Edurne Lekunberri y Xabier Santesteban

En representación propia y de otros vecinos y vecinas de Esteribar

Tras diez años de lucha y oposición a una vía de gran capacidad que, según nos quieren vender, uniría la alta y baja Nafarroa, y que, efectivamente, unirá el Estado español con el resto de Europa; tras innumerables intentos por informar a la población; tras reiteradas peticiones a los ayuntamientos afectados (incluido el de Esteribar) para que se posicionaran en contra, aportando centenares de firmas; tras otros tantos silencios, evasivas, negativas e incluso burlas por «estar siempre en contra del progreso»; tras escuchar barbaridades del tipo «total, ¿cuánto vale el monte de este valle?», «Si pillan tierras tendrán que pagar bien...» o «¿y lo a gusto que vais a ir a Francia por la autopista?»... Cinco de los nueve concejales «independientes» del Ayuntamiento de Esteribar se oponen al proyecto y andan recogiendo firmas en contra de tal barbarie... ¡Aleluya!

Busco impaciente el texto. Comienzo a leer sin poder ahogar la sorpresa... efectivamente, también ellos, ahora, opinan que una vía de estas características no beneficiaría en nada a Esteribar, muy al contrario le perjudicaría en exceso: contaminación acústica y ambiental, limitaciones para el desarrollo del valle... ¡¡no puedo creerlo!! Les ha costado, pero... ¡¡¡NO!!! El último párrafo deja la trampa a la vista: No se oponen al proyecto, sino que tratan de pasárselo al vecino (a los vecinos de Elia). Sí señor, eso es solidaridad: endiñar al prójimo lo que no deseo para mí.

Entre tanto la Alcaldía, ocupada por un parlamentario foral de UPN, da la callada por respuesta, un silencio cómplice y condescendiente.

Tal vez me equivoque y crean, inocentemente, que si no la padecen directamente la contaminación acústica y medioambiental desaparecerá, o que lo que limita el desarrollo en nuestro valle, tal vez lo impulse en otros lugares o... ¿quizá han hecho cálculos y se han dado cuenta de que les sale más rentable vender los terrenos para urbanizar que soportar una autopista? ¡¡¡Qué poca vergüenza!!