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La polémica con Calatrava es fruto de dos conceptos distintos sobre la ciudad, según Lazkano

«Un desencuentro en la concepción de la ciudad" está, en opinión del pintor guipuzcoano Jesús Mari Lazkano, en la raíz de la controversia surgida entre el arquitecto Santiago Calatrava y el Consistorio de Bilbo.

GARA | BILBO

Jesús Mari Lazkano opinó ayer sobre la polémica surgida entre el arquitecto valenciano Santiago Calatrava y el Ayuntamiento de Bilbo debido al enlace del puente Zubi Zuri -obra de Calatrava- sobre la ría con el Ensanche. Según Lazkano, en la raíz del problema hay «un desencuentro en la concepción de la ciudad» de ambas partes.

Lazkano fue presentado ayer como ganador de la VII edición del Premio Titanio, que concede cad año la delegación de Bizkaia del colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarros (COAVN).

El pintor vasco señaló que, a su juicio, existen dos concepciones distintas de lo que debe ser una ciudad: «Hay quien piensa que la ciudad es una especie de sala de exposiciones para exponer sus obras, intocables, perfectas, y que incluso es un escenario en donde molestan hasta sus propios habitantes porque son tan torpes que se caen y tiene que cruzar su obra». «Esta concepción de ciudad choca con una visión más de sentido común, y que yo comparto, en cuanto que una ciudad debe de ser un espacio mixto donde las cosas suceden y los puntos se encuentran y donde se tienen que dar puntos de conexión y hasta de fricción, que también son necesarios», añadió.

Lazkano consideró que «las dos partes tienen parte de razón», si bien matizó que «no podemos negar que el encuentro de la pasarela de la escalinata de Isozaki con la de Calatrava distorsiona el trabajo» del arquitecto valenciano.

No obstante, Lazkano también adujo que «la pasarela de Calatrava es un puente y un puente está construido para ser cruzado, y no sólo de orilla a orilla, sino de desnivel a desnivel, y el sentido común lleva a determinar los flujos de tránsito que, aunque al arquitecto no le guste, tiene que aceptar».

Lazkano apuntó para explicar la reacción del valenciano que «todas las piezas de Calatrava que conozco son exentas; es decir, sin ningún punto de conexión o unión con obras de ningún otro arquitecto». «Quizás esta costumbre de Calatrava de trabajar él sólo con el terreno y la ciudad a su disposición haya hecho que haya reaccionado de esta manera», concluyó.

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