Por tratarse de una película antibelicista que presenta un conflicto absurdo entre países «Mi mejor enemigo» ha sido comparada con la bosnia «En tierra de nadie», pero esta coproducción latinoamericana potencia todavía más, si cabe, lo patética que puede llegar a ser una disputa fronteriza que no pasa de simple escaramuza. La acción se sitúa a finales del año 1978, cuando los respectivos regimenes militares de Pinochet y Videla se enfrentaban por tres islas del Canal de Beagle. En medio de las hostilidades, a una patrulla del ejército chileno le toca vigilar su frontera sur, pero se ve incapaz de distinguir en medio de la inmensidad de la Patagonia dónde termina su territorio y empieza el argentino. En realidad, los soldados no saben ni siquiera dónde se encuentran, debido a que la brújula se les ha estropeado y el mando tampoco logra localizarlos.

Lo tragicómico del asunto es que, en su desorientación, la única referencia con la que cuentan los soldados chilenos es el enemigo, ya que tienen frente a sí a una patrulla argentina en una misión de vigilancia similar a la suya. La lejanía de unos y otros de sus respectivos cuarteles facilita el acercamiento, incluso la confraternización mediante un partido de fútbol improvisado o un asado compartido. Es una tregua que se conceden a plena luz del día pero, cuando cae la noche, vuelven los miedos y las órdenes contradictorias que terminan por provocar el fuego cruzado. Alex Bowen juega muy bien con la confusión reinante al hacer que los uniformes caqui de los dos bandos apenas se distingan, hasta el punto de que estos «pelaos» parecen disparar contra sus propios compatriotas.

Es un auténtico lujo la nueva edición para coleccionistas del filme «Dos en la carretera» que distribuye Vella Visión: ofrece una copia remasterizada que permite apreciar el colorido de la película sin desmerecer del original. Para quienes conozcan a fondo esta obra maestra de Stanley Donen (creador también de «Un día en Nueva York» y «Cantando bajo la lluvia»), que suele aparecer en casi todas las listas de las mejores películas de la historia del cine, está la novedad de poder volver a verla con el audio de los comentarios del propio director.

También cuenta con las no menos interesantes opiniones del guionista Frederic Raphael y con un más que revelador estudio sobre la influencia de la moda de los años sesenta, así como sobre el significativo vestuario utilizado por la actriz principal, Audrey Hepburn.

«Dos en la carretera» fue la película peor comprendida de Stanley Donen en su época, a pesar de que ganara la Concha de Oro en el Festival de Donostia. Pero eso ocurrió hace cuarenta años, por lo que para su época resultaba demasiado adelantada y vanguardista.

Incluso hoy en día los que ven algo totalmente nuevo en los guiones fragmentados de Charlie Kauffman o Guillermo Arriaga parecen olvidarse de que Frederic Raphael, en pleno delirio creativo de su etapa dentro del free cinema inglés, ya rompió con la narración cronológica a base de constantes saltos en el tiempo.

Vista en 2007, «Dos en la carretera» me sigue resultando innovadora en todos sus aspectos. Donen rompió moldes desprovisto de pedantería autoril alguna, desentrañando la crisis matrimonial mediante un tempo de comedia, cuando Bergman, Antonioni y los demás lo habían hecho en clave de drama.

Las distintas etapas por las que atraviesa la relación entre Audrey Hepburn y Albert Finney son simultaneadas dentro de una misma secuencia al ritmo más que alocado de un Richard Lester.