Visto lo visto, sólo era cuestión de horas que Iñaki Ezkerra se presentara en sociedad con un artículo titulado «La kale batzoka». Y lo hizo ayer mismo en las páginas de «La Razón», para relatar la proeza que él mismo y el dolorido Aguirre protagonizaron en las inmediaciones del Palacio de Justicia de Bilbo.

Se refería, en primer lugar, al hombre al que han acusado de propinar el puntapié y decía Ezkerra que «No incurriré en la cursilería de llamarle `presunto' porque ésa ha sido la patada en los huevos más pública y filmada de la Historia. La filmaron las cámaras de los medios de comunicación, las cámaras del Palacio de Justicia de Bilbao y hasta un cámara enviado por el director de cine Iñaki Arteta». Si hay que decir la verdad, hay que constatar que en ninguna de las imágenes que han ofrecido con profusión las diferentes cadenas de televisión se ve la tal patada, pero si Ezkerra lo dice y Aguirre se agarra, habrá que creerles.

Pero no era eso lo que más le importaba a Ezkerra. Lo importante es su particular teoría a partir del presunto pateador: «es, en fin un genuino representante de eso que alguna vez he llamado la `kale batzoka' y que es la parroquia violenta del PNV, la peña impresentable que sale de los `batzokis' con la cabeza y la sangre y la boca calientes del tintorro, de dar puñetazos en la barra del bar y berrear fascistadas y jalearlas, toda esa gentuza exaltada y bestial que hemos podido ver estos días en las televisiones y que al ver a un hombre retorciéndose en el suelo de dolor no se le ocurría otra cosa que gritar a coro lo de `¡que se muera!'. La `kale batzoka' es el complemento de la `kale borroka' en el sentido literal de la palabra». No ha cansado mucho la cabeza Ezkerra, no.

Y dice más sobre la nueva tribu urbana que acaba de descubrir: «Es ese tipo de gente mayor que cuando te reconoce por las calles del País Vasco te mira con odio como si le debieras y no le pagaras y te increpa y te insulta y saca pecho con matonería y te amenaza y te dice que te va `a soltar cuatro hostias' y te las da si puede, si ha bebido suficiente rioja para insuflarse valorcillo o si ven que en esos momentos no estás protegido. La `kale batzoka' es esa institución de la que no se habla pero que impregna la vida cotidiana desde hace tres décadas y que desde hace ocho años se ha visto crecida por la cultura del enfrentamiento abierto que nació con los Lizarras, azuzada por la atmósfera de desafío, ansiedad y frustración que ha traído Ibarretxe». Está feliz.