Orbea ha aprovechado la ausencia de competición para su puesta de largo, el pasado lunes, así como para realizar entrenamientos de equipo en Derio. La impresión de Alvaro González de Galdeano es muy buena tras competir en Mallorca y los Tres Días de Vaucluse.

El director gasteiztarra se muestra «muy contento» con el rendimiento de su equipo, «no sólo por el resultado, sino por la actitud en carrera». En concreto, Oroz y Otxotorena fueron segundos en sendas etapas en la prueba francesa. «Han respondido», asegura. «Tienen la responsabilidad asumida en cuanto a la veteranía».

En su debut al volante, considera que ha sido «raro» pero que se ha adaptado «más fácil al coche que a la bicicleta».

La próxima carrera será la Vuelta a Castilla y León (26-30 marzo), y también estarán en Lizarra (7 abril), Zornotza (15 abril), Asturias (3-7 mayo), Euskal Bizikleta (6-10 junio), Correios (14-17 junio) o Limousin (21-24 agosto). «No es un calendario amplio y vamos a correr vueltas amateur», adelanta.

Asimismo, busca «alternativas» en Italia, Estado francés y Portugal. «Los corredores donde más pueden aprender es en el extranjero, porque aquí el nivel es tan grande que el trabajo realizado no se ve recompensado».

«De lo que más se aprende es de los fallos y no tanto de las victorias, que son sólo los tro- feos. Este es un equipo para aprender. Hay que tener los pies en el suelo, y tampoco podemos vender humo, sino formación, ilusión y oficio», concluye.

Alexander Arekeev (Acqua) se impuso en solitario en la segunda etapa de la Tirreno-Adriático, de 202 kilómetros y pasa a ser el nuevo líder.

El ruso, de 24 años, logró su primera victoria profesional y lo hizo con autoridad.

La etapa estuvo marcada por la larga fuga de 201 kilómetros protagonizada por este corredor, quien saltó a dos kilómetros de la salida junto a Mayoz (Euskaltel-Euskadi), Contrini (Tinkoff), Krauss (Gerolsteiner) y Baliani (Panaria). El ciclista guipuzcoano se quedó atrás en el kilómetro 137.

Fue, a falta de unos trece kilómetros de la línea de meta, cuando atacó Arekeev y se plantó en solitario en la línea de meta.

El gran pelotón llegó comandado por Eisel (T-Mobile), quien ante la sorpresa de todos alzó los brazos y lo celebró como si hubiera él ganado la etapa, al igual que Boonen el día anterior en la París-Niza.

Pero lo más grave se produjo en el último kilómetro, con una caída en la que se vieron muy afectados Gutiérrez (Caisse), Serrano (Tinkoff) y Aldape (Panaria).

Los corredores precisaron de los servicios de las asistencias médicas en el lugar del incidente, del uso de camillas y los tres tuvieron que ser transportados en ambulancia. Al mexicano Aldape le pusieron un collarín.