El Baskonia cerró ayer su brillante participación en el Top-16 con una nueva y contundente victoria en un choque que, de no ser por la nieve que rodeaba el pabellón de Zurbano, más de uno podía haber confundido con uno de los múltiples partidos de pretemporada en los que se han cruzado Baskonia y Pau. Y es que, al margen del rival y de que el Tau se tomó el partido como un banco de pruebas, un pabellón con la peor entrada en los últimos años vivió ayer la probablemente tarde más plácida y tranquila que se recuerda, ya que ni siquiera las noticias que llegaban del Pireo y Belgrado pudieron poner un poco de picante en una velada absolutamente plana y sin sobresaltos.

El Baskonia salió decidido a sentenciar de inicio y los dos triples consecutivos de Rakocevic y Vidal para el 6-0 fueron una firme declaración de intenciones. Firmes atrás y con un juego bastante fluido en ataque, el equipo de Maljkovic arrolló a los franceses para acabar 29-11 el primer parcial, con tiempo incluso para el espectáculo.

El camino se torció algo a partir del minuto 5 del segundo cuarto, coincidiendo con la entrada en cancha de Arslan junto a Rakocevic y Erdogan, donde no quedaron claras las funciones de cada uno y los bearneses aprovecharon el desorden para llevarse el cuarto y reducir la desventaja al descanso a 15.

Al comienzo del tercer cuarto llegó a planear la sombra de lo sucedido en Pau, sobre todo cuando Fercheaud, el único que se salvó en el equipo visitante, agarró la buena racha, pero el partido de ayer no dependía del visitante, sino de la intensidad gasteiztarra, ya que a poco que apretara se marchaba en el marcador. Tras controlar la última embestida del Pau, Maljkovic entendió que lo más importante era evitar sustos y por ello decidió meter en las rotaciones a Ariel Eslava y Jesús Cilla.