GARA > Idatzia > Euskal Herria

«Todo acto de fidelidad a una idea o causa justa es válido por sí mismo"

Antxon Azkargorta, profesor despedido de la UPV-EHU

Joserra Etxebarria, José Luis Herrero, Enrique López, Jesús Mari Zalakain, Antxon Azkargorta y Koldo Gorostiaga, con el apoyo de Nicolás Xamardo, conforman el grupo de profesores que quedaron fuera de la UPV-EHU hace ahora quince años y que continúan, a día de hoy, reivindicando, a diario, en el campus de Leioa, la autonomía universitaria y el profesorado propio, al margen del funcionariado.

Kepa PETRALANDA |

Quince años después, la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) podría abrir una vía, prevista en la Ley del Sistema Universitario de la CAV, que serviría para que este grupo de profesores que quedó fuera se incorporara, de nuevo, a esta Universidad. Antxon Azkargorta hace balance de estos años tras la pancarta.

Quince años después de que rechazaran el contrato que les ofrecían siguen en la puerta del campus, ¿eso es bueno o malo?

Depende del punto de vista. Es malo porque la UPV debería haber resuelto el tema hace tiempo y estuvo cerca de hacerlo con el acuerdo que alcanzamos con Goiriena. Se adujeron motivos legales, lo cierto es que el acuerdo fue torpedeado por un impulso claramente político de los sectores más españolistas de la Universidad. Y es bueno porque estamos demostrando que con claridad de ideas y determinación se puede conseguir introducir cambios en algo tan arraigado y estructurado como es el cerrado corporativismo de los cuerpos nacionales de funcionarios, verdadera columna vertebral del Estado en la enseñanza, en este caso, universitaria. Y ello a través de una impagable y «dura» experiencia que nos ha enseñado mucho sobre la Universidad y la vida, que de otra forma no es posible aprender.

¿Cuál es su objetivo?

El mismo que cuando nos despidieron y que viene claramente expresado en la pancarta que venimos sosteniendo desde entonces; no hemos endurecido nuestras posturas ni alterado los contenidos. «Autonomiaren alde», reza la primera línea; es la propia Universidad la que debe tener un amplio margen para poder tomar decisiones en ámbitos que le competen claramente, como la calificación, organización y ordenación de su propio profesorado. «Irakaslego propioa» reza la segunda; nuestra voluntad de que la Universidad vasca disponga de un profesorado que se sustraiga al hasta ahora omnipresente funcionariado, basado en el contrato laboral y equiparado a aquél en derechos y deberes. Por último, «Despidorik ez», señala que nunca debimos haber sido despedidos por el hecho de mantener unas reivindicaciones de marcado carácter universitario y en favor de Euskal Herria.

¿Cómo se consigue mantener protestas diarias y vivir, cada cual, con sus diferentes cargas?

No ha sido fácil. Partíamos de situaciones personales distintas, como es lógico. La clave ha estado en tener meridianamente claro, en todo momento, qué estaba en juego. Por lo demás, contamos con la ayuda familiar y una caja de resistencia que ha funcionado estos años, gracias a la solidaridad de muchas personas, universitarios o no.

Cinco rectores, ¿puede resumir el papel jugado por estos?

Es cierto que cada rector imprime su personalidad a la gestión. En la época que siguió a Barberá se recrudeció la represión. Sus responsables fueron Goiriena, Salaburu y Montero, y criminalizaron todo lo que se movía en la Universidad; se contrató a una empresa de seguridad que se extralimitó continuamente en sus funciones. Tenían órdenes de arrancar carteles y pancartas que no fueran de su gusto y denunciaron y llevaron a juicio a numerosos estudiantes por «graves» delitos como hacer pintadas, participar en manifestaciones o encerrarse, con resultado de multas y desorbitadas peticiones de penas. Goiriena impulsó una primera fase negociadora «sincera», en mi opinión, seguida de una posterior oleada represiva tras el fracaso de aquélla. Salaburu combinó represión y conversaciones que no pasaron de meras «tomas de temperatura» y Montero fue monocromático; represión pura y dura. A él le achacamos la responsabilidad de que varios de los profesores despedidos tuviéramos que pasar por la cárcel.

¿Cómo analiza ahora la represión y el olvido padecidos?

Con la perspectiva de que ha sido una larga carrera de obstáculos que hemos tenido que ir sorteando para llegar a ver con nuestros propios ojos los resultados de tan larga lucha. De todas formas, sin minusvalorar los resultados en ningún momento, tengo claro que un proceso de lucha no se puede medir sólo con ese rasero. Se trata siempre de un proceso pensado y vivido en «interioridad», evaluable a partir de su propia dinámica interna, sus decisiones, afirmaciones y negaciones. Si hay resultados, son importantes en cuanto sirven para afianzar el movimiento, pero no afectan a su naturaleza intrínseca. Todo acto de resistencia a la injusticia o de fidelidad a una idea o causa justa es válido por sí mismo.

«La UPV ha recuperado racionalidad con Pérez"

¿Cómo valora el mandato de Juan Ignacio Pérez?

Lo que el rector Pérez ha conseguido es que el rectorado de la UPV, tras el reciente y funesto pasado, recuperara cierta racionalidad que había perdido hace años y de la que la mayor beneficiaria está siendo la propia Universidad.

¿Se visualiza una vía para que vuelvan a la UPV-EHU?

Nuestra lucha nunca se ha dirigido exclusivamente a conseguir beneficios para nosotros, los afectados. Los planteamientos mantenidos pretendían denunciar y corregir una situación injusta y que afectaba, de una u otra forma, a toda la institución y cuestionan seriamente la propia filosofía que rige su funcionamiento. Nos alegramos de que los cambios que se van produciendo reviertan en beneficios concretos para el profesorado más discriminado de la Universidad y, en general, para Euskal Herria. Si los asuntos pendientes van en una dirección satisfactoria, esperamos poder beneficiarnos de esos cambios también nosotros.

Pero los avances no han revertido en su situación.

A estas alturas, no tenemos prisa. Preferimos que las cosas vayan haciéndose bien y cuando estén ya establecidas, estaremos en condiciones de abordar nuestra situación personal. Todo eso, si las autoridades universitarias lo desean. K.P.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo