Martin Garitano Periodista
La hora de la verdad
Al Gobierno de Rodríguez Zapatero y a su partido les ha llegado la hora de la verdad. Deberían ser conscientes de ello. Después de un año dedicados a torear a la izquierda abertzale con el señuelo de un proceso que no ha llegado a ofrecer ni siquiera la semilla de un fruto, jugando con los tiempos como si Rubalcaba fuera en realidad el mago de las horas y empeñados en maniobras de distracción que sólo ocultaban la impotencia de un presidente agarrotado por el pavor a la batería mediática del PP, el PSOE de Rodríguez Zapatero se enfrenta ahora a la prueba de la verdad. Y ahora sabremos si, de verdad, eran sinceros los ofrecimientos y compromisos adquiridos por sus representantes; si, por fin, el PSOE había decidido coger el toro por los cuernos, desmantelar los artilugios de guerra construidos en comandita con Aznar, Acebes y Rajoy y afrontar la tarea histórica de resolver el conflicto entre los vascos y el Estado español. Lo veremos en semanas, cuando los aparatos judiciales que él controla señalen de manera inequívoca el rumbo que van a tomar las cosas.
Ilegalizarán ASB y algún ingenuo llegará a pensar que así saciarán el apetito desbocado del tigre del PP. Darán de bruces con la cruda realidad. Y tendrán que afrontar entonces centenares de candidaturas populares, legitimadas por decenas de miles de firmas compulsadas ante notario. Ahí veremos, en la actuación de sus fiscales y magistrados, si el Gobierno y el Estado están maduros para protagonizar la película de la paz o si, simplemente, han caído en el error de pensar que el viejo argumento del palo se podía vender ahora -esta vez sí- sólo con colgar una zanahoria más lustrosa y amenazar con un garrote más gordo. También ahí errarán.
Otras incógnitas ya están despejadas. Visto lo visto, ya sabemos qué falsas eran las denuncias que algunos hacían de la Ley de Partidos. Cuando en la balanza el beneficio ilegítimo pesa más que la pérdida de la justicia y la equidad, las cosas aparecen claras a los ojos, incluso, del más miope. El jelkidismo de dos barajas ha resultado, a la postre, caballo de corto recorrido. La tentación de Zapatero pudiera ser montar a sus lomos para concluir así una corta y penosa carrera.
Lo trágico es que el tiempo no se detiene y que tal vez sea tarde cuando alguien caiga en la cuenta del inmenso valor de la oportunidad que están a punto de echar a perder. Tal vez haya aún tiempo. No lo pierdan, por favor.