«Entre 70 y 75 grupos vascos ya se han globalizado con éxito"
Juanjo BASTERRA | BILBO
La decoración industrial de nuestros pueblos ha variado en estos veinticinco años de actividad de la sociedad pública, dependiente del Gobierno de Lakua. Su actual director general, Mauri Lazkano, reconoce el tránsito de aquellos dramáticos pasos de la reconversión industrial al momento actual, en el que se mira a la innovación y a nuevas formas para estar entre las economías más destacadas.
¿Qué ha cambiado en este cuarto de siglo de SPRI?
Es un cambio radical. Nació en unos momentos de reconversión industrial, de crisis y de claro peligro de desierto industrial. Tuvo una repercusión social fuerte, porque fueron momentos serios. En aquellos momentos todos los indicadores eran negativos. Había que poner en marcha un mecanismo ágil, una empresa pública, como SPRI. Lleva la erre de reconversión en su nombre, pero ahora se enfoca como algo dinámico en cuanto a la reconversión constante para hacer frente a las necesidades cambiantes del mercado. Con todo, el balance es muy positivo.
¿Se ha frenado el peligro de desierto industrial?
Sí. Creo que la situación no tiene nada que ver. La situación de las empresas es muchísimo más sólida en la actualidad que en aquellos momentos. Hubo una transformación organizativa, una modernización de equipos, de inversiones de microelectrónica en las empresas, la puesta en marcha incipiente de la sociedad de la información y control numérico. Todo esto ha hecho que las empresas estén en una situación fuerte, porque hablamos de mercados convulsos en los que es difícil competir en el mercado globalizado. Llevamos muchos años con la globalización.
¿Cuántos?
Para cuando empezamos a hablar de globalización, en Europa se había empezado a hablar bastantes años atrás. Algunos países practican la globalización desde hace muchos años, y nuestras empresas están compitiendo con pedidos y con crecimiento en ese nuevo escenario.
¿Es la globalización el peligro del siglo XXI?
Más que el peligro es un hecho y una enorme oportunidad. Una empresa nunca puede ver peligro en que su mercado se multiplique por cien mil de repente. Hay más competencia, pero eso nos ayuda a mejorar, nos da más referentes y se abren una serie de oportunidades de reflexión importantísima de con quién me tengo que comparar, porque por esa vía voy a sobrevivir, y con quién no puedo hacerlo, porque no me lleva a nada.
La teoría es bonita, pero los resultados prácticos, ¿también son igual de positivos?
Los hechos nos están diciendo que sí. Hay una creciente salida de empresas. Tenemos entre 70 y 75 grupos vascos importantes que están implantados en el exterior.
Son pocos si nos comparamos con países punteros como Alemania, Estados Unidos o Japón.
No tenemos que compararnos con esos países, sino con zonas de dimensión similar. Me comparo con regiones como Lombardía y regiones de tamaño similar. Cada año en nuestros programas de internacional crecen de forma exponencial las empresas que se plantean estrategias de internacionalización. No quiere decir instalar plantas productivas, pero sí algún tipo de acuerdo para comercializar o abrir un mercado nuevo de exportación. El resultado está siendo un éxito y creemos que debe ser así.
¿Es una necesidad obligatoria salir al exterior?
Sí, para crecer evidentemente. Se lo tienen que pensar, pero para aumentar de volumen, tienen que acudir a otros mercados mercados.
Hace unos años se hablaba de crecer uniéndose
Es una forma más segura.
¿Pero está ocurriendo ahora?
Tenemos que insistir. Precisamente el plan de competitividad nos indica que se debe actuar con la dimensión óptima y, por lo tanto, debe integrarse para internacionalizarse y avanzar en la innovación. Es el reto de futuro. La empresa tiene que tomar una dimensión con alianzas estratégicas, con consorcios de exportación, pero tienes que ir a otra dimensión.
¿Suspenden las empresas en esa materia?
Bueno, somos un país pequeño. Cada uno tiene lo que tiene. ¿Suspender? Nadie pone notas a eso. Un 90% de las empresas son pymes.
Precisamente por eso, ese requisito de aliarse parece casi obligatorio
No tratamos de llevar adelante un dirigismo en las empresas, lo que estamos diciendo es que deben de realizar una reflexión profunda en su seno sobre cuál es la posición, su mercado, sus competidores, cómo tienen que abordar la internacionalización. Se deben preguntar si esos pasos pueden darlos solos, porque en su nicho de mercado tienen fuerza y tamaño suficiente. O puede ocurrir que no lo necesites. En general, no ir solo te aporta más fortaleza. En general es positivo. Lo que estamos provocando de alguna manera es que la empresa piense mucho su decisión. Desde SPRI, les apoyamos en su decisión.
¿Hacia dónde? ¿A China? ¿No está muy lejos?
China está a nueve horas de avión. Está mucho más lejos Latinoamérica. Se tarda más a Buenos Aires y a Chile. Son nueve horas, pero sigue siendo un mercado de atracción y dependiendo del sector es necesario. China, los países del Este europeo e India los estamos abordando. India, a medio plazo, es más interesante que China.
¿Por qué?
Incluso los chinos reconocen que India tiene un potencial de crecimiento mayor que ellos. Es una cultura cercana a la occidental en la forma de hacer los negocios. En China el respeto a la propiedad intelectual e industrial es inferior. En India está muy cuidado. Se hace bien.
¿Son ya India y China dos puntos de gran presencia vasca?
Tenemos empresas en India y China, pero buscamos mercados en Latinoamérica y el Este de Europa.
¿Cuáles son las razones fundamentales para salir hacia esos países?
Antes de cerrar y abandonar una parte de tu saber hacer, que sería una decisión difícil, y la más traumática, te planteas seguir haciendo una parte de producción donde el coste es más bajo y más intensivo, para mantener el desarrollo y el valor añadido y seguir desarrollandolos en la sede central. De lo contrario, la alternativa sería muchísimo peor: la desaparición paulatina de la actividad. No es bueno llevar adelante la política del avestruz.
¿No queda más remedio que innovar para afrontar el futuro?
Sin duda. Esas actividades que competían en un modelo de costes, van a tener que adecuarse a esos mercados de dura competencia. Hay que mover nuestra industria a modelos de competencia por la diferenciación con la innovación y la incorporación de valor. Ya está ocurriendo que sectores tradicionales están incorporando biomateriales para los sectores tradicionales en hierro y acero, o nanotecnología.
¿Avanzan las empresas por esa línea de la innovación?
Lo que está claro es que cuando ponemos toda la carne en el asador, cuando apostamos por una actividad, se logra apuntalar temas que no existían. Ocurrió con la aeronáutica y el despligue de las tecnologías de la comunicación (TIC).
¿También pasó con el sector de la energía eólica?
Ese es un sector de futuro siempre, porque va a concentrar el mayor desarrollo de la I+D. También es paradigmático todo lo que está ocurriendo en torno al biodesarrollo. De no hacer nada, Euskadi cuenta ya con el apoyo de las biorregiones del mundo como biorregión. Nos han dado un label, porque estamos avanzando en este terreno. De hecho, existen ya una veintena de empresas que acuden a las ferias de alto nivel.
¿Se está poniendo el germen?
Está ya. Hemos pasado de esa primera etapa. Estamos ya en una fase de un embrión desarrollado.
¿Cómo beneficia al resto de empresas esa biorregión?
Abre mucha actividad nueva, porque todos esos campos de medicina y de biomateriales abren la diversisficación en las empresas y en los negocios.
¿Se puede sostener que un sector como el de la Industria pierda peso sobre el de Servicios?
Hay muchos servicios que están dando valor añadido a la Industria; ese límite es difuso.
Pero, sin Industria no hay Servicios, eso es lo que se nos ha dicho siempre
Seguimos apostando por la Industria, creemos que en el futuro va a seguir apoyándose en un ámbito industrial. No ha perdido tanto peso en el impacto del PIB, como en empleo. Es un símbolo de mayor crecimiento de la productividad. Si sigues logrando mayor riqueza con menos gente, es que eres más productivo. Ese nivel de incremento de la productividad se debe, sobre todo, a la notable incorporación de la población activa. No ha mejorado tanto la productividad por persona. Es una reflexión del Plan de Competitividad, que en su diganóstico dice que el modelo de la mano de obra se agota si seguimos así. Por eso, la solución pasa por lo que se denomina la segunda transformación económica. De la reconversión, se pasó a una industria modernizada, pero se debe dar el salto a la internacionalización para competir no por coste sino por la incorporación de máquinas y la innovación de productos y procesos.
Tenemos el de la Margen Izquierda, que ya va a despegar. Ha habido un período de desarrollo urbanístico largo y sigiloso para hacernos con los terrenos. Estamos en la planificación.
¿Dónde se ubicará?
Empezará en Abanto. También tendremos en breve el estudio que promueve el Parque tecnológico de Bizkaia con la EHU-UPV para construir un parque científico en Leioa. Está en fase de desarrollo urbanístico. Al abrir entornos de incubadoras de empresas, surgirán iniciativas desde dentro de la universidad.
¿En otros herrialdes se va a hacer algo?
En Guipúzcoa se está desarrollando con buen criterio el polo de Garaia. No sé si se desarrollarán otras iniciativas en otros territorios. No estamos cerrados a esa iniciativas.
En éste ámbito de la investigación, desarrollo e innovación, ¿cuesta mucho acercarse a la UE en gasto de PIB en I+D+i ?
Se bajó de 2005 a 2004, aunque se hizo un gran esfuerzo de I+D pero se vio neutralizado por el increible incremento del PIB. Tenemos que dedicar mucho más esfuerzo a I+D. No sólo tenemos que acercanos a la media, sino más allá. 2006 va a a ser mejor.
¿Todavía hay pocas empresas empresas que hacen I+D?
Son pocas las empresas que innovan. Es evidente. Pocas empresas. En el plan de Competitividad precisamente hace hincapié en este tema. Llegamos a muchas empresas, pero no a las microempresas y pequeñas. Así se amplía el concepto de innovación y se determina que se capilarice al máximo posible. No sólo con nuestras fuerzas, sino sumando a todos los agentes, potenciando la red de innovación, que estará liderada por SPRI, a la que se sumarán las diputaciones, agencias de innovación y escuelas formación profesional para que los programas de innovación lleguen lejos.
¿Hacia dónde se dirigenlos próximos veinticinco años de SPRI ?
Tenemos un terreno enorme. La internacionalización, el desarrollo de la innovación para este país, el desarrollo del relevo generacional. Todo ello con el firme propósito de que en diez años Euskadi sea un referente europeo en temas de innovación tecnológica. Lo conseguiremos.