Inagotable Brasil
Arantza AMEZOLA
Mauricio Meneses es uno de esos cantantes brasileños de saber enciclopédico y repertorio inagotable. Después de casi dos décadas como profesional en Brasil, ha recalado en Bilbao para traernos la luz y los ritmos de un continente musical inabarcable. Sus conciertos, como el ofrecido en el café La Farándula, ante un público ruidoso e incondicional, duran casi dos horas y repasan temas imprescindibles de la bossa nova, la samba o la música popular brasileña. En ellos, por poner sólo algunos ejemplos, se pueden escuchar sabrosas versiones de Ary Barroso, Tom Jobim, Jorge Ben, Caetano Veloso, Djavan e incluso de Raúl Seixas, un ídolo nacional que nunca traspasó las fronteras. Pero también hay cabida para temas tradicionales, como los chorinhos, o composiciones del mismo Meneses. Si a eso sumamos puntuales homenajes a Bob Marley, dando a sus canciones un toque de samba-reggae, o al rock más psicodélico de los Doors, concluiremos que la versatilidad musical del brasileño puede satisfacer cualquier paladar.
Sus secuaces en el trío estuvieron a la altura. El voluntarioso «Fidi» Arriola, a la flauta y los saxos, supo acompañar con acierto a Meneses, permitiéndose alguna esforzada improvisación que contribuyó a caldear un ambiente ya bastante efervescente. Su compatriota Nando, a las percusiones, estuvo discreto y eficaz. Por lo que respecta a los diversos «espontáneos», es preferible omitir su paso por el escenario: no añadieron nada sustancial a un concierto que tenía sus mejores bazas en la voz y la guitarra del líder del trío.
Siguiendo la estela de juglares de la bossa nova, como el legendario Joao Gilberto, probablemente la figura que más ha influido en el estilo de Meneses, éste hace de su guitarra instrumento cómplice de una voz que, sin ser espectacular, entona con gracia y ritmo genuinamente brasileiros. Hay autenticidad y profundo conocimiento de las raíces en este Mauricio Meneses. Por eso, será una grata noticia la anunciada aparición de su disco en próximas fechas. Estaremos atentos para disfrutarlo casi tanto como sus directos.