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En puertas de una condena a la solución En puertas de otra sentencia irracional

El fiscal Enrique Molina desgranó ayer las razones por las que solicita centenares de años cárcel para los ciudadanos vascos procesados en el macrosumario 18/98. A excepción de Pepe Uruñuela, para el que pide la libertad, el ministerio público mantiene, hasta el punto de limitarse en algunos caso a copiar y pegar, los «argumentos» que avalan la tesis del juez instructor, el magistrado Baltasar Garzón de que «todo es ETA». El único cambio, sólo a tomar en consideración por aquellos sectores que siguen pensando que lo ocurrido desde hace más de un año en la Casa de Campo tiene algo que ver con la justicia, es la reducción de la petición de penas. Donde antes se solicitaba un total de 927 años ahora se piden 484.

Sin embargo, esa rebaja en la petición es una burla y un sarcasmo para cuantos comprenden que, sin obviar las duras consecuencias personales de un proceso judicial como éste, en el 18/98 se jugaba mucho más. En este proceso lo que estaba en juego desde mucho antes de que empezara era saber hasta dónde pensaba ir el Estado en la limitación de derechos fundamentales. Si antes había alguna duda, hoy no hay ninguna de que está dispuesto a ir demasiado lejos. Hasta el punto de encarcelar a personas que impulsan un diario y una radio que eran el aporte informativo de miles de personas; hasta el punto de llevar a prisión a ciudadanos que han trabajado en organismos sociales y políticos con presencia pública y reconocida en la sociedad.

Con un preso político que se muere atado a una cama; con unos jóvenes encarcelados por ser independentistas y de izquierdas; con medio centenar de ciudadanos a las puertas de una condena ejemplarizante... se impone decir con claridad que asistimos a una carrera irresponsable que busca sembrar vientos de tempestad, porque busca la condena de la solución. El brazo judicial del Estado fustiga a un proceso que pertenece a este país y a sus representantes. De estos la ciudadanía vasca reclama un plan de rescate de las libertades y derechos que quieren usurpar a este país.

El fiscal Antonio Molina desgranó ayer las razones por las que solicita centenares de años cárcel para 53 ciudadanos vascos procesados en el macrosumario 18/98. El fiscal mantiene, puede decirse que punto por punto, la tesis del juez instructor, el magistrado Baltasar Garzón de que «todo es ETA». El único cambio, que a buen seguro merecerá la consideración de aquellos sectores que siguen pensando que lo ocurrido desde hace más de un año en la madrileña Casa de Campo tiene algo que ver con la justicia, es la reducción de la petición de pena. Si antes se solicitaba un total de 927 años ahora se solicitan 484.Bigarren parrafoko testua ezkerretako editorialean Bigarren parrafoko testua ezkerretako editorialeanBigarren parrafoko testua ezkerretako editorialean.

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