Declaran culpable al número dos de Cheney por mentir a la Justicia
Lewis Libby, principal asesor del vicepresidente Dick Cheney, ha sido hallado culpable por encubrir una campaña gubernamental de acoso y derribo contra un diplomático estadounidense que desmintió uno de los argumentos de la Administración Bush contra Irak, acusaciones que le sirvieron de cobertura para invadir el país árabe.
GARA |
Lewis Scooter Libby, principal asesor del vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, ha sido considerado culpable de obstrucción a la justicia, falso testimonio y perjurio por mentir a investigadores federales y a un Gran Jurado en el caso Plame. Es el funcionario de mayor rango en ser condenado por un delito federal desde los tiempos del Irán-Contra, en la era Reagan.
El caso se remonta a julio de 2003, cuando un diplomático estadounidense, Joseph Wilson, acusó a la Administración Bush de haber mentido al sostener que el que fuera presidente iraquí, Saddam Hussein, había intentado comprar uranio en Níger, uno de los principales «argumentos» para justificar la invasión del país árabe justo cuatro meses antes.
La prensa afín a la Casa Blanca logró entonces la filtración de que la esposa de Wilson, Valerie Plame, era una oficial de la CIA. Este tipo de revelación es un crimen federal en EEUU.
Pero Libby no ha sido juzgado por la filtración sin por mentir en su papel en el escándalo. Se cumple la vieja regla vigente en EEUU y visible en el escándalo Watergate y otros similares: el encubrimiento de un delito político tiene peores consecuencias que el delito mismo.
El número dos de Cheney ha sido declarado culpable por sostener bajo juramento que se enteró de que Plame era de la CIA en plena filtración, cuando se ha demostrado que discutio del tema por lo menos un mes antes con al menos 9 personas.
Libby podría ser condenado a hasta 25 años de cárcel en una audiencia prevista el 5 de junio.
Su defensa basará su recurso en la «falta de memoria» del que fuera jefe del equipo del vicepresidente que acumula más poder en la historia de EEUU.
La Casa Blanca -que podría indultar a Libby- se ha escudado en este recurso para guardar silencio. Tanto los portavoces de Bush como el propio Cheney se limitaron a mostrar su «tristeza» por «Scooter y su familia». Silencio comprensible, cuando el juicio ha puesto en evidencia los oscuros manejos mediáticos por parte de la Administración Bush para desacreditar a las voces críticas de su Gobierno.
Los demócratas, conscientes de que han mordido hueso, ponen el acento en estas derivadas y aseguran que hay más responsables. Hasta los jueces que le han condenado no ocultaron su imprensión de que se ha convertido en chivo expiatorio para proteger a otros, como Karl Rove, asesor de Bush, o el propio vicepresidente Cheney.
Una veintena de personas, entre ellas siete policías, murieron ayer en atentados contra la peregrinación a Kerbala. En un café en Diyala, un suicida hizo detonar el cinturón de explosivos que llevaba y mató, al menos, a 25 personas.
EEUU ha criticado a Irak y Afganistán por sus incumplimientos en la defensa de los derechos humanos. La potencia ocupante no asume su responsabilidad en un informe que, cómo no, vuelve a poner en el punto de mira a Cuba y Venezuela.