Aveces no sabemos qué resulta peor: que los norteamericanos asalten nuestras pantallas con soflamas patrioteras o, en su defecto, lo haga con mea culpas extremadamente tibios en los cuales prevalece un mensaje cuya lectura simplifica los males creados por ellos mismos y en los que se olvida por completo mencionar, ni siquiera entre líneas, la dramática herencia legada por su postura colonial y armamentística en aquellos países en los cuales plantaron sus barras y estrellas. Tal es el caso de esta película dirigida por un Irwin Winkler que, si bien en el pasado atesoró una bien merecida fama de productor con visión, gracias a películas como ``Danzad, danzad malditos'', ``Toro salvaje'', ``Uno de los nuestros'' o ``Alrededor de la medianoche'' de Tavernier, en su faceta como cineasta su discurso plantea un desarrollo ético que difiere bastante de lo que cabría presuponer de sus intenciones iniciales. Obviando la acomodada ``La red'', en su debut ``Caza de brujas'' mostraba, mediante un tratamiento sesgado y fácilmente digerible para el público norteamericano, los males que acarreó la cruzada personal que emprendió el senador McCarthy contra la comunidad de Hollywood. En esta oportunidad, vuelve a repetirse el mismo mal ya que el interés de Winkler va dirigido hacia la guerra de Irak y, sobre todo, a la traumática experiencia que este conflicto generó en las entrañas de un variado grupo humano que regresó del infierno del cual fueron partícipes en su creación, marcados física y emocionalmente.

Liderados por un Samuel L. Jackson que interpreta con convicción el rol de un médico de campaña que tras prestar sus servicios en el frente iraquí salvando las vidas de los marines, intentará sin excesiva suerte retomar su carrera profesional; el argumento incide en los males que trajeron, o que aguardan, de Oriente tres personas de una misma localidad norteamericana. Tras esta interesante planteamiento, el filme se convierte en un encadenado de escenas que sólo nos hacen suspirar por otros mea culpa tan contundentes como los de Francis F. Coppola ("Apocalypse Now") y Hal Ashby ("El regreso").