están celebrando en la estación sueca de Aare. Es la primera vez que un deportista transalpino se cuelga la medalla de oro en esta modalidad. Por detrás de él se clasificaron el austríaco Fritz Strobl y el suizo Bruno Kernen.

A sus 26 años, Staudacher logró su primera gran victoria. Hasta ayer sus mejores resultados en la presente temporada se habían producido en la Copa del Mundo, concretamente en el descenso de Bornio (Italia) y en el supergigante de Reitelarm (Austria). En ambos quedó en quinta posición, pero nunca antes había estado en un podio.

El vencedor invirtió 32 centésimas menos en recorrer la pista de Olympia con respecto a Strobl -campeón olímpico de descenso en 2002-, con un tiempo de un minuto, 14 segundos y 30 centésimas. Asimismo, adelantó a Kernen, tercer clasificado, en 62 centésimas.

«La verdad es que nada más acabar mi recorrido pensaba que podía estar entre los cinco o seis primeros, pero no mucho más. Al final me he sorprendido con el triunfo. Creo que me ha beneficiado el dorsal con el que he corrido», en referencia al número 12 que lució.

Entre los a priori favoritos, el austríaco Hermann Maier se clasificó séptimo a 66 centésimas, mientras que el estadounidense Bode Miller, que defendía el título, acabó en el puesto vigésimo cuarto, tras una bajada plagada de errores.

Profeta en su tierra

Quien sí cumplió las previsiones fue Anja Paerson, que dio una nueva muestra de su versatilidad y poderío al lograr revalidar el oro en el supergigante femenino ante su público. La cuádruple campeona mundial fue profeta en su tierra y engrosó todavía más su extenso palmarés de victorias.

La esquiadora sueca se impuso en el slalon de Sankt Anton en 2001, en los gigantes de St. Moritz en 2003 y de Bornio en 2005, además de en el supergigante de hace dos años. Dos veces ganadora de la Copa del Mundo y campeona olímpica, Paerson se colgó su quinto oro mundialista.

Fue la única que bajó de los 1´19´´, consiguiendo la victoria con un minuto, 18 segundos y 85 centésimas, 32 menos que su inmediata perseguidora, la estadounidense Lindsay C. Kildow. En tercer lugar acabó la austríaca Renate Goetsch, con un tiempo superior en 53 centésimas.

«Es un sueño. No puedo creerme que haya ganado este supergigante aquí, como hice en Bornio. Estaba nerviosa en la salida porque había probado nuevos esquís y botas en Tarnaby recientemente y era un poco incógnita, pero a los diez segundos de carrera ya sabía que todo iba bien», explicó la ganadora.