Ración de derbis con el marianito
Imanol INTZIARTE
De cara a la próxima tem- porada, la Segunda División se nos presenta más apasionante que nunca. Ya estoy vibrando con esos derbis a las doce del mediodía. Algunos dirán que soy un agorero, pero la realidad es la que es. Vayamos por partes.
El Alavés tiene toda la pinta de quedarse donde está. Tras cada victoria generadora de ilusión, llega una derrota que lo tira todo por los suelos. Tiene los puestos de ascenso a doce puntos. El Castellón, cuarto por la cola y que marca la línea del descenso, cuenta tan sólo con tres puntos menos que los albiazules.
De los de Primera, la única esperanza de la Real es que la virgen de Arantzazu se hinche a meter goles. Y, de paso, que Ignacio de Loiola se coloque bajo los palos. Cada semana el mismo discurso. Hay que ganar 9 de 19, 9 de 18, 9 de 17, 9 de 16... Llegará el día en que para salvarse tenga que ganar 9 de 8. Y eso va a estar más que complicado.
Por su parte, el Athletic compite con el Celta para ver cuál de los dos saca menos puntos en casa. El que no espabile se puede ir al pozo. El próximo fin de semana llega a Bilbo el Getafe, el equipo menos goleado de la categoría. Todo un hueso.
Con estos tres equipos, y alguno que suba de Segunda B -Eibar, Barakaldo y Real Unión están en la pomada- nos queda una Segunda de lo más apañada. Podría ser el germen de la Liga Vasca.
Faltaría convencer a Osasuna. Los navarros todavía están a tiempo de dejar de sumar puntos para unirse a la fiesta. Va a ser difícil, porque la afición rojilla es muy suya y le está cogiendo el gustillo a competir en Europa y a jugar cada temporada contra equipos como el Barça y el Madrid. ¡Qué insolidarios!
Ellos se lo pierden. Yo, por mi parte, insisto. Qué bonitos esos derbis a la hora del marianito.