Francia dio ayer un gran paso para revalidar su título de campeón del Seis Naciones al batir a Irlanda en Dublín con un ensayo de Clerc en el penúltimo minuto (17-20).

El encuentro, con el que finalizaba la segunda jornada, podría ser decisivo para el título ya que se enfrentaban los dos favoritos, con permiso de Inglaterra. Los bleus empezaron practicando un rugby total, ya que todos los balones eran para sus delanteros y los tres cuartos superaban facilmente a sus rivales.

En el primer cuarto de hora los visitantes habían endosado catorce puntos a los locales -dos golpes de Skrela y un ensayo de Ibañez convertido también por el apertura francés-, por sólo tres de los irlandeses, logrados merced a un golpe de O'Gara.

Irlanda reaccionó poco a poco y al segundo golpe transformado por O'Gara le seguía su primer y único ensayo -también del apertura- que situaba al XV del Trébol a sólo dos puntos de los franceses (11-13) en el minuto 34. El partido era muy rápido, abierto y espectacular. Tan pronto atacaba Francia como era Irlanda la que llevaba la iniciativa. El dominio territorial de los visitantes propició dos nuevos golpes de castigo, pero esta vez Skrela falló en ambos en los últimos minutos de la primera parte.

Los verdes toman la iniciativa

Si Francia había bordado el rugby al comienzo del partido, Irlanda replicó en la reanudación, pero sin la eficacia de los galos. Las imprecisiones en la culminación de las jugadas mantenían a los locales dos puntos por debajo.

Las gradas de Croke Park, un estadio en el que por primera vez se jugaba al rugby debido a la reforma que se lleva a cabo en su tradicional Lansdowne Road, eran por momentos un clamor, pero la defensa de los azules no cedía.

O'Gara pasó otro golpe en el minuto 56 y puso por primera vez a Irlanda por delante (14-13). A diez minutos para el final, Horan desperdició una gran ocasión después de que los irlandeses cruzaran más de medio campo con el balón. Los locales se quejaron de que el árbitro no castigara un golpe de los franceses cuando su delantero se disponía a cruzar la línea de ensayo. Poco más tarde, Mignoni marró un drop al pegar en uno de los postes de Irlanda.

A falta de tres minutos, Irlanda decidió lanzar a palos un golpe de castigo. Los tres nuevos puntos abrían un hueco de cuatro en el marcador (17-13). Francia necesitaba un ensayo para llevarse el partido.

Dicho y hecho. Una rápida acción del conjunto que dirige Bernard Laporte puso a Clerc en la línea de veintidós irlandesa, la defensa local falló en cadena los placajes y el ala cruzó la línea de ensayo de los del trébol. Beauxis transformó el ensayo e Irlanda no tuvo tiempo para intentar nada. Las más de 80.000 personas que abarrotaban Croke Park enmudecieron tras ver como se les escapaba una victoria que ya estaban saboreando.